jueves, 28 de mayo de 2020

Perú: Las muertes derivadas de la cuarentena: la real dimensión de la Pandemia


28 de mayo del 2020

U
n nuevo síntoma ha venido a evidenciar desde hace algunas semanas la verdadera magnitud del impacto de la pandemia: el hacinamiento de cadáveres en los hospitales. Tanto en Lima, como en provincias, saltan las noticias de nosocomios abarrotados por difuntos que son almacenados en contenedores, incluso con denuncias expresas afirmando la aparición de sus familiares muertos, habiendo sido internados por causas distintas empero siendo notificados con Covid-19 en sus certificados de defunción. A la luz de estos hechos se levanta una sospecha abominable: ¿Cuál es la verdadera magnitud y el alcance de la pandemia sobre la mortalidad en nuestro país? ¿Cuántas personas murieron por no recibir la atención médica a consecuencia de otras enfermedades, fuera del hospital o en sus casas? Las respuestas a estas interrogantes son importantes para determinar la correcta caracterización de la pandemia. En el mundo los investigadores están rastreando su real dimensión basándose en el análisis del excedente de muertes desde el inicio del brote viral. Es lo que denominan exceso de mortalidad[1] cómo un total de muertes por todas las causas comparadas con el promedio histórico. Lastimosamente, el Perú encabeza las estadísticas en los reportes de las principales investigaciones sobre la cuestión. Y  son muchas las razones para que el incremento de la mortalidad en nuestro país  haya sobresalido por sobre el resto.
El rastreo del exceso de mortalidad en el mundo

Los investigadores han llegado a la conclusión que las personas están muriendo por causas distintas a las que no se habrían producido en condiciones normales, lo que también denominan “daños colaterales del confinamiento”. Estos estudios fueron reportados a comienzos de mayo en el periódico The Guardian[2]. El análisis reveló que en el Reino Unido más del 80% murió por causas no relacionadas al coronavirus y el número normal de muertes en los hospitales se contrajo notablemente, lo que se interpreta como un traslado notable  de muertes desde el hospital hacia los hogares.  En palabras de Jason Oke, estadístico de la Universidad de Oxford hubieron “más muertes por otras causas en hospitales y más muertes por otras causas el hogar” lo que nosotros podríamos  denominar también  como los efectos colaterales de la cuarentena, o las verdaderas consecuencias de la cuarentena.

El profesor David Spiegelhalter de la Universidad de Cambridge menciona: “La única comparación imparcial que puedes hacer frente a diferentes países es observar la mortalidad por cualquier causa…hay tantas interrogantes sobre el aumento de las muertes que no han incluido al Covid-19 en el certificado de defunción. Pero están vinculadas inevitablemente de alguna manera a esta pandemia”[3].  Del mismo modo, según David León, epidemiólogo de la Escuela de Higiene y medicina tropical de Londres: “Si queremos entender las formas en que los países han respondido recientemente a la pandemia y como ha afectado a la salud de la población, la mejor manera es contar el exceso de muertes”[4].

The economist por su lado manifiesta que las muertes reportadas por Covid-19 “no están capturando el verdadero impacto del coronavirus sobre la mortalidad en todo el mundo”, aduciendo incluso que “el número de registro de muertes por Covid-19, no considera aquellos que fueron liquidados de forma indirecta al ser descartados por atención en UCI, el hospital, o murieron en sus casas”, haciendo referencia al colapso de los sistemas de salud[5]. Para efectuar un correcto empadronamiento de las muertes no se deben registrar únicamente los reportes hospitalarios porque arrojarán una cantidad muy por debajo de la cifra real.  

Tanto el Financial Times como el New York Times han rastreado el número de muertes por todas las causas como promedio histórico, detectando que el exceso de muertes en algunos lugares desde el brote del virus ha sobrepasado  el 50% con respecto a períodos anteriores. La pandemia ha saturado el sistema de registro de defunciones a escala nacional, y este fenómeno es más pronunciado en aquellos países que sufren los peores brotes del Covid-19. Peor aún, en países con sistemas sanitarios precarizados, esta cifra alcanza niveles descomunales, sobre todo en las áreas urbanas[6]. El fiel registro de fallecidos dependerá consustancialmente del número de casos confirmados, y en el Perú este reporte ha sufrido un grave retraso desde inicios de la pandemia[7].

De acuerdo al cálculo del Financial Times hubo 122 mil muertes en exceso en una muestra de 14 países –60% más alto que los registros oficiales–  lo que equivaldría a un aumento del 50% sobre el promedio histórico para los meses de marzo y abril. En este período, para todo el Perú, se habrían producido 9 500 muertes en exceso respecto al promedio histórico semanal, equivalente a un aumento del 81%; y para las zonas urbanas –enfocándose en Lima– se habrían producido unas 5 800 muertes en exceso,  correspondiente a un aumento del 223%  con respecto a la media[8]. En tanto las estimaciones del New York Times presentaron un exceso de mortalidad de 74 000 personas, revisando los datos de 24 países. Según este análisis desde el brote de la pandemia el Perú habría tenido un exceso de 3 600 muertes sobre la media histórica –11 000 mensual– semejante a un aumento del 21%.[9]

Todavía al día de hoy, cuando el contador estadístico de Covid-19 mundial registra más de 5 millones y medio de infectados y casi 355 mil muertes confirmadas, incluso cualquier reporte sobre las muertes contendrán un importante nivel de sub-registro. No obstante, también es verdad de que en muchos lugares la pandemia se ha desarrollado durante un lapso suficiente para recoger los registros tardíos de defunciones obteniendo una imagen más precisa de la mortalidad”[10]. Ante la ausencia y falta de credibilidad en los datos, los números totales reflejan un retrato más exacto de la pandemia y el análisis es más completo ajustándose mejor a la realidad.

El exceso de mortalidad en el Perú

La reciente publicación de la base de datos por defunciones totales del SINADEF[11] nos permite realizar una mejor evaluación tanto de la evolución de la mortalidad cómo de sus niveles promedio históricos, hasta el período del brote del virus, con el fin de determinar la brecha del número de personas que murieron por cualquier causa respecto al promedio histórico, tomando como referencia en nuestro período de análisis la fecha de anuncio del primer contagio –6 de marzo– hasta el 20 de mayo, cubriendo una etapa de 76 días.


Observamos que en el 2020 se produjeron 33 814 muertes por todas las causas, esto es un aumento del 56.26% respecto a la media histórica de los 3 últimos años –21 639– para el mismo período. A su vez el exceso total de muertes fue de 12 174.67. De esta cifra no son explicadas 9 150.67 muertes por el Covid-19, que hasta la fecha registraba una cifra de 3 024 muertes. Esta cantidad representa con respecto al total del exceso de muertes un aumento del 302.60%; un porcentaje que no está siendo capturado por el reporte de muertes por Covid-19, evidenciando la real magnitud de la pandemia en su conjunto sobre la mortalidad.


Haciendo un examen de la evolución temporal de la mortalidad, tomando como período base el año de antigüedad desde el brote viral, observamos una meseta que sufre un incremento extraordinario a partir de la fecha aproximada en la cual  se reportó el primer contagio. Esta progresión representa un 38.78% más que el promedio histórico –24 365.25– donde el exceso de mortalidad fue de 9 448.7. Por lo tanto la diferencia con el registro oficial de muertes por Covid-19 hasta el 20  de mayo fue de 6 424.75; es decir un aumento del 212.5% con respecto al total del exceso de muertes por todas las causas del período –3 veces más la cifra oficial reportada por Covid-19– que no está siendo aprehendido por el impacto global de la pandemia sobre la mortalidad.

Los efectos colaterales de la pandemia en medio de la profundización del neoliberalismo

Tal como manifestaron los profesores Frank y Nilsson, ambos miembros de las unidades de epidemiología de la Universidad de Lund en Suecia: “Es importante entender que las muertes por Covid-19 en el corto plazo serán mucho menores que las muertes y sufrimiento causadas por el confinamiento a largo plazo y  sus consecuencias sobre la destrucción de la economía”[12]. Por ello es importante comprender que el coronavirus, propiamente dicho, no es el único agente que ha propiciado el aumento de la mortalidad a niveles temibles con respecto a la media de años anteriores; más bien son las consecuencias económicas y políticas de la administración pública en su conjunto sobre la emergencia sanitaria, incluyendo las medidas de confinamiento y el conjunto de restricciones sobre la población que no responden a su situación concreta ni a sus necesidades, las que están provocando el desastre. ¿No ha sido absurdo y hasta contraproducente haber impuesto la cuarentena si ésta no sólo fracaso en evitar una mayor transmisión, sino que por añadidura término ocasionando más muertes y sufrimiento sobre la población? Sumado al colapso de los hospitales y la asistencia social, la situación ha provocado el incremento desproporcionado de la mortalidad producto de otras enfermedades, agravadas por la imposibilidad de que las clases trabajadoras accedan a medicamentos elementales para su automedicación en sus domicilios debido al aumento concertado de precios por parte del monopolio farmacéutico, develando así el rostro más visceral del capitalismo neoliberal.

Si el gobierno peruano actuaría honestamente, tendría la disposición de realizar una profunda investigación para demostrar si las causas que determinaron la muerte de los pacientes según los certificados de defunción son verídicas.  Además de realizar una pesquisa más a fondo con respecto al número de muertes que se trasladaron desde los hospitales hacia las casas.  Para un balance justo de la mortalidad no sólo se debe contar con el registro de muertes hospitalarias, que es el número que maneja el MINSA. Al verse saturada la demanda por hospitalización la dramática situación de pacientes no enfermos por Covid-19 terminó por agravarse. Por ejemplo, se pudo observar el colapso de la atención a las madres gestantes en el hospital del niño, o a la interrupción de las citas en pacientes enfermos de diabetes que requerían dializarse de forma regular, lo que sin duda incrementó el número de damnificados debido a los efecto colaterales de la pandemia.

Por todo ello resulta desacreditada e incoherente la tesis de que gracias a la cuarentena se salvó la vida de miles de peruanos, de la cual fantasmea el presidente Vizcarra. Más bien se podría decir que producto de haber impuesto una cuarentena tardía, el país aumento con creces la media de sus defunciones por otras causas distintas al virus, siguiendo una tendencia internacional en países que tienen mayor número de contagios. La diferencia es que, en un país como el nuestro, con un capitalismo sub-desarrollado y dependiente, la devastación causada por el coronavirus se extiende mucho más allá que la enfermedad misma. Se propaga sobre las maltrechas condiciones de vida impuestas a las clases trabajadoras ocasionando que las personas mueran de inanición y hambre –como vimos en el éxodo masivo de los caminantes cuyo trajín en su lucha por llegar a sus lugares de origen se cobró la vida de una menor de 3 años en los brazos de su madre. Condiciones que han sido expuestas durante 30 años de profundización del neoliberalismo derivadas en trabajo precarizado, desmoronamiento de salarios,  inestabilidad laboral, entre muchos  factores, configurando el caldo de cultivo perfecto para el desarrollo de patógenos relacionados con la pobreza y pobreza extrema como parte del conjunto de relaciones económicas y sociales bajo las cuales viven sometidas las clases trabajadoras en el capitalismo neoliberal.

Bryan Serrano
Movimiento ciudadano Renovemos – base Lima




[1] Se denomina mortalidad al número de habitantes que pierden la vida en una zona geográfica, país o región durante un período de tiempo. Es distinto al concepto de tasa de mortalidad, que es la proporción de personas que fallecen respecto al total de la población en un período de tiempo, usualmente expresada en % por cada mil habitantes al año. El exceso de mortalidad es la brecha del número de personas que murieron por cualquier causa respecto al promedio histórico para el mismo lugar y época del año.
[2] The Guardian: “More people dying at home during Covid-19 pandemic – UK analysis”. Más de 8 mil personas habrían perdido la vida con respecto a la media de años anteriores para marzo y abril desde el brote del virus. En el informe se indica: “En el transcurso de las últimas siete semanas, hubo 23,583 muertes en los hogares de las personas en comparación con el promedio quinquenal de 16,794. Pero de las 6.789 muertes adicionales, solo uno de cada cuatro se atribuyó al coronavirus, dejando 5.355 muertes que no fueron por  Covid-19 en exceso”.  https://bit.ly/2ZK4di2
[3] Financial Times: Global coronavirus death toll could be 60% higher than reported. https://on.ft.com/3epfiJ7 
[4] The Guardian: More people dying at home during Covid-19 pandemic – UK analysis. https://bit.ly/2ZK4di2
[5] The Economist: Tracking covid-19 excess deaths across countries https://econ.st/2X7SWGt
[6] Por ejemplo, en marzo y abril el gobierno indonesio atribuyó solo 381 muertos por el coronavirus. Pero más de 3 300 personas por encima  de lo normal fueron enterradas en los cementerios de Yakarta durante los mismos meses según los datos de la entidad que registra los entierros en cementerios. https://nyti.ms/2zBIZrQ
[7] Ver el artículo: “Crónica del debate epidemiológico y su conexión con los mensajes y la política del gobierno contra la pandemia”. https://bit.ly/36CrvaM
[8] Este cálculo toma como referencia el promedio semanal de muertes desde el 1 de marzo hasta la quincena de abril del 2020, aproximadamente, y lo compara con el promedio de entre los años 2015 y 2019 para el mismo período.  https://on.ft.com/2AjPuiP
[9] NYT: “74,000 Missing Deaths: Tracking the True Toll of the Coronavirus Outbreak”. Este cómputo toma los meses de marzo y abril y lo compara con el promedio histórico de los 3 últimos años. https://nyti.ms/2zBIZrQ
[11] Información de fallecidos del Sistema Informático Nacional de Defunciones -SINADEF-MINSA. https://bit.ly/2X9m1S0 publicada el 21 de mayo, resultado del movimiento de protesta #Liberenlosdatos que se dio lugar en el ámbito académico.
[12] The Mandarin: Sweden under fire for ‘relaxed’ coronavirus approach – here’s the science behind it.  https://bit.ly/2zHAw6v

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