Henri Wimno /6/09/12/ NPA
Cerca de cuatro años después
de la quiebra del banco americano Lehman Brothers, la crisis está lejos de
haber terminado. Además de Grecia, España o Italia, la zona euro muestra un
crecimiento penoso. En el mundo, incluso China conoce una ralentización de su
actividad.
“Estamos ante una crisis de
una gravedad excepcional, una crisis larga que dura desde hace ya más de cuatro
años y ninguna de las grandes potencias económicas, incluyendo las emergentes,
está ya a salvo”.
Se puede por una vez estar de
acuerdo con este diagnóstico de François Hollande en su discurso pronunciado en
Châlons-en-Champagne el pasado 31 de agosto (lo que no quiere decir que se
apoyen los remedios que propone). Nos acercamos al aniversario de la quiebra
del banco americano Lehman Brothers, el 15 de septiembre de 2008, sin que se
dibuje ninguna salida de la crisis.
El penoso crecimiento
mundial
Las previsiones del Fondo
Monetario Internacional (FMI) publicadas a mediados de julio dan fe de la nueva
ralentización de la economía. El crecimiento de los países “avanzados” (América
del Norte, Unión Europea, Corea del Sur, etc.) es dos veces menos elevado que
en 2010. El marasmo es particularmente fuerte en la zona euro con un
crecimiento negativo en 2012 (-0,3%). Francia sale un poco mejor parada que sus
vecinos (+0,3%), pero con esta cifra el paro se va a disparar: el ministro de
trabajo, Michel Sapin ha anunciado que el umbral del 10% de parados estaba ya
franqueado. De hecho, Francia se dirige hacia su récord de paro desde 1975:
10,8% en el primer semestre de 1997 -solo Francia, sin contar los DOM-TOM-
(Dominios y Territorios de Ultramar ndt). En el resto del mundo la
ralentización es limitada pero real. El crecimiento de Brasil es tres veces
menos elevado que en 2010. El de India baja también y será sin duda en 2012 más
débil que el previsto por el FMI (del orden del 5,5%). Lo mismo ocurre en
China, que debería estar con un crecimiento del 7,5%.
Detrás de este paisaje, podemos
observar tres fenómenos principales:
- La debilidad del crecimiento
en los Estados Unidos y en Europa es el índice de que las causas iniciales de
la crisis no han sido superadas: tendencia a la sobreacumulación, peso de las
deudas acumuladas, incertidumbres sobre el balance de los bancos que mantienen
la desconfianza, ingeniosidad de los especuladores y financieros.
- Las principales clases
dominantes de los países occidentales están desgarradas por sus divisiones
sobre la estrategia económica: republicanos ultraliberales contra demócratas en
los Estados Unidos, divisiones entre países en Europa.
- El final de la ilusión según
la cual las economías emergentes, y particularmente la china, podían venir a
salvar a las economías de la OCDE.
En los Estados Unidos y en
Europa, las burguesías y su representación política están divididas sobre la
forma de gestionar las finanzas públicas (en Estados Unidos) y la cuestión
monetaria (en la zona euro); pero unificadas sobre las políticas de austeridad
social y salarial y la voluntad de mantener el marco neoliberal. Ningún cambio
importante de conjunto de esta orientación está en el orden del día.
En los Estados Unidos, Obama y
Romney son ambos, cada uno a su manera, candidatos del “1%”, según la fórmula
del movimiento Occupy Wall Street. Sin embargo, una victoria del
republicano Romney marcaría una vuelta a políticas ultrarreaccionarias y
belicistas.
Europa, eslabón débil de la
situación
Europa aparece como el eslabón
débil en la configuración del capitalismo actual. Su crecimiento, como hemos
visto, es el más calamitoso de todas las grandes zonas económicas. Su recesión
en 2012 debilita el comercio mundial a través de la ralentización de sus
importaciones, y por tanto de la actividad de los demás países, mientras que su
crisis financiera (situación de los bancos, deudas públicas) aumenta la
incertidumbre mundial. Tras tantas cumbres europeas presentadas como decisivas,
la crisis bancaria española combinada con la situación de Grecia ha marcado una
nueva etapa.
Las medidas de austeridad
acentúan la debilidad del crecimiento y del paro, pero ningún sector esencial
de las clases dominantes apoya un giro de conjunto de las políticas económicas
y no hay presión efectiva del movimiento obrero europeo en ese sentido. Ciertamente,
por primera vez, la Confederación Europea de Sindicatos se ha opuesto a un
tratado europeo rechazando el tratado presupuestario. Pero hay una distancia
entre tales declaraciones y la preparación de movimientos de conjunto de los
asalariados europeos. Movimientos de conjunto que irían más allá de las
jornadas de acción a las que los poderes no están dispuestos a hacer la menor
concesión. En fin, los antiliberales radicales y los anticapitalistas son
demasiado débiles y están demasiado poco coordinados como para influir a favor
de soluciones radicales a nivel europeo.
Quienes se benefician de la
crisis y la masa de los demás
A escala mundial, 25 millones
de millonarios, que representan el 0,5% de la población, concentran ellos solos
el 36% de las riquezas, según el informe 2011 sobre la riqueza mundial del
Crédit Suisse. Un informe del Centro de Investigación del Congreso de los
Estados Unidos muestra que los americanos más ricos se han enriquecido desde
2001: el 10% de la población posee ya el 75% de la riqueza nacional y, entre
ellos, el 1% más rico es dueño de cerca del 35%.
Otros pagan los platos rotos,
como muestra un informe reciente de la Oficina Internacional del Trabajo.
Limitándose a los países desarrollados (lo que no quiere decir que el resto del
mundo esté a salvo):
- El paro roe las sociedades y
la situación de los jóvenes es particularmente crítica. La tasa de paro de los
jóvenes supera el 45% en Grecia y en España (en España, ha pasado del 18% en
2007 al 45,8% hoy). El paro de larga duración ha progresado.
- La calidad de los empleos se
ha deteriorado. La parte de los empleos a tiempo parcial y de los CDD
-contratos de duración determinada- (de diversos tipos, incluyendo los
interinos) ha progresado entre 2007 y 2011. Los empleos de los CDD y eventuales
han sido los primeros suprimidos al principio de la crisis pero, luego, las
contrataciones se han hecho en mayor proporción bajo esta forma. Estos empleos
tienen rentas menores que los empleos estables.
- Menos acceso a la salud. En
Europa, el caso de Grecia es el más dramático con recortes del 40% del montante
del presupuesto de los hospitales públicos. En los Estados Unidos, las familias
deben soportar ya gastos de salud ruinosos tras la pérdida de su empleo y del
seguro de enfermedad que le está ligado y el impacto de la reforma Obama no se
hará sentir realmente más que en 2014.
- Brechas en el derecho
laboral. Numerosos países han conocido reformas del derecho laboral que han
flexibilizado frecuentemente las reglas del despido. La proporción de
asalariados cubiertos por convenios colectivos ha disminuido. En Grecia, España
y Portugal, leyes introducidas desde 2010 permiten derogar acuerdos de rama y
reducen las garantías individuales y colectivas en caso de despido.
- Austeridad presupuestaria.
Veintidós de los veintisiete países de la UE han bloqueado o reducido los
salarios de los funcionarios. El mismo número de ellos ha reducido las
prestaciones sociales: prestaciones de desempleo y jubilaciones (retraso de la
edad, disminución d ellas pensiones, acceso más difícil).
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