José Jiménez /15/05/2012
Grecia está a punto de claudicar
definitivamente tras los resultados de las últimas elecciones generales que
han dibujado un sudoku descomunal en el que ningún partido es capaz de poner
orden. Los inversores descuentan que este puzzle se resolverá de manera
violenta, pero no es lo mismo un camino que otro. En un reciente informe, los
analistas de Citi solo ven tres caminos por donde los griegos pueden caminar.
Dos conducen al desastre y el tercero, a una salida del euro minimizando los
daños. El 'nuevo dracma' parece cosa hecha.
Lo más inmediato en el
horizonte es la convocatoria de nuevas elecciones, en caso de que los
partidos con apoyo mayoritario en los pasados comicios no puedan sacar adelante
un gobierno. La fecha de estos nuevos comicios sería previsiblemente el próximo
17 de junio. Pero poco importa lo que pueda suceder incluso en este caso. Los
economistas del banco estadounidense dudan mucho de que Grecia pueda salir a
flote, aún cuando de esas nuevas elecciones salga una coalición estable.
El problema es que en ningún caso podría cumplir con sus objetivos fiscales.
Por eso, solo hay tres escenarios posibles.
1.- La lenta agonía: La
primera de las opciones que se le presentan a Grecia es seguir recibiendo
financiación por parte de la UE, a pesar de los continuos incumplimientos en
materia fiscal.
2.- La salida ordenada del euro: Otra
alternativa pasaría por que la UE empezara a negar a Grecia importantes
concesiones sobre los objetivos del programa de ajuste ya acordados. En este
caso, la solución pasaría por una salida del euro que, en opinión
de los analistas estadounidenses, debería ir acompañada por unas medidas de
política económica lo suficientemente enérgicas como para evitar el contagio a
otros países.
3.- El caos en toda Europa: El
tercer de los escenarios posibles es una salida del euro pero sin que se
tomen medidas para evitar el contagio. Esto cristalizaría en la ruptura de la
zona euro y en
el abandono igualmente de otros estados periféricos, según explican en Citi.
Tal y como reconocen los
expertos, la opción más probable es el segundo camino, que otorga a Grecia una
probabilidad de abandono del euro de entre
el 50% y el 75% en los próximos 18 meses. Pero los analistas tampoco las tienen
todas consigo. "No podemos asumir cual de estas vías será enteramente la
más racional" porque en última instancia hay que estudiar los costes y los
beneficios que tendría el abandono de la zona euro por parte de
Grecia.
Los costes directos no
son muchos para el resto de la Eurozona, según consideran en Citi, aparte del
perjuicio a los vecinos directos de Grecia por motivos comerciales. Esto es así
porque la exposición financiera del sector privado se ha reducido
notablemente a medida que ha incrementado la exposición del sector público (BCE, FMI y otros gobiernos de
la zona euro).
Lo peor son los costes
indirectos, es decir, los derivados del contagio al resto de la periferia
europea, a países como España, Italia, Irlanda o Portugal. Este factor podría
conducir a "una gran crisis sistémica" en la zona euro, al
'default' de un número determinado de instituciones financieras y, eventualmente,
a la ruptura de la zona euro.
Hace falta hilar muy fino con la política monetaria y con las medidas
anti-contagio para evitar el caos. Por supuesto, también hay costes derivamos
de seguir manteniendo a Grecia en la zona euro (primera opción),
sobre todo ahora que la austeridad fiscal manda en todos los países.
El análisis coste-beneficio
que aplican los analistas de Citi les lleva a considerar que la mejor
alternativa es la segunda, la salida ordenada, si bien admiten que sería más un
caso en el que Grecia caminara sola en vez que "fuera empujada" fuera
de la moneda única. También explican los expertos que difícilmente Grecia
podría rechazar el memorando de entendimiento (MoU) permaneciendo al mismo
tiempo dentro del euro.
Este documento, el MoU, se firmó para asegurar que Grecia cumpliría los duros
ajustes impuestos por la troika para acceder al último rescate de 130.000
millones de euros.
Entre la segunda y tercera
opción, en Citi consideran bastante más improbable esta última, es
decir, no contemplan una ruptura de la zona euro. Esto es así porque en
el fondo los analistas están esperando una respuesta por parte del BCE y los
gobiernos de la zona euro en
caso de que Grecia abandone la moneda única.
Coste económico de 276.000
millones
Aunque en informe de Citi no
lleva cálculos económicos, la salida de Grecia de la eurozonatendría para el
contribuyente europeo un coste de 276.000 millones de euros, en el supuesto
además de que no pudiese abonar sus deudas, según cálculos difundidos este fin
de semana por el semanario económico germano "Wirtschaftswoche".
Esa cantidad equivale a la suma de los créditos bilaterales recibidos de otros
países miembros de la Unión Monetaria, los créditos del Fondo Europeo de
Estabilización Financiera, la parte europea de los créditos delFondo Monetario Internacional y
las pérdidas del Banco Central Europeo, informa Efe.
En el caso tan solo de
Alemania, los contribuyentes germanos perderían 77.000 millones de euros como
consecuencia del abandono de la Unión Monetaria y la moneda única por
parte del Estado heleno, que, según los expertos consultados, traería consigo
su declaración de quiebra.
Además, Fitch ha advertido de
que una hipotética salida desordenada de Grecia de la Eurozona tendría un
impacto "de amplio alcance" en las empresas europeas, con posible
rebajas de 'ratings' que se concentrarían principalmente en España, Portugal e
Italia. Al igual que en Citi, en esta firma temen los efectos incontrolados y
creen que la salida controlada de Grecia sería bastante menos grave. "Una
salida ordenada, donde las medidas políticas sean eficaces, tendría
consecuencias limitadas reducidas a la periferia", apuntan en Fitch.
Bienvenido, 'nuevo dracma
Si al final Grecia termina
fuera del euro -caso
más probable- tampoco hay que pasar por alto los problemas monetarios. Como
mínimo, hará falta una nueva Ley Monetaria que redenomine los contratos en
euros al 'nuevo dracma' (devaluación). Esto tiene que ser acompañado de un
control de capitales para evitar su fuga (corralito). Teniendo en cuenta la
disfuncionalidad de una gran parte de la burocracia griega y la agitación
interna, "sería una sorpresa si la aplicación de estas dos medidas se
llevara a cabo sin problemas", admiten en Citi.
Grecia se quedará sin dinero
previsiblemente a principios de julio, en caso de que los socios
comunitarios decidan suspender las ayudas. El EFSF (fondo de estabilidad) ya ha
confirmado que Grecia recibirá un pago de 5.200 millones de euros a finales de
junio, de los cuales ya se han desembolsado 4.200 millones. El resto está por
ver.
Paralelamente, los líderes
comunitarios ya tienen en su poder un informe sobre el estado de las finanzas
helenas remitido por el presidente interino Lucas Papademos. Según la prensa
griega, este documento deja claro, no obstante que los problemas financieros
podrían llegar antes, el mes que viene. Así las cosas, quizás los comicios
del 17 de junio se conviertan en un referéndum sobre el euro en toda
regla. Y con suerte, en la materialización del segundo escenario del que
habla Citi, la salida ordenada como mal menor y la llegada del 'nuevo dracma'.
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