domingo, 11 de diciembre de 2011

China pretende dominar el comercio en Internet a través de una Supercomputadora


Pekín/The New York Times

China plantea un gran desafío a Occidente: pronto tendrá el mercado interno más grande del mundo en comercio de Internet y de computación. Como parte de su estrategia sorprendió con la hazaña tecnológica de construir una supercomputadora.

En una sala de conferencias indefinida, Wu Jian ping está parado delante de una gigantesca pared de vidrio cristalizado. Mueve un interruptor y el vidrio se hace transparente, con vista a un impresionante centro de operaciones de redes lleno de despliegues de grandes computadoras. Hay mapas de China y del mundo, que señalan los vínculos IPv6 del país, que es la próxima generación de Internet.

China ya tiene casi el doble de usuarios de Internet que Estados Unidos y Wu, un científico de computación y director de la Red China Educativa y de Investigación, destaca que su país avanza más rápido que cualquier otro en el mundo para desplegar el nuevo protocolo.

IPv6 -Protocolo de Internet versión 6- ofrece seguridad avanzada y opciones de privacidad, pero lo más importante, muchas más direcciones IP, cuya disponibilidad en Internet actual (IPv4) está casi agotada,

"China debe avanzar hacia IPv6", dijo Wu. "En Estados Unidos, algunas personas no creen que sea urgente, pero nosotros sí lo creemos".

Si el futuro de Internet ya está en China, ¿también está allí el futuro de la computación?

Muchos expertos en Estados Unidos dicen que bien podría ser así. Debido a la disponibilidad de mano de obra de bajo costo, China ya tiene predominio en el mundo de la fabricación de computadoras y de productos de consumo electrónico.
Para China, la búsqueda para desarrollar centros de computación avanzados no es sólo cuestión de orgullo nacional. Es un intento de establecer los cimientos de empresas innovadoras y de remodelar el panorama tecnológico haciendo más que ensamblar los PC para escritorio del mundo.

No importa que no haya un Steve Jobs chino, dijo Clyde V. Prestowitz (h), presidente del Instituto de Economía Estratégica. "Hay diferentes tipos de innovación", señaló. "Tendemos a igualar innovación con empresas que empiezan funcionando en garajes sobre la base de tormentas de ideas. Existe otro tipo de innovación que resulta en constante mejora en la que nosotros no somos buenos y ellos sí lo son".

Esa visión no es universal. Otros expertos dicen que sería un error subestimar la capacidad de China para el progreso rápido. "Cuando fui a China por primera vez, en 1978, vi a trabajadores uniendo memorias de computación usando agujas de coser", comentó Patrick J. McGovern, fundador del International Data Group, un temprano inversor en Tencent Holdings, una de las empresas chinas de Internet más exitosas. "La innovación se acelera y en el futuro, las patentes de teléfonos inteligentes y tabletas serán originadas por los chinos".

ACELERAN. Mirando en retrospectiva seis décadas -a Eniac, considerada la primera computadora electrónica- Estados Unidos ha establecido tanto el ritmo como el sendero de la computación y la comunicación moderna.

Durante una generación, el centro de innovación ha estado en Silicon Valley. Probablemente el desafío más serio al predominio de Silicon Valley surgió de Japón, a fines de la década de los `80, que pareció al borde de asumir el liderazgo de las industrias de semiconductores y de computación hasta que su economía zozobró.
El mundo tomo nota de la hazaña tecnológica china a fines de 2010, cuando una supercomputadora denominada Tianhe-1ª, brevemente pasó a ser la más rápida del mundo. Si bien fue construida con procesadores estadounidenses y pronto fue superada por un equipo japonés, igual fue prueba indiscutible de que los chinos habían logrado diseños de computación de nivel mundial.

En octubre último, otra supercomputadora china, la Sunway Bluelilight MPP, situándola entre las 20 más rápidas del mundo.

Ese equipo demostró ser aún más sorprendente en Occidente. No solo tuvo como base un microprocesador fabricado en China, sino también logró un avance significativo en operación en bajo consumo de energía. Eso puede indicar que los chinos ahora tienen un liderazgo significativo en "rendimiento por watt", una medida de uso eficiente de la energía en la computación que resultará crucial para llegar a la próxima generación de supercomputadoras, que serán mil veces más rápidas que la de mayor rapidez actual, y que se prevé lleguen al final de esta década.

En Estados Unidos señalan que las inversiones del gobierno chino en supercomputación dan resultado. "Lo más importante de todo esto es que los chinos comprenden la importancia de la computación de alto rendimiento", indicó Donna Crawford, directora asociada de Computación en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore. "Ejecutan el plan como clave facilitadora para la totalidad de su sociedad".

OBSTÁCULOS. Los esfuerzos de China para predominar no están exentos de obstáculos. Está lejos de cumplir un compromiso de una década para construir la industria de semiconductores líder a nivel mundial, y todavía importa la mayoría de los microchips para los productos que ensambla. Sus mejores plantas de chips están dos o tres generaciones rezagadas en relación con los líderes mundiales como Intel, en Estados Unidos y TSMC, en Taiwán.

La mayor debilidad de China puede ser la existencia de excesivo control del gobierno. La innovación también puede estar limitada por la relativa falta de protección a la propiedad intelectual, lo que desalienta a los emprendedores para avanzar.

Algunos expertos señalan que, pese a los avances, hay dudas e incertidumbre entre los chinos sobre sus posibilidades.
El País Digital


El País de Uruguay

No hay comentarios:

Publicar un comentario