lunes, 16 de enero de 2012

"Poison fire" y la explotación del petróleo en el estallido económico-social de Nigeria


Bryan Serrano /16 de enero del 2012

¿Cuál es trasfondo de la actual crisis nigeriana? ¿Y cuál es su significación económica a nivel global? Sabemos que la eliminación del subsidio de los combustibles y la subida de los precios de gasolina (de 40 a 95 centavos de dólar por litro) ha sido la gota que derramó el vaso en el estallido social que sacude al país africano. Recientemente los trabajadores de los sindicatos han informado sobre la paralización de la producción petrolífera a lo largo del territorio, y las agencias internacionales nos hablan de un estado de emergencia en medio de una confrontación religiosa entre musulmanes y cristianos de carácter "sectario". Sin embargo, la crisis nigeriana  tiene una significación mucho más profunda y se encuentra estrechamente ligada a la crisis de los recursos energéticos en el siglo XXI y los profundos impactos colaterales que éstos generan como consecuencia de su permanente inestabilidad en los mercados internacionales tales como las guerras civiles, guerras de agresión, destrucción de los ecosistema, transtorno de las actividades productivas fundamentales y contaminación ambiental.

Nigeria, miembro de la OPEP, es el Octavo exportador petrolero en el mundo y su actividad en ésta rama de la industria es preponderantemente extractiva ya que no cuenta con suficientes refinerías de procesamiento del crudo. Ésta es la función que más bien la ocupan algunas transnacionales enclavadas en el país como la anglo-holandesa Shell, cuya actividad en la extracción y explotación del crudo nigeriano ha venido generando un profundo desastre ecológico, medioambiental, humanitaria y productivo que ha sido motivo de atención mundial desde hace varios años.

Pese a los ingentes recursos derivados de la exportación del petróleo en Nigeria, la población sigue muriendo de hambre, sobrevive con una media de dos dólares al día y la desigualdad va en aumento. Precisamente, esta ha sido una de las causas concretas del estallido social, pues la élite del gobernante Goodluck Jonathan canaliza alrededor del 80% de los ingresos de las ventas que genera el petróleo mientras que la infraestructura industrial del país junto a los demás sectores productivos se encuentran arrojados al abandono. Éste es uno de los fenómenos del auge en los precios del petróleo a nivel mundial: Su producción y la ingente cantidad de reservas en una nación en vías de desarrollo no necesariamente garantizan la correcta utilización en la distribución de los ingresos derivados de su explotación, tampoco la estabilidad política y el desarrollo del país a través de la industrialización y la elevación del nivel y calidad de vida de la población con gasto público. Todo lo contrario, parafraseando a Jeffrey Frankel sobre el "escape a la maldición del petroleo"; muchas veces la bonanza del commodity cuya alza sostenida de precios sugieren constantemente cifras astronómicas, pueden volverse un boomerang mortal para conseguir el objetivo del desarrollo y bienestar social en una economía incapaz de controlar su soberanía, industrialización y equitativa distribución sobre los ingresos del commodity. Peor aún en el caso nigeriano, como ocurre en muchos otros países subdesarrollados, se suma el saqueo sistemático de sus recursos por parte de compañías multinacionales que habitualmente se coluden con el régimen nativo. 

"Poison Fire" (Fuego Venenoso) -más información en http://www.poisonfire.org/ -  de Lars Johansson, es un excelente documental que nos ilustra como es que el preciado recurso energético de actual importancia geostratégica ha marcado para siempre la historia de un pueblo, generando disputas intestinas e intereses particulares y cuyo saqueo ha  arruinando la economía local por la destrucción de la agricultura, la ganadería y  la pesca elevando por correa de transmisión el costo de los alimentos (crisis alimentaria). Además, ha removido el ecosistema debido al vertido de millones de toneladas de residuos de petróleo y a la quema del gas produciéndose una destrucción sin precedentes del medio ambiente y llegado a ocasionar enfermedades sobre la población e injerencia imperialista en el saqueo de los recursos naturales.  Poison Fire, es un trabajo que ayuda a comprender  y reflexionar sobre las raíces históricas y las bases económicas de la crisis nigeriana, tras el telón de la eliminación de los subsidios, la repentina subida en los precios del combustible y la crisis política. Adjuntamos un reporte informativo de la BBC acerca de lo que existe detrás de la inestabilidad social del gigante petrolero para que contribuya en aclarar la difícil situación del país africano.

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Un gigante petroleo al borde del abismo

Redacción
BBC Mundo/ 13 /01/ 2012

Cinco días consecutivos de huelga general y un violento conflicto interno entre cristianos y musulmanes amenazan con paralizar al octavo exportador mundial de crudo, Nigeria. ¿Qué hay detrás de la inestabilidad de este gigante petrolero?

Pese al anuncio de dos días de tregua durante el fin de semana, los sindicatos petroleros advierten que el lunes continuarán las protestas. Y la amenaza de un alto en la producción de crudo en uno de los mayores proveedores mundiales no se aleja.

Los mercados miran con recelo a Nigeria desde hace semanas. Después de un jueves de incrementos en el precio del petróleo, este viernes, la tendencia al alza continúa.

Pero, ¿qué está haciendo temblar al mayor productor de crudo del contintente africano?

Tener una de las mayores reservas de petróleo no garantiza la riqueza y el bienestar de los habitantes de un país.

Esta es una realidad que comparten varios países del mundo, entre ellos, algunos latinoamericanos. Pero estas semanas, esta situación aparentemente paradójica golpea con especial rigor a Nigeria.



La tensión social y el temor a una posible guerra civil atenazan al país africano, el duodécimo productor y el octavo exportador de crudo a nivel mundial, que este viernes se enfrenta al quinto día de huelga general consecutivo.

La chispa que desató las protestas fue la subida del precio de los combustibles. Sin embargo, los problemas de este estado miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) son más complejos.

Paradoja del sistema

La población nigeriana vive con una media de 2 dólares al día. Muchos de los hogares no tienen electricidad ni agua corriente.

Pese a que las reservas petroleras nigerianas se mantienen estables en las últimas décadas, el país no cuenta con refinerías para procesar el petróleo, por lo que se ve forzado a exportar todo su crudo e importar gasolina y otros productos ya refinados.

En este contexto, el gobierno del presidente nigeriano Goodluck Jonathan -que recibe el 80% de sus ingresos del petróleo- despertó la ira de los ciudadanos al eliminar, desde el 1 de enero, el subsidio a la gasolina vigente hasta ahora.

Esta decisión se traduce en un considerable aumento del precio de los combustibles: de 40 a 95 centavos de dólar por litro de gasolina.

Con esta subida, ha aumentado también el precio de los alimentos y el transporte, lo que deja a la población nigeriana en una situación muy delicada.



¿Un "Caracazo" africano?

La herramienta principal de protesta de los nigerianos ha sido la convocatoria de una huelga general que tiene al país prácticamente paralizado desde inicios de esta semana. Las escuelas, los organismos oficiales, los puertos y los aeropuertos están cerrados y las empresas tampoco pueden desarrollar su actividad con normalidad.

Además, miles de personas han salido a las calles de las principales ciudades del país para manifestarse en contra de la medida del gobierno.

Las autoridades gubernamentales y los economistas aseguran que la retirada del subsidio a la gasolina era una medida esencial para ahorrar millones de dólares anuales que se podrán invertir en proyectos de mejora de las infraestructuras del país.

Las movilizaciones populares relacionadas con los precios de los recursos naturales no son novedad.

En América Latina cabe recordar el caso de Venezuela, donde a fines de la década de los años 80 se produjo el llamado "Caracazo", protesta popular resultado de las medidas de ajuste económico anunciadas por el entonces presidente Carlos Andrés Pérez, entre las que se consideró la eliminación de los subsidios a los combustibles.

En aquella ocasión, el gobierno se vio obligado a rectificar.

Espiral de violencia

Sin embargo, la subida de la gasolina no es el único problema que afecta a Nigeria, donde los enfrentamientos entre cristianos y musulmanes llevaron al país, según los analistas, al borde del conflicto civil.

El más reciente ataque, atribuido al grupo islamista Boko Haram, dejó ocho muertos, entre ellos cuatro oficiales de policía, según explica el periodista de la BBC Mark Lobel desde Lagos.

En un video reciente colgado en YouTube, el líder del grupo, Abubakar Shekau, reclama la responsabilidad de las últimas muertes y ataques contra cristianos y señala que son una venganza por los asesinatos de musulmanes producidos en estos años.

En un país que se divide a grandes rasgos en un norte de mayoría musulmana y un sur predominantemente cristiano, grupos como el radical Boko Haram han encontrado un germen para azuzar un conflicto religioso que tiene también un importante componente social, dado que el norte es más pobre que el sur.

Algunos analistas temen que la espiral de violencia vaya en aumento y derive en una situación similar a la del período de 1967 a 70, cuando el sureste del país intentó independizarse, y advierten sobre la amenaza de una guerra civil.


BBC Mundo


En Crisis del XXI / Escapar a la maldición del Petróleo; El precio del petróleo en el 2012



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