Viernes 17 de agosto del 2012
Tras la ‘borrachera’ de los
juegos olímpicos, el Reino Unido ha regresado con crudeza a la realidad. Un reciente estudio publicado por la revista British Medical Journal ha develado la tasa creciente de suicidios en relación a la evolución de la recesión
económica y la crisis que azota duramente al país, principalmente a las capas más bajas de su
población, evidenciando con ello aspectos importantes del profundo y real drama social tras una ficticia cortina de ‘bombos y platillos’.
Pese a la actitud optimista mostrada por el Primer Ministro David Cameron sobre el impacto ‘positivo’ de los juegos olímpicos, una visión mucho más realista ha concluido en el diagnóstico de un panorama sombrío para la recuperación del país debido al abultado déficit público (10% sobre el PBI) en tanto que la deuda total asciende a casi el 80% del PBI, además de la poca afluencia de turistas durante los juegos, un volumen de ventas menor al proyectado y sobretodo beneficios distribuidos principalmente para una élite en perjuicio de la mayoría de la población. En esa misma línea el propio FMI incluso había destacado el bajo impacto económico de este tipo de eventos debido a la fuerte distorsión en la distribución de las ganancias.
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Pese a la actitud optimista mostrada por el Primer Ministro David Cameron sobre el impacto ‘positivo’ de los juegos olímpicos, una visión mucho más realista ha concluido en el diagnóstico de un panorama sombrío para la recuperación del país debido al abultado déficit público (10% sobre el PBI) en tanto que la deuda total asciende a casi el 80% del PBI, además de la poca afluencia de turistas durante los juegos, un volumen de ventas menor al proyectado y sobretodo beneficios distribuidos principalmente para una élite en perjuicio de la mayoría de la población. En esa misma línea el propio FMI incluso había destacado el bajo impacto económico de este tipo de eventos debido a la fuerte distorsión en la distribución de las ganancias.
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Manuel Ansede /15/08/2012
Los autores cargan contra las
políticas de austeridad y alertan de que el costo humano del desempleo puede
ser mayor que los “supuestos beneficios” de los recortes presupuestarios
Las políticas de austeridad y
los despidos a gran escala en el sector público pueden tener un precio brutal.
Un nuevo estudio en Inglaterra vincula un terrible aumento en el número de
suicidios a la recesión económica vivida entre 2008 y 2010. Para los autores,
esta correlación no es en absoluto casual.
“Las regiones de Inglaterra
con mayores incrementos de la tasa de desempleo han sufrido las mayores subidas
del número de suicidios, sobre todo en hombres. Parece muy claro que hay una
relación”, explica Benjamin
Barr, principal firmante del estudio, publicado hoy en la revista British Medical Journal.
Los autores atribuyen unos
1.000 suicidios a la recesión económica, 846 hombres y 155 mujeres, en el
periodo 2008-2010. Son, aseguran, suicidios extras, que no se hubieran
producido si no hubiese llegado el desempleo y la tasa de suicidios hubiera
seguido el ritmo de las series históricas. Por cada aumento del 10% en el
número de hombres desempleados, los científicos han detectado una subida de un
1,4% del número de suicidios masculinos.
Alto costo humano
En su estudio, con una carga
política poco habitual en una revista científica puntera, los autores arremeten
contra las políticas de austeridad del laborista Gordon Brown, primer ministro
británico hasta mayo de 2010, y del conservador David Cameron, en el poder
desde entonces. “Un número creciente de personas puede estar pagando el precio
más alto [por estas políticas de austeridad]”, afirman en el trabajo. “Existe
el peligro de que el costo humano de los altos niveles de desempleo sea mayor
que los supuestos beneficios de los recortes presupuestarios”, alertan.
Pocos meses después del
comienzo de la recesión, en 2008, el paro comenzó a subir ligeramente. Cuando
llegó la crisis financiera global, la tasa de desempleo se situaba alrededor
del 5%, 1,6 millones de personas en Reino Unido. Al final de 2009, otro millón
de trabajadores había acabado en la cola del paro, subiendo la tasa de desempleo al 8%.
Y, tras 20 años disminuyendo,
el número de suicidios comenzó a subir en Reino Unido en 2008, aumentando un 8%
en los hombres y un 9% en las mujeres, en comparación con 2007.
“En España, con casi un 25% de
tasa de desempleo, no sería sorprendente que hubiera aumentado el número de
suicidios de manera similar, aunque hay otras variables culturales”, opina
Barr.
Coherencia con estudios
previos
Los firmantes, que incluyen al
sociólogo David Stuckler,
de la Universidad de Cambridge, subrayan la “coherencia” de sus resultados con
estudios previos en otros países. Un trabajo en Asia, por ejemplo, atribuyó a
la crisis económica 10.400
suicidios en 1998 en Japón, Hong Kong y Corea del Sur.
Sin embargo, la relación no
siempre es tan obvia. Finlandia sufrió una grave recesión entre 1990 y 1994,
con un aumento de la tasa de desempleo desde el 2% al 18%, y sin embargo
bajaron los suicidios. Incluso mejoró la salud de la población, ya que el
consumo de alcohol cayó por la crisis, según recordaban las economistas Carmen
Delia Dávila y Beatriz
González, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, en un
análisis de 2009 sobre el impacto de la crisis económica en la salud.
En Finlandia, “las
prestaciones del estado del bienestar amortiguaron los efectos de la crisis”,
según estas investigadoras. Parece que este escudo no ha aparecido en
Inglaterra.
Tomado de Materia
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