En 2008, Zapatero anunciaba
que España poseía el sistema financiero "más solido" de la comunidad
internacional. Eran los años en dónde la burbuja inmobiliaria se encontraba a
punto de colapsar después de dos décadas de derroche y sobre
endeudamiento. Una burbuja que se gestó sobre la base de una "ingeniería
financiera" diseñada para conspirar los más dantescos fraudes bancarios.
Hoy, aquella demagogia es insostenible y España se ha convertido en una
de las primeras grandes economías en ser auxiliadas por el fondo de rescate
europeo (cuya primera entrega oficial se sitúa en unos 100 mil millones de
euros, pero que en verdad resulta una cifra insuficiente siendo calculado el
verdadero "rescate" entre 400 y 500 mil millones). La burbuja
inmobiliaria colisionó el sistema bancario que tuvo que refinanciar la deuda
con las constructoras e inmobiliarias de las que eran prestamistas a cambio
de pisos. Aún así, los bancos y las cajas de ahorros no dejaron de obtener
millonarias ganancias después de estallada la crisis.
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