Una reciente entrevista a Nouriel Roubini, el polémico “gurú” sobre los continuos desafíos que afrontará la economía mundial en 2012. Entre ellos la caída de la zona euro hacia la recesión como consecuencia de la crisis fiscal en curso y las actuales medidas de austeridad fiscal. El pronóstico también hace referencia en un anémico crecimiento de los EE.UU., sumadas a las preocupaciones de la desaceleración en las economías emergentes como China e India (NDTV).
Martin Khor -23/01/2012
Los países desarrollados han pasado del estímulo fiscal al recorte del gasto público, lo que está causando una recesión mundial, según un nuevo documento de las Naciones Unidas.
Los destacados economistas Joseph Stiglitz y Paul Krugman han criticado las medidas de austeridad aplicadas por los gobiernos de numerosos países desarrollados, calificándolas de políticas erróneas cuando las economías son débiles y el desempleo alto. La rápida semirrecuperación de la recesión mundial 2008-2009 se debió en gran medida al estímulo fiscal o a la ampliación del gasto público tanto en los países desarrollados como en desarrollo, en especial China, India y Malasia.
El estímulo fiscal se convirtió en la nueva ortodoxia. Pero menos de dos años después reapareció la vieja ortodoxia, basada en los temores a la inflación y al déficit fiscal. La “austeridad fiscal”, que implica una reducción del gasto gubernamental, ha reemplazado rápidamente al estímulo fiscal como el paradigma vigente, especialmente en Europa. En este año 2012 se verá qué se hará realidad: las expectativas de recuperación a través de la austeridad o la predicción de los economistas keynesianos de una recesión motivada por la austeridad.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) publicó el documento On the Brink: Fiscal Austerity Threatens a Global Recession (Al límite: la austeridad fiscal amenaza con una recesión mundial).
Su autor principal, Heiner Flassbeck, director de Globalización y Estrategias de Desarrollo y ex viceministro de Hacienda de Alemania, advierte que las políticas de austeridad fiscal están conduciendo a la economía mundial a la recesión: “El círculo vicioso inducido por la contracción fiscal, instituciones financieras débiles y hogares financieramente frágiles está alentando una crisis de confianza y contrayendo la inversión y la creación de trabajo en los sectores privado y público simultáneamente. Los países amenazados por la recesión y la deflación deberían evitar intensificar las medidas de austeridad porque no es probable que produzcan los resultados esperados y podrían empujar al mundo a una nueva recesión, o incluso directamente a una depresión”.
El documento advierte de una “década perdida” para la economía mundial que “pondría en tela de juicio la capacidad de los gobiernos democráticos de abordar los desafíos más urgentes de nuestra era” y propone políticas fiscales expansivas en las economías clave, las únicas que pueden conducir a un menor déficit fiscal y endeudamiento público.
El documento de la UNCTAD sostiene que el alto desempleo es ahora un problema más acuciante que los desequilibrios fiscales, la austeridad fiscal en el entorno actual no mejorará sino que empeorará las cosas y el contagio de la contracción afectará a todos los países, y las economías en desarrollo necesitan elaborar un plan de contingencia.
En 2011 las economías más adelantadas suspendieron o bien revirtieron sus políticas expansionarias con la esperanza de provocar una “contracción expansionaria” en la que la contención fiscal mejoraría la confianza y el gasto del sector privado. Estas expectativas se desvanecen rápidamente a medida que nuevos datos apuntan a una recesión.
Por otro lado, los países más adelantados que están aplicando políticas de austeridad han experimentado una “contracción contractiva”. La confianza del sector público está llegando a niveles cada vez más bajos, a medida que la demanda de los gobiernos y de los empleados del sector público cae sin cesar.
Un estudio realizado por la UNCTAD en las últimas dos décadas mostró que el ajuste fiscal no trajo la expansión económica buscada sino que más bien tuvo el efecto opuesto y exhortó a la aplicación de una política expansionaria coordinada:
* Los países amenazados por la recesión y la deflación deberían evitar mayores de medidas de austeridad.
* En lugar de fobia fiscal deberían considerar a las políticas fiscales como herramientas para el crecimiento y el desarrollo.
* En lugar de preguntarse si su déficit fiscal es “demasiado grande” deberían considerar si se está usando de la mejor manera para estimular la economía.
* El espacio fiscal puede contraerse o expandirse según la combinación de las políticas que escojan los gobiernos, con variados impactos sobre el empleo, los ingresos por impuestos y el crecimiento económico.
* El mayor recorte de las políticas fiscales generalmente ha provocado una reducción de la inversión, pérdidas de puestos de trabajo, menores ingresos fiscales y un estancamiento o caída del crecimiento del PIB. En contraste, las políticas fiscales expansionarias pueden estimular el consumo, la inversión privada y los ingresos, y aumentar la inversión pública.
* Esto puede llevar a mayores ingresos por concepto de impuestos y a un menor déficit fiscal. El gasto social también puede promover la recuperación sosteniendo el consumo durante una crisis mientras que la reducción de impuestos que beneficie a los hogares de menores ingresos puede tener un impacto mayor en la demanda global porque los hogares más pobres gastan una mayor proporción de sus ingresos.
* El espacio fiscal puede proteger a las economías vulnerables frente a conmociones externas.
Los países deberían procurar ampliar su espacio fiscal mediante el uso de políticas impositivas adecuadas, y construyendo una posición fiscal fuerte en épocas de prosperidad económica.
Martin Khor es director ejecutivo de South Centre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario