Jean Pisani-Ferry /25/09/2012
Francfort– Da la impresión de
que se trata de una ofensiva coordinada: el 6 de septiembre, el Banco Central
Europeo delineó un nuevo programa de compra de bonos, dejándoles saber a los
mercados que no había límites preestablecidos para sus compras. El 13 de
septiembre, la Reserva Federal de Estados Unidos anunció que en los próximos
meses compraría títulos a largo plazo por 85.000 millones de dólares por mes,
con el objetivo de reducir la presión sobre las tasas de interés a largo plazo
y respaldar el crecimiento. Finalmente, el 19 de septiembre, el Banco de Japón
declaró que iba a agregar otros 10 billones de yenes (128.000 millones de
dólares) a su programa de compra de títulos del gobierno, y que esperaba que
sus tenencias totales de estos títulos alcanzaran aproximadamente 1 billón de
dólares para fines de 2013.
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