Richard Manrique Torres /Martes 2 de abril del 2013
El déficit educativo en el país pondría en jaque la economía en unos cinco años, debido al desfase entre las necesidades de crecimiento de las empresas peruanas y la escasez de mano de obra calificada para alcanzar ese desarrollo productivo, advirtió la consultora Proexpansión.
“En el mediano plazo los problemas se irán agravando. Porque ya encontramos que la mano de obra es escasa y que los sueldos para los profesionales verdaderamente competentes se están disparando, lo cual le resta competitividad a la economía peruana. Yo creo que esto no es sostenible en cinco años”, previó su jefa de estudios económicos, Katia Samanamud.
Según el informe de la consultora titulado Educación para el trabajo, no para el diploma, hay una demanda de técnicos que pueden ganar salarios de hasta 2,000 dólares mensuales, mientras existe una mano de obra en su mayoría empleada en pésimas condiciones, donde el 60% son informales y, solo en Lima, 1.7 millones son subempleados.
Esto abre el riesgo de que los extranjeros reemplacen la mano de obra nacional, con el consiguiente perjuicio para el ingreso de las familias peruanas. “En términos económicos, en realidad no importa la procedencia del trabajador. Pero a las familias peruanas les interesa poder encontrar un empleo adecuado. Y si viene un joven que ha sido edecuado en Europa probablemente tenga ventaja, y eso sí es una amenaza para los peruanos”, advirtió.
Educación dual
Samanamud argumentó que la competitividad del país no debe depender de las fluctuaciones del dólar, sino del nivel educativo de su población, acorde con las actividades productivas del país. Por ello, exhortó a los gremios empresariales y el Estado a alinear la oferta educativa con la demanda laboral.
“Deberían establecer una serie de estándares de lo que se requieren de los profesionales y de los técnicos”, recomendó, pues existe aún la idea de que solo los estudios universitarios garantizan el éxito a futuro, mientras los estudios técnicos se dejan de lado. Y, encima, los que se inclinan por esta última opción no se gradúan con los perfiles requeridos por las empresas.
Samanamud planteó establecer un sistema dual de educación, donde combina la práctica en una empresa con la teoría en un centro educativo. De esta manera, los
alumnos aprenden siendo a la vez parte de un proceso productivo real y ganando un salario, tal como se hace en Europa, Estados Unidos y el Asia.
“Es importante que las empresas entiendan que el rol de educar no solamente es del Estado, porque a ellos también les interesa tener una mano de obra competitiva y de calidad”, afirmó.
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