Marco Antonio Moreno /14 de julio de 2012
El crecimiento del Producto
Interno Bruto de China cayó al 7,6% en el segundo trimestre de este año
alcanzando su nivel más bajo en tres años, y confirmando
la ralentización económica mundial que anunciamos ayer. Para el primer
semestre del año, el crecimiento en la segunda economía del planeta se situó en
el 7,8%, en una linea muy ajustada al pronosticado desempeño de 7,5% para este
año.
China creció
un 10,3% el año 2010 y un 9,2% el año pasado. La cifra de crecimiento
del segundo trimestre es la más baja desde el 6,6% registrado en el 1er
trimestre de 2009, cuando los países occidentales se vieron fuertemente
afectados por la crisis económica y financiera que estalló en 2008 y provocaron
el hundimiento de las exportaciones chinas. Esta vez China sufre una
desaceleración por sexto trimestre consecutivo, lo que da cuenta del lento
y sostenido hundimiento que vive la economía mundial.
Esta contracción de la demanda
externa y el comercio internacional (que
también afecta a Alemania) es lo que tiene a China sufriendo una
desaceleración vertiginosa. En el primer semestre de 2012 las exportaciones
aumentaron un leve 9,2%, frente al 24% que experimentaron en los primeros seis
meses de 2011. Esto significa que las industrias chinas se mueven a un tercio
de la velocidad que tenían el año pasado, dando cuenta de la ralentización
global producto de la recesión que viven muchos países.
Las máquinas chinas han
entrado en un proceso de ralentí y los consumidores chinos y asiáticos no
pueden garantizar el relevo del alicaído consumo occidental. Las ventas
minoristas crecieron un 13,6% en junio, frente al 13,8% en mayo, dando cuenta
de la caída del consumo y de la incapacidad de la economía del gigante asiático
de absorber más crecimiento.
El aumento de la inversión en
activos fijos fue de 20,4% en el trimestre, demostrando que los esfuerzos del
gobierno por aplacar la especulación en el sector inmobiliario están dando sus
frutos, aunque esto pone en peligro los motores de crecimiento. Hasta el
momento, el gobierno ha disfrutado del éxito que le dio el
plan de estímulo aplicado a fines de 2008 por 570 mil millones de dólares,
y que le permitió al gigante asiático un aterrizaje suave a la verdad del
entorno internacional.
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