Alejandro Nadal, 4/11/2015
La crisis financiera que arrancó en 2007 llevó a los bancos centrales de las principales economías a fijar tasas de interés cercanas a cero por ciento. Pero lo cierto es que las tasas reales de interés (tasas nominales menos la inflación) habían mantenido una tendencia a la baja durante los últimos veinte años en los países industrializados y alcanzaron niveles históricamente bajos en el período que precedió a la crisis. Por ejemplo, en Estados Unidos la tasa de interés para bonos del Tesoro a diez años pasó de su pico histórico de 15 por ciento en 1980 a 2 por ciento en lo que va de 2015.
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