Represión en España: la Dictadura Financiera ha asaltado la democracia

Bryan Anthony Serrano /Miércoles 26 de septiembre de 2012

El martes 25 de septiembre una masiva y singular protesta contra el "secuestro de la democracia" convocada por la Coordinadora 25-S y la Plataforma ¡En Pie! en el marco del rechazo a las medidas de austeridad del gobierno en España fue brutalmente reprimida en medio de cargas policiales y agresiones contra los manifestantes a manos de la policía antidisturbios de Madrid.

La represión contra el acto denominado "Rodea el Congreso" ha dejado un salto de 64 activistas heridos, tres de los cuales tuvieron que ser trasladados al hospital con una persona en estado crítico. La policía golpeó a a manifestantes indefensos con porras y lanzando gases lacrimógenos; un escenario que hacía recordar las épocas de palos y cachiporras del Franquismo. Hasta ahora se ha reportado más de 30 detenciones. 

Con ello, el régimen de Rajoy junto con sus políticas de "hambre y austeridad" (ilustradas recientemente por el New York Times) ha agregado una sistemática política de criminalización de la protesta social, en vez de plantear soluciones políticas y reformísticas a los graves efectos de la crisis sobre la sociedad española.

En España, la corrupta e inmoral clase dominante (posicionada en el sector bancario e inmobiliario) acumuló capital y poder usufructuando los beneficios de la deuda española. Con el estallido de la crisis, se limitó ha embaucar al conjunto de la sociedad española con el control supranacional de la élite bancaria europea (principalmente alemana). Ésta dictadura financiera a nivel continental se ha venido endureciendo imponiendo el régimen de la austeridad con "rescates a la banca" y 'vigilancia' de la Troika (BCE, Comisión Europea y FMI) a cambio de profundizar el desahucio contra las clases trabajadoras.

En este escenario la democracia y sus principios demoliberales han sido conculcados por el capital financiero a la ciudadanía, y los partidos tradicionales como UPyD y PSOE están totalmente desacreditados por las masas. La democracia formal (en realidad aparente e inexistente) y todo el sistema político institucional pareciera implosionar, al comprobarse inepto e incapaz para plantear una salida real a la crisis económica que empeora cada día campeando el hambre, el desempleo y el deshaucio.