La tóxica espiral entre la deuda soberana de los países periféricos y el sistema financiero del Viejo Continente es más que evidente. De hecho, los analistas de Bank of America Merrill Lynch ponen de manifiesto en su último informe, titulado "Bancos Centrales al Rescate" que desde el pasado 21 de julio, la crisis de soberana ha cambiado de rumbo, yendo más allá de Grecia, Portugal e Irlanda y contagiando a Italia y España, e incluso a los bancos franceses. Según pone de manifiesto el documento es evidente que los fondos actuales del EFSF serán insuficientes para hacer frente a los grandes países de la Unión Europea.
En este sentido, se aborda la polémica sobre las necesidades de capital de la banca europea, en el caso de que la economía europea se contraiga durante los próximos meses, un hecho que muchos especialistas ya dan por descontado. Si la situación empeorase, los bancos de la Eurozona podrían llegar a necesitar hasta 100.000 millones de euros, según estiman los analistas de BofAML.
Los cálculos del banco estadounidense apuntan que las entidades financieras podrían llegar a requerir entre 25.000 y 40.000 millones de euros, de acuerdo con las normas de Basilea III. Para el banco estadounidense "esta cantidad es manejable", pero, sin embargo, si la economía de la eurozona entrase en recesión, "esta cantidad podría incrementarse hasta los 100.000 millones de euros".
Para evitar males mayores, el análisis plantea una serie de soluciones como el acceso de estos bancos al EFSF (el fondo de ayudas establecido por la UE). Desde su punto de vista, una vez que se descuenten los rescates a Grecia, Portugal e Irlanda, el Fondo contará todavía con cerca de 300.000 millones de euros. Esta cantidad sería suficiente para ayudar a los bancos siempre y cuando ningún otro país de mayor calado, como España e Italia precisen ayudas extraordinarias de la Eurozona.
"En el caso europeo, los activos tóxicos son los bonos soberanos, y el EFSF podría inyectar capital en la banca de dos formas distintas", explica el documento. Si el objetivo final es romper el vínculo entre la deuda soberana y su impacto en los balances de cuentas de los bancos, "los fondos de EFSF podrían ser utilizados para reemplazar los bonos del gobierno en los balances de los bancos mediante la sustitución de la financiación proporcionada previamente por dichos bancos con fondos derivados por la EFSF", sugieren. Otra opción sería la compra directa de activos soberanos para eliminarnos de las cuentas de los bancos.
Según BofAML, esta solución no requiere que el EFSF tenga que recaudar más dinero ya que los bonos del fondo de ayuda podrían ser utilizados directamente. Aún así, es evidente que sería más favorable si el EFSF pudiera inyectar capital directamente en los bancos, pero esto requeriría un cambio de estatus de la EFSF y por lo tanto otra votación parlamentaria.
Bancos en el punto de mira
Por otro lado, los analistas del banco Espirito Santo han realizado una selección de los bancos europeos con mayor peligro a verse afectados por un shock de financiación. Si se toma como referencia el porcentaje de los activos líquidos de las distintas entidades bancarias, así como su dependencia en la financiación en el mercado a corto plazo, los bancos que en estos momentos corren más peligro de sufrir un colapso serían Societe Generale y BNP Paribas. A continuación otras entidades como Dexia, Raiffeisen o Bankinter son otros de los nombres que se encuentran en la zona de peligro.
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