miércoles, 4 de enero de 2012

Perú, en el centro de la disputa hegemónica regional


Raúl Zibechi / 4 de enero del 2012

La posición estratégica de Perú, como puerta de ingreso y salida del voluminoso comercio entre China y Brasil, pero también como uno de los más importantes países mineros de la región sudamericana, ha escalado varias posiciones desde que Ollanta Humala se ciñó la banda presidencial.

Para ofrecer un cuadro más o menos completo de la coyuntura crítica por la que atraviesa el país andino, deben considerarse dos tipos de conflictos: los interestatales y los político-sociales. Los primeros son protagonizados por los dos países cuyos intereses chocan de modo frontal en Perú, o sea Estados Unidos y Brasil. Los segundos enfrentan a los movimientos con el gobierno que ellos mismos ayudaron a elegir.
Brasil apoyó la candidatura de Humala y seguirá apoyando a su gobierno, más allá del conflicto que mantiene con los pueblos y poblaciones. Durante la campaña electoral dos miembros del PT contribuyeron a maquillar la figura del ex militar para hacerla más potable a las clases medias. Pese al reciente viraje a la derecha de Humala en respuesta a la agudización del conflicto social antiminero –despidió a once de sus 17 ministros y abrió las puertas del gabinete a la tecnocracia neoliberal–, el país sigue siendo escenario de una aguda disputa geopolítica.

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El fracaso de las propuestas neoliberales: El caso de Letonia


Vicenç Navarro
4 de enero de 2012

Este  artículo analiza críticamente el impacto de las políticas impuestas por el Consejo Europeo, La Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional a Letonia, mostrando que han originado una enorme recesión con un gran crecimiento del desempleo. El artículo señala que las políticas orientadas a crear una devaluación doméstica dañan enormemente el bienestar de la población, empeorando todavía más la situación económica.

Existe una postura generalizada entre economistas de persuasión neoliberal (y algunos incluso de persuasión keynesiana) que asume que en ausencia del cambio de la moneda de un país, reduciendo su valor (a fin de abaratar sus productos y poder venderlos más fácilmente al exterior, estimulando la economía a base de incrementar sus exportaciones), lo único que pueden hacer los países de la Eurozona o aquellos países que aspiran a integrarse en la Eurozona (como Letonia) es reducir los salarios y con ello los precios de los productos, pidiendo así aumentar las exportaciones. A eso se le llama “devaluación doméstica”.

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