Marco Antonio Moreno /10/06/2012
A diez dias de que el gobierno
de Mariano Rajoy señalara enfaticamente que España no requeriría un rescate, y a dos años de que el
anterior gobernante dijera al planeta que España tenía la banca más sólida del mundo, por fin se ha
llegado a la versión correcta: España está igual que Grecia. Y después
que se trató a los griegos de flojos, borrachos y corruptos, no sé lo
que dirán de los españoles ahora que los hombres de negro preparan su arribo para
intervenir a la banca y al propio gobierno.
Por ello que lo que fue mil
veces negado ahora se ha hecho presente en toda su dimensión. Y sólo me
gustaría ver la cara de aquellos que negaban que la crisis que estalló en 2008
adquiriría las dramáticas dimensiones de las que vengo hablando desde entonces.
Esto es parte de la ceguera de la cual muchos participaron pensando que las
finanzas eran el muro más sólido del planeta, olvidando que en verdad todo
lo sólido se desvanece en el aire. Los rescates a la banca simplemente han
continuado, para evitar el colapso del sistema financiero.
Desde el estallido de la
crisis financiera y el desvanecimiento de ese gran castillo de naipes en que se
convirtió la economía mundial, es que vengo advirtiendo de las falencias del sistema
financiero ponzi que se hizo dominante tras la desregulación total de los
mercados financieros (Ley Glass-Steagal incluida). Todo lo que ha ocurrido
no ha sido producto del azar sino de la fe ciega de aquellos que optaron por
dejar todo al libre arbitrio del mercado, sin pensar que el mercado es
gobernado por los intereses de las grandes corporaciones que dominan el mundo.
Intereses crematísticos que benefician a menos del 1% de la gente. De ahí la
revolución desatada por el 99%. (ver Los orígenes de la desigualdad entre los hombres,
o Los estragos regresivos del Neoliberalismo)
A estas alturas, nadie debería
dudar que son las grandes corporaciones las que gobiernan y que los supuestos gobiernos
democráticos no son más que simples marionetas de estos intereses que
el individuo de a pié ignora totalmente. Por eso que el romanticismo de
aquellos que creen que dejar todo en manos del mercado, como si todos los
interactuantes del mercado tuviéramos el mismo nivel de participación e intereses
(ver el equilibrio general walrasiano), no deja de ser
una ingenuidad. Una cosa es el mercado en los tiempos de Jean Baptiste Say o Adam Smith, pero otra en los mercados actuales. Y
de hecho, Adam Smith (el padre del liberalismo económico) jamás fue partícipe
del laissez-faire que hunde a los países. De ahí que se requiere
gobiernos fuertes que ejerzan un control eficaz contra las torpezas de lo que
se llama mercado; y no gobiernos débiles que dejen toda la cancha abierta a la
vía de los fraudes y la corrupción que potencia el “mercado”. Por eso llegan
los hombres de negro a España.
Los “hombres
de negro”
La intervención de los “hombres de negro” que comenzará a partir de este
lunes en España (subrayo lo de los hombres de negro porque el ministro Montoro
señaló que a España no entrarían jamás los hombre de negro) no es más
que el primer paso a lo que Angela Merkel llama la verdadera integración
bancaria europea, paso iniciático para la unión política que requiere
Europa que consolide la Unión Fiscal. Pero esto, que quede constancia,
significa la sumisión de España al control supranacional que demandará la Unión
Europea para la supervivencia del euro.
A estas alturas no tiene
objeto recordar (a menos que sea alguien que de mayor quiera ser especulador) que el motivo
del rescate no es más que la fraudulenta banca privada del país, justamente
manejada por los especuladores que en este blog han sido tan defendidos. Ahora
que la batalla entre los especuladores y la Comunidad Europea se hará más
encarnizada, habrá que ver en qué punto se rompe la cuerda: si ganan los
especuladores, será el fin del euro; si gana la Comunidad Europea, habrá un
gobierno central europeo por sobre el de los países… ¿les recuerda algo?
Por el momento, Angela Merkel
ha dado el visto bueno a la aplicación de la Tasa
Tobin para el control de los flujos financieros y los capitales
especulativos, una idea que llega (para variar) con retraso si tomamos
en cuenta que sólo en los tres primeros meses de este año ha significado la
fuga de 100 mil millones de euros de la banca española,
casi la misma suma del anunciado “plan de rescate”. ¿Rescate?
Por otra parte, y como he
señalado en el post ¿Cuánto dinero necesita España y Europa para la
supervivencia del euro?, los requerimientos para una relativa
tranquilidad española superan los 500 mil millones de euros, una cifra que hoy
no existe para la Comunidad Europea. Y como no existe, la Comunidad Europea
simplemente dilata o posterga el problema para más adelante y así justificar en
los próximos meses una intervención más radical del gobierno español, tal como
se ha hecho en Grecia (y que no ha resuelto ninguno de los problemas griegos).
De ahí que este llamado “plan de rescate” sea solo el primer paso. Europa se enfrenta
a un nuevo verano del descontento, y esta vez no hay margen
de maniobra. La crisis ha calado profundo y los caminos se cierran y no van a
ningún sitio seguro.
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