Bryan Anthony Serrano /27 de
julio del 2012
Tras una grandilocuente y
extravagante inauguración teñida con una fuerte dosis de cultura inglesa con
los coros de ‘Hey Jude’ de Paul Mc Cartney en el cierre, finalmente arrancaron
los Juegos de Londres y el mundo se encuentra ya ansioso de ver desfilar por la
hierba olímpica a atletas de la talla de Usain Bolt, LeBron James, Roger
Federer, Maria Sharapova, Novak Djokovic,
Óscar Pistorius y Michael
Phelps; éste último recibido como una auténtica estrella de rock a su llegada. Aún así, las presentes olimpiadas se van a
realizar inevitablemente en un contexto muy singular para el país: el anuncio de
la segunda entrada en recesión de la economía británica (que se hiciera oficial
a comienzos de año) por lo cuál numerosos analistas y consultores financieros
han venido especulando sobre los bajos e inciertos niveles de rentabilidad a
los que conllevaría ésta mega-inversión calculada en 15 mil millones de euros (0.7%
del PBI británico) y su impacto sobre la alicaída economía tanto en el corto
como largo plazo.
En efecto, el
último reporte de la Oficina Nacional de Estadística (ONS) que ha coincidido con la semana de inauguración de
los JJOO ha vuelto a confirmar la caída en recesión de la economía en 0.7%
durante el último trimestre (ver gráfico de arriba). Una tendencia que se había acentuando desde
finales del 2011 estableciéndose así la recesión más profunda en 50 años para
el Reino Unido, y corroborando en los hechos las advertencias sobre la
entrada en una recesión de ‘doble caída’ para el resto de laeconomía mundial en
2012. Si bien los beneficios de los JJOO podrían generar
alrededor de 26 mil millones de euros, éstos resultados no se ajustarían a los
inicialmente planeados debido a que los costos de su financiamiento efectuados
durante cinco años y que fueron destinados al pago en seguridad y de
contratistas de los estadios no supusieron una expansión significativa en
importantes sectores como la construcción, el desarrollo del transporte y la
generación de empleo. Algo parecido está sucediendo con los pequeños negocios o
tiendas locales de souvenirs establecidos alrededor de la city: los
comerciantes se quejan del masivo arsenal publicitario de las empresas
multinacionales que además de ello son las únicas que consiguieron autorización
oficial para la venta de productos con el logo de los juegos; una medida que
podría debilitar gravemente sus pequeñas economías. A ello se le agrega las pérdidas
calculadas en 891 millones de euros para las arcas públicas debido a los paraísos
fiscales generados con la protección de todas las empresas y
multinacionales participantes eximiéndolas del pago de impuestos.
Yendo más allá de la fiesta deportiva
que produce un evento colosal como los JJOO en millones de aficionados, aún no se
conoce mucho sobre la historia financiera de los países organizadores de JJOO y
de los números en rojo que han dejado sus balances presupuestarios. Rescatando
algunos ejemplos, con respecto a los juegos de Pekín (que representó el 0.3% de
su PBI) en 2008 aún existe la controversia de los efectos reales que generó
aquella mega-inversión en la economía local (40 mil millones de dólares, los
más caros de la historia) y de forma similar sobre los 15 mil millones que se
gastaron en Athenas 2004 (0.7%). Uno de los casos más notables fueron los
juegos olímpicos de Montreal en 1976 en dónde la ciudad canadiense tardó alrededor de 30 años para
pagar una deuda de 6 mil millones de dólares. Los excesos
presupuestarios sin un correcto financiamiento se siguieron haciendo presentes
durante los juegos de Los ángeles (1984) y Atlanta (1996) en Estados Unidos,
siguiendo la lógica del derroche financiero destinado al consumismo extremo en
perjuicio de las políticas de ahorro e inversión para la infraestructura
productiva. Se sabe que la actual Comisión Organizadora de los Juegos de
Londres ya ha adelantado al parlamento británico un incremento del presupuesto
original en 2.500 millones de euros.
La burbuja financiera estalló
en el sector inmobiliario y aún continúa haciendo estragos al interior de las
principales economías que se sobre-expusieron a los riesgos de éste sector tal
como ocurrió con la economía británica. La construcción ha venido cayendo
durante el primer y segundo trimestre de 2012 (0,5%) y los precios de las
viviendas han aumentado en un 10%. Por ello algunos propietarios han visto la
oportunidad de alquilar durante un corto período de tiempo sus propiedades a
los turistas lo que podría apuntalar el dinamismo del mercado de alquileres. Si
bien en la City londinense se proyecta generar cerca de 10 000
nuevos empleos permanentes alrededor del parque olímpico -lo que a su vez
generaría un total de 50 000 puestos de trabajo- las expectativas sobre la
sinergia que produciría en áreas como el consumo, el comercio y
el transporte serían limitadas. Sólo 50 000 puestos de trabajo
representan alrededor del 0.2% del empleo total en Reino Unido, y con un
salario promedio de 26 000 libras (40 mil dólares) el PBI de 2012
crecería menos de 0.1%, según los cálculos de Capital
Economics.
Mientras en un nutrido reporte Goldman
Sachs prevé un resultado optimista con tasas de crecimiento de
0.3% y 0.4% con respecto al mismo período en 2011 consiguiendo un impacto
positivo sobre todo en el corto plazo para amortiguar la caída de la recesión, por
el contrario otras consultoras vislumbran serios problemas principalmente en
cuánto a la locación de las inversiones caracterizadas de una baja
rentabilidad, poco uso y reducida capacidad productiva, como es el caso de los
estadios. Así vuelve a sostener la consultora Capital Economics quien pone en
cuestión la rentabilidad futura del masivo capital invertido –experiencia que
ya ha acontecido en juegos anteriores- al quedar éstos en un estado obsoleto.
El estímulo económico de los
JJOO impactará principalmente en actividades de consumo local y turismo -aunque
en éste último no será muy significativo ya que Londres es de por sí una
de las ciudades más visitadas del mundo- dónde los restaurantes pequeños,
tiendas de indumentarias y hoteles se verían beneficiados, perjudicando sin
embargo a otros establecimientos como locales de recreación, shoppings y supermercados.
Sin duda, alternadamente a la expectativa deportiva, éstos juegos contienen un fuerte condimento de incertidumbre debido a la
crisis que sacude la eurozona, hecho reconocido por los mismos organizadores durante el acto de inauguración. ¿Logrará este evento unir a las naciones del mundo
bajo el espíritu deportivo? Tal parece que mientras los deportistas de las diferentes delegaciones harán todo lo que esté a su alcance para ganar el oro olímpico, las transnacionales
asentadas en la City londinense han trazado su propia maratón hacia el olimpo de las
máximas ganancias.
Ver el informe de la Oficina
Nacial de Estadística del Reino Unido (ONS) en PDF
Ver el reporte de Goldman
Sachs en PDF
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