Marco Antonio Moreno /13 de junio del 2012
Jaume Barberá nuevamente toca
un tema de gran envergadura en esta entrevista que realiza al economista
austríaco Christian Felber, experto en líneas de pensamiento económico
heterodoxo como lo es la economía
evolutiva o la economía sustentable, tema sobre el cual escribí hace
algún tiempo el post ¿Cumple
la economía con la leyes de la termodinámica?.
Felber nos da cuenta de la
necesidad de establecer un modelo económico alejado del capitalismo
crematístico que nos ha hundido en la actual crisis, pero también alejado de la
sombra del comunismo, dado que pueden ser perfectamente compatibles una forma de
libre mercado con una forma de planificación centralizada.
Lo que interesa es realizar una síntesis de estos conceptos históricos y reinstaurar la economía del bien común, es decir, volver a los origenes del pensamiento económico donde imperaban los principios de la comunidad por sobre los intereses individualistas.
Lo que interesa es realizar una síntesis de estos conceptos históricos y reinstaurar la economía del bien común, es decir, volver a los origenes del pensamiento económico donde imperaban los principios de la comunidad por sobre los intereses individualistas.
Christian Felber toca una gran
cantidad de temas que nos ayudan a comprender lo que está en la trastienda de
la actual crisis, así como asumir tareas para enfrentar el futuro posible. A
modo de ejemplo, señala la incongruencia de un mundo civilizado donde la
diferencia entre el salario mínimo y el sueldo de un gerente es de 800 veces en
Austria, de 5.000 veces en Alemania y de 65 mil veces en Estados Unidos. Más
aún cuando la diferencia entre el salario mínimo y el de un ejecutivo de Wall
Street ha llegado a ser de 360 mil veces, lo que establece la verguenza de que
el ejecutivo de Wall Street gana en un día mil veces lo que otro gana
en todo un año.
La valentía con que Christian
Felber refuta el actual modelo económico es algo que invita a seguirlo. La
economía del bien común tiende a ser una forma de economía de mercado, pero
aquí la polaridad de los motivos y objetivos de las empresas privadas se
invierten: de un modelo que busca la competencia y la maximización de
ganancias, se pasa a un modelo orientado a la búsqueda del bien común, donde el
objetivo es la satisfacción de la comunidad. Es una abierta diferencia con el
modelo que ha imperado en las últimas décadas y donde se elogia y estimula el
bienestar individual por sobre el bienestar colectivo.
Felber pone numerosos ejemplos
dado que siempre este tema es mirado con sospecha y escepticismo. Pero fomentar
la confianza, la responsabilidad, la compasión, el apoyo recíproco y la
cooperación, son patrones de una forma de comportamiento humano que están muy
arraigados en los principios de la civilización democrática. Volver a ellos y
recordar que existen puede en verdad dar luces para torcer la oscuridad de un
modelo económico basado en la usura y la crematística más despiadada contra el
propio ser humano; donde han imperado los principios de la depredación y el
agotamiento de los recursos naturales, pisoteando además los más básicos
derechos humanos con la explotación del trabajo infantil. La actual crisis
también responde a un derrumbe de la ética, y la recomposición de estos valores
bien puede ayudarnos a encontrar el camino perdido que como humanidad
necesitamos. El enfoque de Felber apunta en esa dirección y vale la pena ver la
entrevista que Jaume Barberá realizó en Singulars, para comprender los
importantes tópicos que aborda y que podemos ir asumiendo desde ahora.
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