La remuneración de los asalariados descendió un 3,9% en el segundo
trimestre. Gran parte de la caída de las remuneraciones salariales se debe al
desplome del empleo. El excedente bruto de explotación subió casi tres veces
más que el salario medio.
PG /29/08/2012
En medio de la crisis, las
rentas empresariales están mostrando más resistencia y avanzan más deprisa que
los salarios, que pierden peso en la tarta de la riqueza nacional. Los últimos
datos de la Contabilidad Nacional Trimestral, correspondientes al periodo
abril-junio parados, muestran una caída del conjunto de las
retribuciones de los asalariados, mientras que el excedente bruto de
explotación (el beneficio empresarial, fundamentalmente) mantiene un
crecimiento apreciable.
En concreto, según los datos
difundidos este martes por el Instituto Nacional de Estadística, la
remuneración de los asalariados descendió un 3,9% en el segundo trimestre del
año respecto al mismo periodo del año pasado. Supone una aceleración
notable en el ritmo de caída de las rentas salariales, que en los
trimestres precedentes mostró unas tasas negativas del 2,5% y del 1,3%.
Los impuestos representan
un 7,6% en el reparto de la tarta del PIB
Según explica el INE, gran
parte de la caída de las remuneraciones salariales se debe al desplome
del empleo: el número de asalariados retrocede un 5,1% respecto al año
pasado. También se debe a la desaceleración de la remuneración media por
trabajador, que crece apenas un 1,3%, dos décimas menos que en el trimestre precedente.
En cambio, el excedente bruto
de explotación (intereses del capital, dividendos y rentas distribuidas por
las empresas, así como el ahorro empresarial, esto es, los beneficios no
distribuidos) aumenta en el segundo trimestre a una tasa casi tres veces
superior a la del salario medio: un 3,4%, apenas dos décimas menos que en el
primer trimestre.
Los beneficios empresariales
vienen comiéndole el terreno a los salarios en la riqueza nacional. A pesar de
la crisis, el excedente de las empresas ha seguido creciendo,
mientras las remuneraciones de los asalariados han anotado un descenso tras
otro. Así, los salarios suponen ahora el 46,7% del Producto Interior Bruto
(PIB) español, mientras que las rentas de las empresas ya suponen el 45,7%.
Esto es, apenas un punto de diferencia, cuando el margen entre ambas rentas se
había venido situando, de media, en unos seis puntos.
El trozo restante en el
reparto de la tarta de la riqueza nacional lo ocupan los impuestos.
Representan el 7,6% del PIB, cuando su peso venía siendo cercano al 10%. El
desplome de la recaudación fiscal por la recesión explica esta diferencia.
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