Corresponsal Periódico La Jornada
Sábado 1º de octubre de 2011, p. 23
Manifestantes marchan hacia la instalación central de la policía de Nueva York en protesta por el uso excesivo de fuerza contra la población. Foto Reuters
David Brooks
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 1º de octubre de 2011, p. 23
Sábado 1º de octubre de 2011, p. 23
Nueva York, 30 septiembre.
Estudiantes y trabajadores unidos, tomemos la ciudad, fue una de las consignas que surgieron de la acción Ocupa Wall Street, cuando aparecieron por primera vez algunos contingentes de sindicalistas entre los jóvenes que hace dos semanas impulsaron la protesta para denunciar la avaricia empresarial.
La llamada Plaza Libertad contenía tres o cuatro veces más participantes que antes, y se notaba un giro en lo que hasta ahora había sido un plantón de no más de 200 personas, en su gran mayoría jóvenes blancos universitarios. De pronto aparecieron pancartas anunciando la llegada de representantes del poderoso sindicato de trabajadores del transporte (metro y autobuses municipales) TWU, y estalló una ovación.
¡Bienvenidos!, gritaron los jóvenes.
Un sindicalista del TWU toma la palabra. Las autoridades han prohibido el uso de megáfonos o sistema de sonido en la plaza, y por lo tanto los manifestantes emplean lo que llaman un micrófono humano que consiste en que cada frase que dice un orador se va repitiendo por las filas en coro para que el mensaje llegue a todos. Las palabras del sindicalista se trasmiten así, nutriendo las emociones al repetir que su sindicato aprobó formalmente el apoyo a los jóvenes y
por ello venimos aquí para expresar la solidaridad.
También acudieron algunos representantes del sindicato automotriz UAW, representantes de unas cuantas organizaciones sociales (entre ellos educadores), de inmigrantes, y un contingente de
abuelas por la pazy Código Rosa, entre otras, que, aun con presencia mínima, mostraban que había un cambio en la conformación inicial de esta iniciativa. De hecho, ya se anunció una marcha de sindicatos y organizaciones comunitarias en apoyo de Ocupa Wall Street para el próximo miércoles.
Con ello podría cambiar el perfil de la iniciativa, que aun con denuncias ampliamente c
ompartidas contra los abusos del sector financiero y lo que afirman es el secuestro de esta democracia por el uno por ciento más rico del país, hasta ahora no había contado con el apoyo explícito de organizaciones sociales.
Somos el 99 por ciento, somos el 99 por ciento, es una de las principales consignas, reclamando que el sistema actual sólo beneficia a los más ricos, mientras cada vez hay más desempleo, familias que pierden su vivienda, estudiantes sin futuro y con deudas cada vez más onerosas.
Una marcha partió de la Plaza Libertad hacia la jefatura de la policía de Nueva York, a unas ocho cuadras, para sumarse a una manifestación que casi llegó a unas mil personas denunciando el uso excesivo de fuerza, y hasta brutalidad, por parte de la policía contra los manifestantes en una marcha el pasado sábado.
¿De quiénes son las calles? ¡Son nuestras calles!, coreaban. Una manta exigía
Ocupen todo.
Cambio de actitud en la policía
Lo más curioso es que, también por primera vez, la policía que escoltaba a la marcha cambió de actitud, solicitando ahora con gran amabilidad a la gente que caminara por las banquetas. Después de días de un manejo brusco e intimidante, algo cambió, tal vez porque las imágenes del uso excesivo de fuerza contra manifestantes hace unos días (que ya está bajo investigación de las autoridades) pusieron a la defensiva a los guardianes del orden y sus jefes políticos ante la opinión pública.
La concentración frente a la jefatura de policía también se volvió
asamblea general, donde se turnaron varios oradores de diversos sectores, usando el sistema de micrófono humano. Un inmigrante tomó la palabra: “los inmigrantes venimos a este país por las mismas razones que ustedes están ocupando Wall Street… porque en nuestros países no nos podían ofrecer empleo. El imperialismo ha destruido a nuestros países… y cuando venimos aquí, no tenemos derecho a nada…”
Los jóvenes sin experiencia en una iniciativa con casi nula organización más allá de Internet, que empezó de manera poco prometedora, ahora comienzan a ser acompañados por otro tipo de participantes, desde maestros a trabajadores sociales, junto con sindicalistas. La opinión pública, a juzgar por programas de línea abierta en radio y televisión, expresa su apoyo, denunciando a los banqueros y empresarios mientras las mayoría padecen de más recortes de empleo y servicios públicos.
El alcalde Michael Bloomberg declaró en un programa de radio que los manifestantes están equivocados. “Siempre tenemos la tendencia de culpar a la gente equivocada. Culpamos a los bancos. Fueron parte de esto [la crisis]… pero también el Congreso, y todos”. Sus palabras fueron mal recibidas en la Plaza Libertad, donde la gente opinó que
el alcalde no tiene ni idea de lo que habla, representa a los ricos, o
es hora que deje de hablar y empiece a escuchar si quiere enterarse de soluciones a todo esto.
A la vez, acciones parecidas a las de Ocupa Wall Street se desarrollan en otras ciudades, con planes de ocupaciones y manifestaciones contra la cúpula económica en Los Ángeles, Chicago, Austin y decenas más. En Washington se ha convocado un plantón permanente en la Plaza Libertad contra las guerras y las políticas económicas la próxima semana.
Hoy en Boston, más de 20 manifestantes fueron arrestados durante una protesta contra la crisis hipotecaria frente a las oficinas centrales de Bank of America en el centro de la ciudad. Según organizadores de una coalición de grupos comunitarios y religiosos, que también impulsan acciones en San Francisco y otras ciudades más, miles se congregaron en la calle Federal en apoyo de familias que están perdiendo sus hogares frente a los bancos por no poder pagar sus hipotecas, lo que han sufrido millones de personas por todo el país desde que estalló la crisis. Decenas ocuparon el lobby de las oficinas del banco en lo que es sólo el inicio de acciones de desobediencia civil.
Ante todo esto, algunos se atreven a decir que tal vez podría ser el tan deseado inicio de una
primavera estadunidenseinspirada por la
primavera árabe. Por ahora, apenas florece algo en lo que ha sido un largo invierno para los sectores sociales de este país.
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