Javier Diez Canseco /29/04/2013
Como ustedes saben, atravieso una situación compleja y difícil, en la que está en cuestión mi vida misma pero –como indiqué públicamente a inicios de febrero– no la disposición a luchar por ella. Las extraordinarias muestras de solidaridad recibidas a lo largo de estas semanas me comprometen a persistir en esta batalla por la vida, y a seguir cumpliendo con el mandato que recibí de mis electores de contribuir a revertir la seria situación de desprotección en la que se encuentra la inmensa mayoría de las y los trabajadores peruanos: dos de cada tres en la informalidad, sin planillas y sin derechos, sin seguridad e higiene en el lugar de trabajo, sin seguridad social y sin sistema de pensiones y con remuneraciones de miseria.
Todo ello legalizado por regímenes laborales “especiales”, particularmente indignantes en sectores como la agroindustria, la industria conservera y otras exportaciones no tradicionales, donde se concentran buena parte de las ganancias del boom económico reciente.
Se suma a esta situación de vulnerabilidad laboral, la impunidad que afecta a varios miles de trabajadores que fueron excluidos arbitrariamente de las listas de cesados irregularmente por el régimen de Fujimori, la discriminación de las trabajadoras del hogar y los trabajadores de las Pymes y los servicios, así como las y los empleados públicos, prohibidos de negociar incrementos o mejoras en sus condiciones de empleo, debido a las prohibiciones integradas sucesivamente en las leyes anuales de presupuesto.
Para encarar esta situación, y la que afecta a todos quienes en el Perú vienen sometidos a regímenes discriminatorios, hace unas semanas llamamos a aglutinar esfuerzos, movilizarnos y reunir las firmas necesarias para presentar una iniciativa legislativa ciudadana que obligue al Congreso a encarar el tema o, si se niega a ello, a que las líneas maestras de la política antilaboral que hoy nos regula sean sometidas a un referéndum.
Me alegra que a dos días de celebrarse el Día del Trabajo, la elaboración de esta iniciativa legislativa ciudadana y los primeros pasos del proceso de recojo de firmas se encuentren ya en marcha.
La iniciativa legislativa ciudadana –que en este momento se encuentra en debate– no pretende resolver todos los problemas que aquejan a las y los trabajadores del Perú, pero sí uno de los más importantes y que más impacto tiene en el reconocimiento, goce y ejercicio de los derechos laborales de millones de trabajadoras y trabajadores: la discriminación en el trabajo.
En ese sentido, la propuesta de iniciativa legislativa propone la derogación de los regímenes laborales especiales establecidos por el Decreto Ley Nº 22342 para la exportación no tradicional, por la Ley Nº 27360 para el sector de la agroindustria; por el Decreto Legislativo Nº 1057 para los Contratos Administrativos de Servicios (CAS) y por la Ley Nº 27986 referida a las trabajadoras del hogar (los cuales se regirán a partir de la entrada en vigencia de dicha iniciativa por el régimen laboral común establecido en el Decreto Legislativo N° 728). La derogación de la Disposición Complementaria Nº 58 de la Ley Anual de Presupuesto del 2013 y el reconocimiento expreso de la capacidad de negociar colectivamente en el sector público remuneraciones, gratificaciones y bonificaciones.
La iniciativa propone también la prohibición del ejercicio abusivo de los servicios de tercerización laboral; la aplicación inmediata de la Ley Nº 27979, ley que establece un régimen remunerativo para trabajadores de la industria pesquera del consumo humano directo; la homologación del valor de la pensión mínima con el valor de la Remuneración Mínima Vital; la equivalencia entre las gratificaciones que perciben los trabajadores del sector público y el sector privado; la creación de un régimen de seguridad social para los trabajadores “autoempleados” y la reactivación de la Comisión Ejecutiva creada por la Ley Nº 27803 sobre ceses colectivos.
La discriminación en todas sus formas es un cáncer que corroe nuestra sociedad y debe ser erradicada en todas sus formas y en todo lugar. Esto se ha logrado en muchos lugares y en el Perú no tiene por qué no ser igual. En el Día del Trabajo comprometámonos a conseguir las firmas necesarias para hacer realidad este objetivo.
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