Marcos Roitman Rosenmann/ Domingo 6 de mayo de 2012
Francia representa, en medio de
la crisis, un estado de ánimo. Las elecciones presidenciales que se celebran
este domingo pueden marcar los acontecimientos para toda la región. Si, como se
predice y las encuestas lo aseguran, gana el candidato socialista François
Hollande. Su elección sería un varapalo a la alianza Merkel-Sarkozy. Si nos
creemos los discursos de Hollande, asistiríamos a un cambio en la estrategia
para salir de la crisis. Las privatizaciones, la desregulación y las políticas
de austeridad fundadas en recortes y el credo del déficit presupuestario
dejarían paso a una idea de crecimiento económico sustentado en políticas
públicas generadoras de empleo y riqueza. Sería rescatar a Keynes y enviar a
las catacumbas a los defensores de Hayek.
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