martes, 28 de julio de 2020

Con motivo del mensaje a la nación: Construir un Perú Integral de todas las sangres es la alternativa del pueblo



Con la “revolución de la independencia” pasamos a ser un país formalmente independiente, pero económicamente dependiente del gran capital extranjero. Una semicolonia oprimida y sojuzgada en lo económico y político. La conquista, con toda la CARNICERÍA que significó para nuestros pueblos indígenas, nos trajo también aportes culturales del extranjero que pudieron ser asimilados por nuestros pueblos ancestrales. 

La República también jugó su papel: no pudo emancipar a nuestra patria ni pudo hacer del Perú una auténtica nación, pero nos legó valores de libertad y democracia. Sin embargo, en manos de la clase dominante estos valores siempre se aplicaron en beneficio de los más ricos, siendo para los pobres una mera ilusión bajo el sistema capitalista. 

Por eso los amautas José Carlos Mariátegui y José María Arguedas comprendieron muy bien que el Perú es aún una nación en formación, y que la solución definitiva a la semicolonialidad y el subdesarrollo, perenne hasta nuestros días, es construir un Perú integral que avance rumbo a una nueva sociedad colectivista.

A través de cada gobierno, la demagogia y la manipulación fueron sellos característicos de la tradicional política burguesa. Y lo es en el gobierno de Martín Vizcarra, quien en su mensaje presidencial nos ha hablado de la “Existencia de un solo Perú”, “La afiliación para el 2021 de todos los peruanos en un Sistema Integrado de Salud” y la “convocatoria de todas las fuerzas para un nuevo acuerdo básico, el Pacto Perú”.. 

¿En verdad podrá existir un solo Perú, cuando las cifras de los enfermos por la pandemia se extienden cada vez más entre los más desposeídos y se despiden miles de trabajadores a consecuencia de la suspensión perfecta para asistir mejor a las grandes empresas?

¿Puede ser posible un sistema integrado y democrático de acceso universal a la salud, sin acabar antes con el modelo neoliberal, sin democratizar la economía sometida a la influencia omnipresente del mercado y el monopolio? 

¿Se tendrá realmente la voluntad de convocar a todas las fuerzas, si el único pacto de facto que existe es entre las facciones de la clase dominante, tanto en su versión liberal cómo en su versión fascista (ambas bien representadas en el parlamento) para seguir aplicando el modelo neoliberal capitalista con mayor eficacia, imponiendo una ofensiva mayor de saqueo sobre los recursos naturales, mayor sobreexplotación de los trabajadores y depredación del medio ambiente? 

Las promesas presidenciales no son más que demagogia y manipulación de la política burguesa. En el fondo, no es el gobierno de una sola persona, sino el gobierno de una clase social a la que el presidente y sus ministros le han jurado fidelidad. El régimen de Vizcarra jamás derrotará a la pandemia. Toda su política de la administración de emergencia sanitaria se resume en descargar la crisis económica sobre las espaldas del pueblo.

Una patria libre, soberana y moderna y con democracia verdadera es nuestra tarea. Por eso construir un Perú Integral de todas las sangres es la alternativa del pueblo.

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