En el día mundial de la solidaridad con el pueblo palestino (29 de noviembre) la Asamblea General de las Naciones Unidas ha decidido otorgar por mayoría el status de 'Estado Observador' al interior de la Asamblea a la nación palestina; 'Observador' claro está pero un Estado al fin y al cabo. Acontecimiento histórico del cuál vale la pena realizar su correcta valoración junto a un análisis retrospectivo a fin de comprender la crucial y nueva etapa en la que se sitúa el largo proceso de emancipación del pueblo palestino. Precisamente el reconocimiento se produce a sólo menos de una semana de los bombardeos del ejército israelí sobre la franja de gaza con la denominada operación 'plomo fundido'.
Pero los cálculos militares y geopolíticos precipitados del régimen de Netanyahu parecen pasarle hoy la factura, no sólo porque los objetivos oficiales de la ofensiva israelí habrían fracasado (el desmantelamiento de Hamás) sino porque a pesar de la ferocidad de los ataques y el eclecticismo israelí, la nación palestina pareció haber salido mejor parada y fortalecida política, militar, mediática y moralmente, con aires de triunfo pese a las múltiples bajas. Y hoy, sin duda, el aislamiento israelí (junto a EEUU) en la Asamblea General ha sido como pocos en la historia significando otro duro golpe diplomático. Netanyahu a reaccionado diciendo que 'el reconocimiento de Palestina en la ONU no cambiará nada sobre el terreno'. Pero esto era previsible. Por lo demás es innegable dejar de reconocer la extensión internacional de la solidaridad con la causa palestina a nivel de delegaciones diplomáticas y la opinión pública mundial. Este es un factor cuya creciente influencia y presión están jugando un papel decisivo en el ámbito de la confrontación de clases que se da incluso en el mismo terreno de las relaciones diplomáticas de la ONU.
29/12/2012
Pero los cálculos militares y geopolíticos precipitados del régimen de Netanyahu parecen pasarle hoy la factura, no sólo porque los objetivos oficiales de la ofensiva israelí habrían fracasado (el desmantelamiento de Hamás) sino porque a pesar de la ferocidad de los ataques y el eclecticismo israelí, la nación palestina pareció haber salido mejor parada y fortalecida política, militar, mediática y moralmente, con aires de triunfo pese a las múltiples bajas. Y hoy, sin duda, el aislamiento israelí (junto a EEUU) en la Asamblea General ha sido como pocos en la historia significando otro duro golpe diplomático. Netanyahu a reaccionado diciendo que 'el reconocimiento de Palestina en la ONU no cambiará nada sobre el terreno'. Pero esto era previsible. Por lo demás es innegable dejar de reconocer la extensión internacional de la solidaridad con la causa palestina a nivel de delegaciones diplomáticas y la opinión pública mundial. Este es un factor cuya creciente influencia y presión están jugando un papel decisivo en el ámbito de la confrontación de clases que se da incluso en el mismo terreno de las relaciones diplomáticas de la ONU.
29/12/2012
El ex primer ministro israelí,
Ehud Olmert, dijo que su país no tiene motivos para oponerse al reconocimiento
de Palestina como Estado observador, palabras que algunos expertos no aceptan.
El analista Basem Tajeldine, cree que las perspectivas de Palestina provocan desesperación en el liderazgo del país hebreo y que ha quedado demostrada con la reciente agresión contra Gaza.
“Esta última agresión de Israel contra Gaza podríamos interpretarla como medida de desespero ante esa realidad que se le aproxima”, dijo el experto.
Detalló que cuando Palestina pase a ser Estado observador en la Asamblea General, podría acudir posteriormente a la Corte Penal Internacional “para que sean juzgados por crímenes de guerra los líderes militares israelíes que han perpetrado por más de 65 años actos de genocidio contra el pueblo palestino”.
El analista Basem Tajeldine, cree que las perspectivas de Palestina provocan desesperación en el liderazgo del país hebreo y que ha quedado demostrada con la reciente agresión contra Gaza.
“Esta última agresión de Israel contra Gaza podríamos interpretarla como medida de desespero ante esa realidad que se le aproxima”, dijo el experto.
Detalló que cuando Palestina pase a ser Estado observador en la Asamblea General, podría acudir posteriormente a la Corte Penal Internacional “para que sean juzgados por crímenes de guerra los líderes militares israelíes que han perpetrado por más de 65 años actos de genocidio contra el pueblo palestino”.
Este jueves Palestina espera con optimismo el voto de la Asamblea General de la ONU sobre la elevación de su estatus a observador en el organismo, pese a la oposición de EE.UU. e Israel. La votación se lleva a cabo el en Día Internacional de Solidaridad con Palestina.
El origen de esta larga crisis se remonta al inicio del siglo XX, cuando la pertenencia de las tierras palestinas provocó numerosos choques entre los árabes y los judíos que llegaban a esta zona. Ambos pueblos la consideraban como su patria histórica.
En el año 1947 la ONU elaboró un plan que proponía dividir la región de Palestina en dos Estados: uno hebreo y otro árabe. Jerusalén se habría convertido entonces en una unidad administrativa independiente bajo control internacional. Al final, sólo Israel apareció en el mapa, mientras que no llegó a formarse un Estado palestino.
Esta iniciativa de las Naciones Unidas fue rechazada drásticamente por los países árabes e Irán. Como resultado, en los territorios palestinos estalló una guerra. Tras el conflicto bélico de 1948, el 40% de éstos pasó a Israel, el 60% a Egipto y Jordania. Esto motivó que más de 300.000 palestinos se vieran obligados a marcharse.
En un afán por recuperar lo perdido, en 1964 se crea la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), de la cual saldría el futuro presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasir Arafat Pero la liberación palestina no llegó a hacerse realidad: en 1967 las tropas del país hebreo emprendieron una ofensiva, empezando de esta manera la Guerra de los Seis Días. Así, la mayoría de las tierras árabes de la zona resultaron ocupadas por Israel, aumentando su superficie en cinco veces, aunque después tuvo que ceder algunos de esos territorios.
Pese a las numerosas negociaciones que han tenido lugar desde los años 70, Israel siguió controlando militarmente parte del territorio palestino. La construcción de un muro, por parte del Gobierno del país hebreo en Cisjordania, solo echó más leña al fuego. A finales del siglo XX, el anhelado proceso de paz se paralizó y hasta la fecha no ha podido ser restablecido. No obstante, las autoridades palestinas no desisten en sus intentos de forjar un Estado propio.
“Como presidente de Palestina y presidente del comité ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina presento a su excelencia, secretario general de la ONU Ban Ki-moon, la solicitud de Palestina de su ingreso como futuro miembro de la ONU. Esta es una copia de la petición”.
Este mensaje de Mahmud Abbas a la comunidad internacional el año pasado dio nuevas esperanzas a la nación palestina. La petición logró el apoyo de la mayoría de los Estados miembros del organismo, entre ellos, los países latinoamericanos.
Sin embargo, la propuesta aplaudida por la mayoría en la Asamblea General, al final resultó vetada por EE.UU. en el Consejo de Seguridad. Según Washington, esta decisión se debió a las acciones unilaterales de las autoridades de la Autonomía.
Y ahora un intento más. El estatus de Estado observador le permitiría dar el siguiente paso en el largo camino hacia su ansiada meta.
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