Marco Antonio Moreno /26 de julio de 2012
Aunque el costo de la deuda soberana ha tenido una tregua, igual se mantiene sobre el 7 por ciento o muy cerca de esta cifra que es totalmente inviable para la economía española. Es una cifra de usura que indica que 7 céntimos de cada euro generado irá a pagar los intereses. O, desde otro ángulo, que tres semanas del trabajo anual se destinarán a este objetivo. Estos son los costos reales del colapso. Un colapso largo y acentuado que ayuda a comprender lo que ha ocurrido en Grecia, Irlanda y Portugal.
El problema es que España no esta sola en este gran dilema del euro dado
que Italia, un vecino que muchas veces se olvida, está
con problemas similares. Y ambos países son demasiado grandes para pensar
en un rescate conjunto. Y si son demasiado grandes para rescatar, son también
demasiado grande para dejarlos caer. El dilema del euro comienza a
vivir las horas cruciales de su existencia. De nada han servido las
palabras del gobierno y las buenas intenciones de los socios de la UE. Estamos
en serios problemas y hay que aceptarlo. El costo de la deuda soberana ha
escalado a máximos de una década, mientras la economía se desploma como un
castillo de naipes. Estamos viviendo el derrumbe de un esquema Ponzi potenciado
en las últimas cuatro décadas con la desmedida pasión del consumo desatado.
Todo indica que los costos del colapso serán enormes y que esos costos ya
hemos comenzado a pagarlos, pero siguen creciendo a medida que se posterga el
momento de la verdad. Si hoy debemos trabajar tres semanas para cubrir el coste
de los intereses de la deuda, en poco tiempo más llegarán a cuatro y también a
cinco semanas. No es de extrañar que la economía esté bajo tal presión y que el
desempleo esté en nivel tan escandalosamente altos como indica esta gráfica:
Esto es porque no hay voluntad de poner fin al esquema Ponzi, y se cree
que el problema de deuda se resuelve con la generación de más deuda. Es decir,
entregar dinero a los bancos que crearon dinero en forma irresponsable y que no
solo han manipulado
las tasas de interés sino que también se han prestado para el lavado
de dinero y el tráfico de drogas y las impías operaciones de fuga
de capitales hacia los paraísos fiscales. Como hemos señalado en otros
artículos, este sistema creó
la deuda y nos arrastró adonde estamos ahora, y esta deuda se revierte como
un bùmerang y lo
arrastra a su propio colapso, demostrando que todo no es más que una larga
cadena de fraudes y abusos que nadie ha sido capaz de detener. Esto no hace más
que precipitar su colapso real y definitivo, pese a todo el sistema político
que lo defiende y ampara.
Y ese punto final está muy cerca. España no puede recibir un rescate al
estilo griego dado que la UE, ni con toda su invención de fondos posibles,
puede seguir creando dinero de la nada. Y aunque se rescate mañana España, luego
vendrá Italia y la presión general seguirá siendo abrumadora. Y si lo
de Grecia lleva tres años, lo de España e Italia no resistirá 12 meses. Tal vez
mucho menos si entra a escena Francia en los próximos dos meses. Francia tiene
una deuda pública mayor a la española y muy similar a la alemana. A nadie le ha
importado hasta el momento, aunque es una deuda de larga data como
señalamos en este post, pero ahora pasará a ser de gran importancia para
los tiburones del mercado.
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