Los proyectos de la multinacional y sus directivos. A la izquierda, Víctor Peón, director ejecutivo de la empresa en el Perú, y a la derecha Antonio Brufau, presidente de Repsol.
El relato de cómo Latinoamérica se está convirtiendo en refugio de transnacionales españolas como Repsol; y de cómo las supuestas maniobras fraudulentas de reexportación de gas de la petrolera en Perú y las sospechas de una fiscalidad irresponsable empañan su contribución económica.
María Altimira
Las luces de la apuesta de Repsol por América Latina languidecen con
algunos de los más sombríos capítulos de la petrolera. En Perú, sólo hay que
remontarse unos meses para rescatar polémicas como las supuestas maniobras
fraudulentas de reexportación del gas del yacimiento de Camisea. Unas
actividades que habrían supuesto una pérdida de al menos 46 millones de dólares
para el estado peruano.