Salim Lamrani /17/06/2012
El caso emblemático de la
crisis del endeudamiento es Grecia que ha sufrido desde 2010 nueve planes de
austeridad de una severidad extrema a los cuales el pueblo griego ha respondido
con catorce huelgas generales. No obstante existe una solución.
El caso de la crisis de la
deuda griega es un caso de manual e ilustra el fracaso total de las políticas
neoliberales.
En efecto, a pesar de la intervención de la Unión Europea, del Fondo Monetario Internacional y del Banco Central Europeo, a pesar de la aplicación de nueve planes de austeridad extrema -alza masiva de los impuestos, entre ellos el IVA, alza de los precios, reducción de los salarios (¡hasta un 32% sobre el salario mínimo!) y de las pensiones de retiro, retraso de la edad legal de la jubilación, destrucción de los servicios públicos de primera necesidad como la educación y la salud, supresión de las ayudas sociales y privatizaciones de los sectores estratégicos de la economía nacional (puertos, aeropuertos, ferrocarril, gas, agua, petróleo- que han doblegado a la población (1), hoy la deuda es superior a lo que era antes de la intervención de las instituciones financieras internacionales en 2010. (2)
No obstante, la crisis griega
habría podido evitarse. En efecto, habría bastado con que el Banco Central
Europeo hubiera prestado directamente a Atenas las sumas necesarias, con la
misma tasa de interés con la que presta a los bancos privados, es decir entre
el 0% y el 1%, lo que hubiese impedido toda especulación sobre la deuda por
parte del mundo financiero. Ahora bien, el Tratado de Lisboa redactado por
Valéry Giscard d’Estaing, prohíbe esta posibilidad por razones difícilmente
comprensibles si uno se basa en el postulado según el cual el Banco Central
Europeo actúa en el interés de los ciudadanos. (3)
En efecto, el Artículo 123 del
Tratado de Lisboa estipula que “queda prohibida la autorización de descubiertos
o la concesión de cualquier otro tipo de créditos por el Banco Central Europeo
y por los bancos centrales de los países miembros, denominados en lo sucesivo
“bancos centrales nacionales”, a favor de instituciones u organismos, Gobiernos
centrales, autoridades regionales o locales, u otras autoridades públicas,
organismos de Derecho público o empresas públicas de los Estados miembros, así como
la adquisición directa a los mismos de instrumentos de deuda por el BCE o los
bancos centrales nacionales”. (4)
En realidad el BCE sirve
directamente a los intereses del mundo financiero. Así, los bancos privados
contrataron un préstamo al BCE con la tasa baja de un 0% al 1% y luego
especularon sobre la deuda y prestaron ese mismo dinero a Grecia con tasas que
van del 6% al 18%, agravando así la crisis de la deuda, que ahora es
matemáticamente impagable, ya que Atenas se encuentra en la obligación de
contratar préstamos sólo para pagar los intereses de la deuda. (5) Peor aún, el
BCE vende a Grecia títulos de su propia deuda a precio de oro, es decir al 100%
de su valor, mientras que los adquirió a un 50%, y especula así sobre el drama
de una nación.
Por esas razones, resulta
imprescindible reformar en profundidad el Tratado Europeo con el fin de
autorizar al BCE a prestar directamente a los Estados y evitar así los ataques
especulativos del mundo financiero sobre las deudas soberanas, como ha sido el
caso en Grecia, Irlanda, España, Portugal e Italia, por citar sólo algunos.
Las lecciones procedentes de
la nueva América Latina
Europa tiene mucho que
aprender de la nueva América Latina que representan el Brasil de Dilma Roussef,
la Venezuela de Hugo Chávez, la Bolivia de Evo Morales, la Argentina de
Cristina Kirchner y el Ecuador de Rafael Correa, en términos de lucha contra el
mundo financiero y de recuperación de la soberanía y del destino nacional.
Todas estas naciones han escogido ubicar al ser humano en el centro del
proyecto de sociedad y librarse del peso de la deuda, con el fin de acabar con
la influencia de las instituciones financieras internacionales tales como el
Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
El Ecuador del presidente
Correo señaló el camino a seguir. En efecto, éste logró disminuir la deuda de
un 24% a un 11% del PIB sin aplicar medidas de austeridad. Dicha deuda,
contratada en los años 1970 por regímenes dictatoriales, era por esencia
ilegítima y entraba en la categoría de deuda llamada “odiosa”. (6)
El concepto de “deuda odiosa”,
es decir ilegítimamente impuesta, se remonta a 1898 cuando Estados Unidos, tras
su intervención militar en Cuba, decidió decretar unilateralmente la anulación
de la deuda que tenía La Habana con Madrid, ya que fue contratada por un
régimen colonial ilegítimo.
Entre 1970 y 2009, Ecuador
rembolsó 172 veces el monto de la deuda de 1970. No obstante, debido a los
intereses exorbitantes que se impusieron a la nación, el volumen de ésta se multiplicó
por 53. Del mismo modo, entre 1990 y 2007 el Banco Mundial prestó 1.440
millones de dólares y Ecuador rembolsó a esta institución la suma de 2.510
millones. El servicio de la deuda representaba entre 1980 y 2005 el 50% del
presupuesto nacional, en detrimento de todos los programas sociales. (7)
A su llegada al poder en 2007,
Correa redujo el servicio de la deuda a un 25% del presupuesto y creó una
Comisión para la Auditoría Integral del Crédito Público, con el fin de evaluar
la legitimidad de la deuda. (8) La Comisión publicó su informe y consideró que
la deuda comercial ecuatoriana era ilegítima. En noviembre de 2008, el
presidente Correa procedió a la suspensión del pago de un 70% de la deuda
pública.
Consecuencia lógica, el valor
de la deuda ecuatoriana perdió un 80% de su valor en el mercado secundario.
Quito aprovechó la ocasión para comprar 3.000 millones de su propia deuda por
una suma de 800 millones de dólares, realizando así un ahorro de 7.000 millones
de dólares de intereses que el país habría pagado hasta 2030.
Así, mediante una simple
auditoría, Ecuador redujo, sin gasto alguno, su deuda de cerca de 10.000
millones de dólares. La deuda pública pasó de un 25% del PIB en 2006 a un 15%
en 2010. En el mismo tiempo, los gastos sociales (educación, salud, cultura,
etc.) pasaron de un 12% a un 25%. (9)
Europa debe seguir el camino
que ha señalado la nueva América Latina. En efecto, el problema de la deuda
pública no puede de ningún modo resolverse mediante la aplicación de medidas de
austeridad políticamente desastrosas, socialmente injustas y económicamente
ineficientes. Las olas de privatizaciones de sectores claves de la economía
nacional y la destrucción de los derechos sociales duramente conquistados
tampoco son la solución para una deuda matemáticamente impagable. No obstante,
la solución es simple: que el Banco Central Europeo preste directamente a los
Estados con la misma tasa de interés que la reservada a los bancos privados y
que el poder de creación monetaria sea una exclusividad de los bancos
centrales. El interés general debe prevalecer sobre el de los bancos privados.
¿Quién se atreverá en Europa a tomar ejemplo del Nuevo Mundo latinoamericano y
tendrá la valentía política de enfrentarse al mundo financiero?
Salim Lamrani es Doctor en
Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV,
Salim Lamrani es profesor encargado de cursos en la Universidad
Paris-Sorbonne-Paris IV y en la Universidad Paris-Est Marne-la-Vallée y
periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su
último libro se titula Etat de siège. Les sanctions économiques des Etats-Unis
contre Cuba, París, Ediciones Estrella, 2011, con un prólogo de Wayne S. Smith
y un prefacio de Paul Estrade.
Notas:
1) Le Figaro, « Grèce : les 10
nouvelles mesures de rigueur », 13 de febrero de 2012.
2) Comité pour l’Annulation de
la Dette du Tiers monde (CADTM), «Le CADTM dénonce la campagne de
désinformation sur la dette grecque et le plan de sauvetage des créanciers
privés», 10 de marzo de 2012.
http://www.cadtm.org/Le-CADTM-denonce-la-campagne-de (sitio consultado el 29 de
abril de 2012).
3) Le Monde Diplomatique, «Les
Irlandais rejettent le Traité de Lisbonne», 13 de junio de 2009.
http://www.monde-diplomatique.fr/carnet/2008-06-13-Les-Irlandais-rejettent-le-traite
(sitio consultado el 29 de abril de 2012).
4) Tratado de Lisboa, Artículo
123.
5) Comité pour l’Annulation de
la Dette du Tiers monde (CADTM), «Le CADTM dénonce la campagne de
désinformation sur la dette grecque et le plan de sauvetage des créanciers
privés», op. cit.
6) Jean-Luc Mélenchon,
«Comment l’Equateur s’est libéré de sa dette»,
http://www.jean-luc-melenchon.fr/arguments/comment-lequateur-sest-libere-de-la-dette/
(sitio consultado el 13 de junio de 2012).
7) Ibid.
8) Comisión para la Auditoría
Integral del Crédito Público, julio de 2007.
9) Guillaume Beaulande,
«Equateur : le courage politique de dire non à la dette et au FMI», Place au
Peuple 2012, 14 de diciembre de 2011.
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