jueves, 22 de diciembre de 2011

La deuda pública, un mecanismo de redistribución de riqueza de pobres a ricos


Iván Gordillo
22/12/2011 

La única parte de la llamada riqueza nacional que entra real y verdaderamente en posesión colectiva de los pueblos modernos es… la deuda pública. El Capital, Karl Marx (1867)

Los últimos acontecimientos económicos y políticos están sucediendo a una velocidad de vértigo. El hundimiento del gobierno de Grecia y de Italia en escasos diez días ha sido un golpe durísimo de los llamados mercados a las débiles democracias parlamentarias tal y como las entendíamos hasta ahora. El golpe de estado de los financieros iniciado el 2008 con el plan de rescate público para el capital financiero privado ha tomado forma literal: los tecnócratas provenientes de la banca internacional, de Goldman Sachs como máximo exponente i del Banco Central Europeo (BCE), ocupan las posiciones de control de los Estados griego e italiano. Las puertas giratorias ahora giran también al revés; no sólo las políticas retiradas ocupan los puestos de los consejos de administración de las grandes empresas sino que también las técnicas del capital privado ocupan las carteras públicas de unos gobiernos que de legitimidad no les queda nada.

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El ajedrez global de la crisis


Claudio Katz
22/12/2011

Una nueva fase recesiva de la crisis iniciada en el 2007 se vislumbra en las economías desarrolladas. El rebote logrado con desembolsos estatales se está agotando y la próxima recaída incluirá un alto piso de desempleo. Sólo para retomar el nivel de ocupación vigente al comienzo del temblor se necesitarían crear en el mundo 17 millones de puestos de trabajo y las tesorerías están exhaustas por el socorro brindado a los bancos.

En el debut de la convulsión hubo dos interpretaciones económicas predominantes. Los neoliberales subrayaron la culpabilidad de los deudores, que tomaron préstamos sin capacidad de repago y la irresponsabilidad de los Estados, que asumieron pasivos inmanejables. Los keynesianos remarcaron, en cambio, la falta de regulación financiera y los excesos de especulación. También subrayaron el deterioro de la demanda solvente por el estancamiento de los salarios y la polarización social. Ambas corrientes enfatizaron distintos desaciertos de la política económica que condujo al colapso actual.

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