José María Ridao escribía hace poco en “El País” sobre el riesgo de deriva dictatorial de los gobiernos de tecnócratas; de cómo éstos podían acabar desplazando a los democráticos. Ridao recordaba la aristocracia de sabios de Platón; sus gobiernos de expertos, supuestamente apolíticos y neutrales. Y sostenía que “la ciencia económica actúa obedeciendo sus propias leyes”, ajena a intereses sociales y relaciones de poder, guiada por el pragmatismo. El problema estribaría, entonces, en la aplicación de la ciencia económica, porque ésta “justifica todos los sacrificios”.
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martes, 10 de abril de 2012
¿Por qué tienen que decidir los banqueros quién paga el desastre en que está Europa?
Aditya Chakrabortty
09/04/2012
Lo que van a leer, lo reconozco, suena a una teoría conspirativa. Comprende gente poderosa que se reúne en despachos particulares, cientos de miles de millones de euros y arreglos clandestinos que determinan el destino de países enteros. Lo único que falta es un montículo de hierba [uno de los enigmas del asesinato de Kennedy] o una banda errante de illuminati. Hay, sin embargo, dos diferencias cruciales: estos acontecimientos todavía se están desarrollando…y son más preocupantes que cualquier fantasía acerca de quien-mató-a-JFK que yo haya oído.