sábado, 4 de febrero de 2012

El poder financiero y el colapso del euro



Abraham Corzo /02/02/2012

Producto de la crisis económica, los capitales financieros buscan reducir sus pérdidas a costa del dinero de los trabajadores. Y el caso más notorio es la Unión Europea.

El poder financiero

Decía Ignacio Ramonet: “Esta claro que no existe, en el seno de la Unión Europea ninguna voluntad política de plantearles cara a los mercados y resolver la crisis”, además expresaba: “Es obvio que no se trata sólo de mediocridad y de incompetencia, sino de complicidad activa con los mercados”.

Los” mercados” están conformados por los bancos de inversión, compañía de seguros, fondos de pensiones y fondos especulativos (hedge funds). Y la importancia de estos mercados es grande ya que si la economía real (empresas de bienes y servicios) mueve a nivel mundial un estimado de 45 billones de euros, las empresas financieras mueven un valor de 3,450 billones de euros, es decir, 70 veces más. He ahí un gran problema.
Si a ello se le suma que personas ligadas a grandes financieras están cada vez ocupando puestos claves en los gobiernos de la Unión Europea, se vislumbra el enorme poder del capital financiero.

Ante este poder ninguna economía nacional, por grande que sea, puede resistir los asaltos del “mercado”. He ahí las caídas de los gabinetes en Italia y Grecia. Pero no basta con ese poder para desequilibrar economía enteras, sino se requiere de otros instrumentos.

Dinámica del saqueo financiero

La crisis economía está golpeando a las grandes economías a nivel internacional, pero es en Europa donde se padece los episodios más dramáticos, y ello por la propia configuración del euro.

Las naciones como EEUU y Japón si bien los enormes problemas económicos afrontan de mejor manera la crisis debido al papel de sus bancos centrales. El papel de cualquier banco central es el de imprimir dinero, el cual sirve para comprar deuda pública, rebajando la tasa de interés. Así, cuando las grandes financieras especulan sobre el precio de los bonos, los estados recurren a su banco central e imprimen dinero para comprar deuda pública, reduciendo la especulación. Pero ello no es posible en la Unión Europea.

El problema con la deuda pública en Europa es que sus bancos centrales no pueden imprimir dinero ni pueden comprar su deuda pública. Los estados quedan así totalmente desprotegidos. El único banco que puede imprimir dinero es el Banco Central de Europa (BCE), pero según su artículo 123, no tiene la facultad de comprar bonos.

Y al no poder pedir préstamos al BCE, los estados recurren a los bancos privados, a los cuales tienen que pagar tasas de un 7%, como es en el caso de Italia. Pero lo paradójico es que estos bancos se prestan del BCE  con solo una tasa de interés del 1,25%.

Ello hace que los estados se endeuden más y más. Así, la deuda pública aumenta, y no es por sus gastos, sino por los intereses que deben pagar.

Y con ese poder, que les da la misma estructura del euro, los mercados decidieron atacar. Los primeros en caer fueron Grecia e Italia, haciendo que sus representantes accedan directamente al poder sin tener que someterse a elecciones.

Pero  los bancos que tienen en vilo a la zona del euro no son ni yanquis, ni chinos, sino son bancos europeos, ya que son quienes poseen la parte principal de la deuda soberana europea.

Si un estado se revela, desobedeciendo las órdenes del BCE y del FMI, los bancos especulan y hacen subir la tasa de interés que los estados deben pagar, y así hasta llevar a esa economía al colapso. Imponen a los estados ajustes y medidas de austeridad para calmar a los mercados.

En ese contexto, el papel de las agencias de calificación (Fitch Ratings, Moody's  y Standard & Poor's), son claves para los países de Europa, ya que depende de la nota de confianza de estas para que se establezca la tasa de interés que pagaran. Así los países europeos se mantienen bajo la supervisión de las agencias de calificación.

Las consecuencias de todo esta dinámica son profundas: la recesión económica se profundiza, el estado de bienestar de destruye y el sistema demo-burgués se vulnera.

La recesión se profundiza

Hace poco Roubini declaraba: “Hay una probabilidad significativa de que haya otra recesión en la mayoría de las economías avanzadas”. Y Europa es consciente de ello. Por ello los ministros de finanzas de la zona del euro se reunieron para discutir un nuevo pacto fiscal, y acordaron que los déficits fiscales anuales deben ser menores a 0,5% del su PBI.

Pero economistas como Stiglitz critican esa política de ajuste fiscal ya que: “no resuelve la crisis económica”, y destaca que el déficit fiscal “no fue el origen de la crisis, sino que fue la crisis la que genero el déficit fiscal”. Ver que esta medida no resuelve el problema, sino la pospone.

Y las proyecciones no son alentadoras para Europa. Las proyecciones de la tasa de crecimiento, dadas por el OCDE, para el euro son solo de 0,2%. Además existe riesgo de recesión en Francia y Alemania, principales economías del euro, además se expandirá a otros países del euro. Christine Lagarde expresa que la tendencia de la tasa de crecimiento en general es a la baja.

La Conferencia sobre Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas (UNCTAD) concluyó que el panorama de la economía mundial es muy sombrío, principalmente para Europa. La UNCTAD advirtió que este año Europa enfrontará una recesión total.

Fin del “estado de bienestar”

Aquel “Estado de bienestar” que implementado por los países occidentales en las postrimerías de la segunda Guerra mundial para frenar el avance del comunismo en Europa, es hoy repartido como un botín por parte de las grandes empresas financieras.

La Unión Europea, con 25 millones de desempleados, 40 millones de pobres y 80 millones en el umbral de la pobreza se hunde en una recesión, y donde los que pagan las consecuencias son los trabajadores.

El economista Vicenç Navarro expreso: “El euro nos trajo estabilidad monetaria, la cual es importante y positivo”, pero “Ahora bien, el modo como se hizo sembró las bases para que el estado de bienestar fuera atacado por los mercados especulativos. Que los estados tengan que pedir prestado el dinero que necesitan a los bancos los hace vulnerables a la influencia del capital financiero que, junto a la gran patronal, está atacando frontalmente al Estado de bienestar”.

Hoy en día Europa es el último reducto del estado de bienestar, que consiste en políticas públicas de salud, pensiones, etc. Las políticas de austeridad dada por Angela Merkel para todo el euro quitan poco a poco los cimientos de ese estado de bienestar. Y el capital financiero está presionando para privatizar los sectores de salud y pensiones, y en reducir los salarios, la edad de jubilación, y aumentar los horarios de trabajo.

Crisis del sistema demo-burgués

“El principal problema es haber creado un marco económico a partir del cual la democracia queda subordinada a los mercados financieros”, de esta manera se expresa Stiglitz acerca de las caídas de gabinetes en Europa. Y es que la imposición de Papandreu y Monti en los gobiernos de Grecia e Italia han vulnerado el sistema democrático dentro del cual se desenvuelve la Unión Europea.

De igual manera se expresa el economista Marshall Auerback: “Lo que está sucediendo en Europa es un autentico golpe de estado financiero por parte de los mismos que causaron la crisis”.

Nada parece parar al capital financiero en la implantación de gobiernos tecnocráticos, y es que esa es la lógica del gran capital: expansión y control de economías enteras. Milton Friedman, el padre del neoliberalismo, sintetizaba: “obtener ganancias es la esencia misma de la democracia”. Y es que eso es la democracia para el capital financiero y el sistema capitalista. Ya Angela Merkel plantea una “democracia acorde a los mercados”.

Colapso del euro

Sarkozy expreso: “Europa nunca estuvo tan cerca del colapsar”, y de la misma manera se expresa Strauss-Kahn: “La zona euro está a punto de hundirse”.

Estas últimas declaraciones expresan pesimismo con respecto a la situación del euro. Lejos quedaron aquellas frases altisonantes de hace 4 años donde se decía que Europa no sería muy afectado por la crisis. Pero no solo los políticos expresan su pesimismo, sino diversos economistas pronostican una mayor crisis en el euro. Uno de ello es Krugman: “la crisis del euro está destruyendo el sueño europeo”. Pero la crisis no se reduce a la esfera económica, sino que repercute en el plano social y político.

Es así que muchos hablan de una ruptura en el seno de la Unión Europea. Fukuyama, uno de los gurús del sistema capitalista expresaba: “Lo más probable es que Grecia y otros países despierten y se den cuenta de que carecen de oportunidades reales para crecer si no abandonan la zona euro. Así que terminaran por partir”. De la misma forma se expresa Krugman con respecto a Italia.

Lo que le depara al euro de acá al futuro es recesión, afectando a millones de masas trabajadoras, y donde solo un puñado de especuladores se verán beneficiados. Ante el subyugamiento de las clases políticas en los países del euro ante el gran capital financiero, todo parece depender de cómo responda y actué la población. Por el momento las protestas no se dejan esperan en países como Italia.

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