martes, 20 de diciembre de 2011

La década de agitación de los mercados emergentes


Javier Santiso
20/12/2011

Madrid – En la pasada década, los mercados emergentes se han convertido en el principal motor de crecimiento de la economía global. De acuerdo con HSBC, 19 de los países de mercados emergentes de hoy estarán entre las 30 economías más grandes del mundo en 2050, y serán más importantes que los actuales países de la OCDE.

Los mercados emergentes ya se han apoderado del 40% del PBI mundial y del 37% de la inversión extranjera directa (IED) global. Y, mientras que los países de la OCDE siguen estancados en 2011, los mercados emergentes están creciendo fuertemente. China este año superó a Japón como la segunda economía más grande del mundo, mientras que India atrajo una cifra sin precedentes de 80.000 millones de dólares en IED, el doble que en 2010. Petrobras de Brasil, que ya es una de las compañías petroleras más grandes del mundo, tuvo una OPI récord de 67.000 millones de dólares el año pasado.
La creciente riqueza de estas economías está atrayendo a una cantidad cada vez mayor de multinacionales de la OCDE. En Asia, la clase media hoy representa el 60% del total de la población (1.900 millones de personas). China se convirtió en el principal mercado automotriz del mundo en 2010. La persona más rica del mundo es de México. Y el rápido crecimiento económico está ocurriendo en un contexto de déficits reducidos, baja deuda e inflación bajo control.

Sin embargo, existe otra revolución, más calma, que lleva a las empresas de los países de la OCDE a los mercados emergentes: una innovación perturbadora. Por un lado, las multinacionales de los mercados emergentes se están destacando incluso en sectores de alto valor agregado y que demandan mucha tecnología; por otro lado, las empresas de los países de la OCDE vuelven a importar cada vez más innovación de las compañías de los mercados emergentes.

Según las Naciones Unidas, existen aproximadamente 21.500 multinacionales radicadas en los mercados emergentes. Algunas, como la compañía de cemento mexicana Cemex, la firma india de tercerización de tecnología de la información Infosys y el fabricante chino de baterías BYD ya son líderes en sus sectores. Los principales proveedores de las compañías de telecomunicaciones del mundo se encuentran en China, donde Huawei hoy compite cabeza a cabeza con Ericsson de Suecia. En 2008, Huawei registró más patentes que cualquier otra compañía del mundo, y terminó segunda detrás de la japonesa Panasonic en 2009.

En el sector de las telecomunicaciones, hoy hay una media docena de multinacionales de mercados emergentes entre las diez principales empresas a nivel global. Embraer de Brasil revolucionó la fabricación de aviones con un modelo comercial que otros luego imitaron. Tata de India vende autos por un 75% menos que sus competidores europeos. Mindray de China desarrolló equipos médicos al 10% del costo de sus competidores occidentales. Safaricom de Kenia está transformando el mercado con su servicio de banca móvil M-Pesa, al igual que lo hicieron multinacionales indias como TCS y Wipro.

Hasta el mundo digital se está viendo afectado por el crecimiento de los mercados emergentes. Facebook podría haber sido una empresa latinoamericana: uno de sus fundadores es brasileño. El grupo de Internet chino Tencent Holdings es el tercero en importancia a nivel mundial en términos de capitalización de mercado (45,000 millones de dólares en 2011). Su principal accionista financiero es otra multinacional de mercados emergentes, Naspers de Sudáfrica. Las dos compañías invierten conjuntamente en empresas nuevas -no en California, como Google, sino en los mercados emergentes-. En 2010, invirtieron 700 millones de dólares en el gigante de Internet ruso Mail.ru. Digital Sky Technologies de Rusia (que es propietaria de Mail.ru) está presente en compañías nuevas de Internet de mucha relevancia en Estados Unidos como Facebook, Zynga y Groupon.

Estas multinacionales de mercados emergentes no sólo son perturbadoramente innovadoras; también son masivamente frugales, lo que las convierte en competidores letales. Y están escalando rápidamente la cadena de valor: en 2010, según Booz & Company, Samsung de Corea del Sur se convirtió en una de las diez principales empresas del mundo en términos de inversión en investigación y desarrollo (I+D). Israel lanzó al mercado más de 4.000 compañías nuevas -y se posiciona en el segundo lugar en el mundo en cuanto a cantidad de empresas que cotizan en el NASDAQ.

En consecuencia, la innovación a la inversa por parte de las multinacionales de la OCDE hoy es moneda corriente. De hecho, las multinacionales de la OCDE en Fortune 500 hoy tienen casi 100 centros de I+D con sede en los mercados emergentes, principalmente China e India. El centro de I+D de GE en India es el mayor de la compañía en el mundo. Cisco invirtió 1.000 millones de dólares en otro centro en India. El centro más grande de Microsoft fuera de Estados Unidos está en Beijing. IBM hoy emplea a más personas en India que en Estados Unidos, y Siemens de Alemania instaló al 12% de sus ingenieros de I+D en los mercados emergentes de Asia.

Para entender la velocidad de este reposicionamiento global, consideremos que en 1990 más del 95% de la investigación y desarrollo se llevaba a cabo en los países desarrollados; una década después, el porcentaje de los países desarrollados había caído al 76%. Hoy, los mercados emergentes representan el 40% de los investigadores del mundo. Como subrayaba un informe de la UNESCO recientemente, China, que hoy invierte más de 100.000 millones de dólares anuales (2,5% del PBI) en I+D, está a punto de superar a Estados Unidos y Europa en términos de cantidad de investigadores. En 2010, el 40% de todos los estudiantes universitarios chinos cursaba carreras vinculadas a la ciencia o la ingeniería, más del doble del porcentaje en Estados Unidos.

Los países de mercados emergentes no sólo se adjudicarán la mayor parte del crecimiento global en la próxima década; también serán, y cada vez más, la fuente perturbadora de innovación y frugalidad. Para 2020, la geografía de la innovación, y la de la riqueza de las naciones, habrán experimentado un proceso de reequilibrio masivo.

Javier Santiso es profesor de Economía en la Escuela de Negocios ESADE y director del Centro para la Economía y la Geopolítica Global de ESADE (ESADEgeo).

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