Félix Jiménez /29/09/2012
Luis Miguel Castilla dirigió
–como viceministro de hacienda del gobierno aprista-- la formulación
del presupuesto de 2011 con una meta de déficit de 1.0% del PBI; pero,
ascendido a ministro por Humala en julio de 2011, terminó el año con un
superávit de 1.9% del PBI. Cuando sustentó el presupuesto de 2012, anunció una
meta de superávit fiscal de 1.0% del PBI; pero, en los primeros siete meses del
año ya generó un superávit de 6.2% del PBI. Ahora acaba de presentar el
presupuesto de 2013 anunciando una meta de superávit fiscal de 1.1% del PBI. Si
no ocurre una recesión como la de 2009, Castilla superará, este y el próximo
año, las metas anunciadas de superávit fiscal.
Apego al superávit
fiscal e ignorancia del álgebra
Castilla tiene una concepción
particular de la política fiscal. Dice que ésta debe ser «sensata y apostar por
la inversión».
Por política sensata entiende
la generación de superávits fiscales, en épocas de recesión y en épocas de
recuperación económica. Para justificar la meta de superávit en 2012 se decía:
«Dada larápida recuperación económica liderada por el sector
privado, en adelante la política fiscal será menos expansiva». Asimismo, para
justificar la meta de superávit en 2013 se dice: «Se tiene previsto que en
el 2013 se alcance un superávit fiscal de 1,1% del PBI», no obstante que se
reconoce que «En lo que va del 2012, la economía global ha mostrado una
significativa desaceleración ante el endurecimiento de la recesión en
la Zona Euro, y el menor crecimiento en EE.UU. y China». Mientras diversas
economías han comenzado a adoptar medidas de política expansiva, dado el
contexto de menor crecimiento global, Castilla insiste en la generación de
superávit fiscal.
Por otro lado, Castilla ha
dicho --quizá para impresionar a los legos del gobierno -- «que el Perú se
encuentra en capacidad de multiplicar por ocho su PBI, medido en dólares, en el
lapso de 20 años». El ministro parece desconocer el álgebra. Para que el PBI de
2011 (en dólares constantes) se multiplique por ocho tendría que crecer a la
tasa 10.9% promedio anual. Imposible lograr esta hazaña. Pero, como se refirió
a un crecimiento en dólares corrientes, su afirmación no tiene sentido.
Castilla dijo que el PBI del próximo año sería cuatro veces el PBI del año
2000, sin explicitar que estaba suponiendo para sus cálculos un tipo de cambio
23% menor que el registrado ese año y que no habría cambios importantes en el
comportamiento de la inflación.
El descuido de la
inversión privada nacional
Castilla dice, además, que la
política económica debe apostar por la inversión. Pero, él está pensando en la
inversión privada extranjera y no en la inversión privada nacional. En
julio pasado lideró un roadshow al Asia para «promocionar a
Perú como el país destino de las inversiones extranjeras» y acaba de reiterar
–refiriéndose al reciente foro de la APEC llevado a cabo en la ciudad de
Vladivostok— que «Perú se ha propuesto atraer inversiones de Asia, en
actividades mineras, gas, hidrocarburos e infraestructura».
El presupuesto de 2013
responde a esta concepción. No hay cambios notables en el presupuesto de gastos
de capital. Estos gastos pasan de 4.5% del PBI en 2011 a 5.2% en 2013, cifra minúscula
frente al déficit de infraestructura que se ubica entre el 35% y el 40% del
PBI. Solo para mantener la actual infraestructura pública del país se requiere
invertir, por lo menos, 4.0% del PBI. El presupuesto de gastos de capital
destinado a los gobiernos regionales y locales, incluyendo el gasto de capital
denominado «multidepartamental», asciende a sólo el 2.58% del PBI.
El ministro Castilla debe
viajar a la sierra y la selva por carretera, y visitar a sus centros educativos
y de salud, en lugar de liderar roadshows en el extranjero,
para convencerse que la inversión pública (en infraestructura económica y
social) estimula el desarrollo de mercados internos y el crecimiento de la
inversión privada nacional, sobre todo la orientada a la diversificación de la
capacidad productiva.
La responsabilidad del
Congreso de la República
El Congreso debe aprobar el
presupuesto para el año 2013 antes de fines de noviembre. Por lo tanto, hay
tiempo suficiente para que condicione su aprobación a la presentación, por
parte del ministro Castilla, de por lo menos tres planes rigurosamente elaborados:
Un plan de inversiones
multianual en infraestructura con el objetivo de integración del país y que
haga posible una nueva demarcación territorial, es decir, que viabilice la
propuesta del candidato Humala de las regiones transversales.
Un plan de inversiones
multianual en Ciencia, Tecnología e Innovación, para aumentar la
productividad en la agricultura y en la industria, y expandir la producción de
alimentos. Este plan debe contemplar una propuesta institucional para su
ejecución, así como convenios y presupuestos explícitos con las universidades
relacionadas con el tema (las universidades agraria y de ingeniería, por
ejemplo).
Un plan de conversión del
FONAFE en un efectivo fondo de financiamiento de la actividad empresarial del
Estado, para que deje de ser lo que actualmente es, el brazo de MEF que limita
el financiamiento de esta actividad. El ministro tiene la obligación de
imaginar cómo constituir un moderno fondo que asegure, mediante mecanismos de
mercado, el financiamiento de las inversiones y otros gastos de las empresas
del Estado.
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