Mientras afuera del Congreso la gente protestaba y la policía se enfrentaba a los manifestantes, adentro los legisladores votaban ajustes de 13.500 millones de euros.
Jueves 8 de noviembre de 2012
El Parlamento griego aprobó ayer el paquete de recortes de 13.500 millones de euros con 153 votos a favor y 128 en contra. Hubo una abstención de un parlamentario que no asistió al recinto. De esta forma, fue aprobado el programa de recortes y Grecia podrá recibir más ayudas para su crisis de deuda. La mayoría necesaria de 151 de los 300 votos fue alcanzada al filo de la finalización de la votación.
Durante la jornada y hasta entrada la noche, manifestantes y policías se enfrentaron en las calles de Atenas cuando finalizaba una protesta contra la aprobación del plan de ajuste de la Unión Europea. La protesta fue convocada en la plaza Syntagma como parte del plan de lucha que comenzó a librarse anteayer en todas las ciudades del país, con manifestaciones y huelgas masivas convocadas por las principales centrales sindicales. Entre 80.000 y 100.000 personas ocuparon ayer la emblemática plaza ateniense, según los sindicatos convocantes. Para la policía participaron unas 60 mil personas. Los choques empezaron cuando un grupo de manifestantes arrojó un cóctel incendiario y piedras a la policía, que respondió de inmediato con gases lacrimógenos, bombas de sonido y chorros de agua. Es la primera vez en muchos años que la policía utiliza hidrantes para reprimir una manifestación. Entre las medidas aprobadas por el Parlamento se encuentra el cobro de cinco euros por visita médica, una tasa de 25 euros por hospitalización y un euro por receta, así como la reducción de la cobertura de medicamentos para enfermos crónicos. La oposición acusó al gobierno de que la tramitación del paquete de ahorro es inconstitucional por haber recurrido al procedimiento de urgencia para debatir un proyecto cuyo texto, de 279 páginas, sólo fue hecho público el lunes.
Durante la jornada y hasta entrada la noche, manifestantes y policías se enfrentaron en las calles de Atenas cuando finalizaba una protesta contra la aprobación del plan de ajuste de la Unión Europea. La protesta fue convocada en la plaza Syntagma como parte del plan de lucha que comenzó a librarse anteayer en todas las ciudades del país, con manifestaciones y huelgas masivas convocadas por las principales centrales sindicales. Entre 80.000 y 100.000 personas ocuparon ayer la emblemática plaza ateniense, según los sindicatos convocantes. Para la policía participaron unas 60 mil personas. Los choques empezaron cuando un grupo de manifestantes arrojó un cóctel incendiario y piedras a la policía, que respondió de inmediato con gases lacrimógenos, bombas de sonido y chorros de agua. Es la primera vez en muchos años que la policía utiliza hidrantes para reprimir una manifestación. Entre las medidas aprobadas por el Parlamento se encuentra el cobro de cinco euros por visita médica, una tasa de 25 euros por hospitalización y un euro por receta, así como la reducción de la cobertura de medicamentos para enfermos crónicos. La oposición acusó al gobierno de que la tramitación del paquete de ahorro es inconstitucional por haber recurrido al procedimiento de urgencia para debatir un proyecto cuyo texto, de 279 páginas, sólo fue hecho público el lunes.
Dentro del Parlamento, mientras tanto, los legisladores tuvieron que postergar el debate. La sesión se vio brevemente interrumpida cuando los trabajadores del Parlamento hicieron huelga y los legisladores de la oposición salieron de la cámara en protesta, por lo que la votación no llegó a concretarse. El gobierno de Grecia buscaba superar divisiones y aprobar finalmente un programa de ajuste necesario para asegurarse la vital ayuda internacional, aunque aún enfrenta algunas disidencias internas, además de la ira popular.
El principal partido de la oposición, Syriza, cree que Grecia puede defenderse mejor contra sus acreedores, porque la UE no podría absorber el impacto de la salida de Grecia de la Zona Euro, y además sostiene que muchas de las medidas puestas a discusión son anticonstitucionales. La diputada por Syriza, Zoi Constantopoulou, agregó que la exigencia de debatir la ley en una sola sesión era extorsiva.
Grecia está entrando en el sexto año de una recesión que en este momento lleva la tasa de desocupación al 25 por ciento. Las nuevas medidas de ajuste, entre otras cosas, reducen los montos jubilatorios, elevan la edad de retiro y precarizan el empleo público. Los jueces de la Suprema Corte fallaron que no deben aplicárseles a ellos, y hasta la Confederación Nacional del Comercio Helénico alertó en contra de un plan que sólo produciría cierres de empresas.
El paro afectó principalmente a la industria, los bancos, la administración pública, las escuelas y los centros de salud, así como al transporte terrestre y marítimo. A la huelga de trabajadores de ayer se sumó también el cierre de farmacias, convocado por la Federación Panhelénica de Farmacéuticos.
Fuera del Parlamento se oían fuertes estallidos mientras los manifestantes lanzaban bombas molotov y la policía respondía con gases lacrimógenos y granadas aturdidoras. En la calle junto al Congreso se veía humo y pequeños fuegos. Desafiando la lluvia, un gran grupo de ciudadanos se plantó ante los agentes antidisturbio con banderas y pancartas que decían “¡Son ellos o nosotros!” y “¡Pongan fin a este desastre!”. Otros coreaban: “¡Peleen! Nos están chupando la sangre”.
Todos llenaron la plaza y las calles aledañas en una de las mayores manifestaciones que se han visto en meses. Los manifestantes ondeaban banderas italianas, portuguesas y españolas en solidaridad con otros países del sur de Europa que también están aplicando reformas de austeridad. Además, durante la protesta se vieron pancartas contra el gobierno y los acuerdos de austeridad cerrados con la UE y el Fondo Monetario Internacional, banderas griegas y otras con los colores del movimiento obrero y anarquista, que ondearon en la plaza Syntagma.
“Creo que estas medidas destruirán a Grecia. La gente ya no tiene ni para comer y nos están recortando cada día el salario, las pensiones y las prestaciones sociales. Y luego dedican el dinero del Estado a los bancos”, se quejó amargamente Yannis Messentzis, cuyo salario cayó un 35 por ciento en los últimos dos años. Nikos, universitario de 22 años, afirmó que las medidas van a destruir el tejido social de Grecia y la gente pobre no va a poder ir ni al hospital porque la medicina ya no será gratuita. “Tengo amigos que están emigrando porque aquí no encuentran trabajo. Y no hay perspectivas de que esto vaya a mejorar”, lamentó Nikos.
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