Alejandro Nadal /Miércoles 11
de julio del 2012
¿Manipulaciones sobre la tasa
de interés? Es un tema aburrido, pero el escándalo que involucra al banco
inglés Barclays por la manipulación de información para fijar la tasa Libor
afecta la vida cotidiana de miles de millones de personas en todo el mundo. El
episodio revela una vez más que los agentes del mundo financiero se despachan
con la cuchara grande. La investigación de las agencias reguladoras busca tapar
con un dedo el deslumbrante resplandor de las mentiras y canalladas de los
banqueros.
Vamos por partes. El sector
financiero y sus comparsas en el mundo académico han buscado hacer creer, desde
hace más de cien años, que la tasa de interés es una variable que se determina
en el mercado de fondos prestables. Es decir, se ha difundido la fábula de que en
una economía capitalista la tasa de interés es el precio que pone en equilibrio
la oferta y demanda de fondos (hechas por los ahorradores y los
inversionistas). De acuerdo con esta visión, los bancos sólo desempeñan una
función de intermediación que es remunerada (por las diferencias entre las
tasas activas y pasivas de interés). Un mecanismo de mercado impersonal,
análogo al del mercado de manzanas, realiza el equilibrio entre oferta y
demanda y determina la tasa de interés.
Ya sabemos que los bancos no
tienen por qué esperar a que venga un paisano virtuoso y ahorrador a realizar
un depósito para poder prestarle esa cantidad a otro paisano, esta vez un
emprendedor. En realidad, al inversionista se le puede prestar lo que demanda
si su proyecto es juzgado rentable, y para ello se le abre una cuenta, tal como
si hubiera realizado un depósito. O sea que los bancos no son simples
intermediarios: están involucrados en una operación de creación monetaria.
Por lo tanto, la tasa de
interés no se determina en el mítico mercado de fondos prestables. Es una
variable que se forma en una compleja práctica social en la que el sistema
bancario lleva la batuta. En otras palabras, la tasa de interés es una variable
que no se determina por un mecanismo de mercado impersonal. De esta nueva
perspectiva se desprenden enormes implicaciones.
Los ciudadanos de la
infantería estamos siempre expuestos a los abusos de los grandes depredadores.
La mejor prueba está en lo que se refiere al pago de intereses a los bancos.
Por eso el escándalo de la tasa Libor es tan importante y requiere que sus
implicaciones políticas sean analizadas.
La tasa Libor (London
Interbank Offer Rates) es un dato fundamental en el mercado mundial de
servicios financieros. Es la tasa de referencia de los préstamos
interbancarios, así como de una infinidad de contratos de derivados. La Libor
se integra de la siguiente manera. La Asociación de Banqueros Británicos (BBA,
por sus siglas en inglés) pide a un grupo de grandes bancos que indiquen las
tasas de interés a las que podrían tomar préstamos de otros bancos para
distintas categorías de contratos y plazos de vencimiento. El resultado es
comunicado diariamente a las 11 de la mañana sobre la plaza de Londres. No se
trata, por tanto, de tasas de interés a las que realmente se están realizado
las transacciones, sino de las percepciones de los bancos incluidos en el panel
de la BBA sobre el costo de los préstamos interbancarios. La tasa Libor es hoy
el referente de operaciones que involucran no sólo a grandes fondos de pensión,
grupos corporativos o deuda pública. También lo es para operaciones al menudeo,
como su hipoteca o un pequeño préstamo en su banco local.
Ahora ha quedado al
descubierto un hecho delictuoso: durante varios años agentes de Barclay’s
estuvieron proporcionando información errónea sobre las tasas a las que el
banco supuestamente tomaría prestado, distorsionando así la tasa Libor. El
objetivo de esta deformación de la tasa de referencia era obtener ganancias
astronómicas en operaciones sobre derivados en las que intervenían agentes del
mismo Barclay’s. La investigación de los reguladores ingleses descubrió docenas
de mensajes de correo electrónico a través de los cuales los agentes del banco
transmitían sus cínicas peticiones: aguántenme tantito con esas tasas porque
tengo 30 M en tránsito. En uno de ellos se puede leer: Manito, ahora sí te la
debo en grande. Cuando vengas por aquí tendré esperándote una botella de
Bollinger.
La manipulación de la tasa
Libor involucra tasas al alza y a la baja. Los agentes y el banco siempre se
beneficiaron. El impacto sobre ahorradores honestos y sobre deudores del banco
siempre fue negativo. Queda por examinar el impacto sobre la deuda soberana y
sus implicaciones para la crisis en Europa. Mientras los traders festejan, una
generación espera ser sacrificada.
La FSA inglesa impuso una
multa de 455 millones de dólares a Barclay’s, una bicoca si se considera la
magnitud de las transacciones involucradas. La investigación sobre este banco
es la punta del iceberg: hay por lo menos otros seis bancos ingleses bajo
escrutinio. El escándalo debería crecer, pero las agencias reguladoras tienen
interés en encubrirlo.
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