Pedro Luis Angosto /29/06/2012
Desde hace cinco años la prima
de riesgo y las agencias privadas de calificación, que responden a intereses
tan obvios como miserables, pretenden, y en muchas ocasiones lo consiguen, que
vivamos en constante zozobra, amenazados por una especie de fantasma que
algunos se empeñan en llamar “mercados” pero que en realidad tiene otros
nombres: Especulación, usura, estafa, timo y cuantos similares apetezcan
ustedes poner. No es la primera vez que vivimos una crisis. Vivimos la peor que
se puede vivir: La posguerra franquista, después la de los años
setenta-ochenta, luego la de los noventa…, ahora esta. En ninguna de las
anteriores, y hemos llegado a tener un 30% de inflación y a pagar por la deuda
más de un 16%, oímos hablar de esa prima ni de esas agencias, eran los bancos
centrales estatales quienes daban los datos con toda fiabilidad.