La pregunta
es ambiciosa, desde luego. Algunos dirán que son los Estados-Nación más
poderosos militarmente, como Estados Unidos. Otros dirán que son las personas
más ricas y poderosas las que, conspirando, deciden en lugares poco
transparentes cómo gestionar el mundo. Sin duda también habrá quienes crean que
son las voluntades individuales las que conforman, a través del mercado, el
destino de nuestra economía mundial. Incluso, en una derivación de esta última
opción, puede pensarse que son precisamente las empresas transnacionales las
garantes del futuro político y económico de nuestro mundo. En todo caso,
probablemente todas tengan algo -aunque sea poco- de razón, si bien para
intentar responder tamaña cuestión no pueden servir análisis simples o prejuicios
sin confirmar empíricamente.
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