sábado, 17 de noviembre de 2012

Luces y sombras de la expansión de Repsol en el Perú

Los proyectos de la multinacional y sus directivos. A la izquierda, Víctor Peón, director ejecutivo de la empresa en el Perú, y a la derecha Antonio Brufau, presidente de Repsol.

El relato de cómo Latinoamérica se está convirtiendo en refugio de transnacionales españolas como Repsol; y de cómo las supuestas maniobras fraudulentas de reexportación de gas de la petrolera en Perú y las sospechas de una fiscalidad irresponsable empañan su contribución económica.

María Altimira

Las luces de la apuesta de Repsol por América Latina languidecen con algunos de los más sombríos capítulos de la petrolera. En Perú, sólo hay que remontarse unos meses para rescatar polémicas como las supuestas maniobras fraudulentas de reexportación del gas del yacimiento de Camisea. Unas actividades que habrían supuesto una pérdida de al menos 46 millones de dólares para el estado peruano.

La firma española, como compañía miembro del Consorcio Camisea y a la vez compradora y exportadora de gas de este yacimiento, habría permitido reembarcar irregularmente este combustible a otros lugares distintos de EEUU, único destino declarado, para pagar menos regalías a PeruPetro.

El relato de las faltas que se imputa a la multinacional también incluye las sospechas de irresponsabilidad fiscal por su creciente presencia en diversos paraísos fiscales y los desequilibrios que generan algunas de las operaciones en las que participa en el Perú.

A la vez, Repsol es una de las primeras empresas por volumen de facturación y uno de los más importantes contribuyentes fiscales del Perú. Según el informe anual de 2011 de la propia Repsol, la transnacional pagó en concepto de todo tipo de impuestos casi mil millones de dólares (*) el año pasado, unos 200 más que en 2010, de acuerdo con su memoria anual. Además, al término de 2011, el gigante petrolero contaba con 3 mil 440 trabajadores en Perú, lo que significa que cuadruplicó su planilla en tan sólo tres años. En lo que se refiere a compras y contrataciones a otras empresas, la inmensa mayoría locales, el monto fue de poco menos de 400 millones de dólares el pasado ejercicio y siempre según los datos facilitados por Repsol.

Pero, hoy, cuando las multinacionales españolas se agarran al refugio latinoamericano para capear la crisis europea, las espinas que acompañan la expansión de la petrolera en la región parecen hincar más que otrora.

El BALÓN DE OXÍGENO DE LATINOAMÉRICA

“La actual situación económica [en España] hace que las empresas se vuelquen aún más en los mercados en expansión. Latinoamérica lo es desde hace años, lo está siendo durante la crisis y todo indica que lo va a seguir siendo”, asegura Alfredo Arahuetes, experto en economía internacional y decano en la facultad de ciencias económicas y empresariales en ICADE-Universidad Pontificia de Madrid.

Los datos  corroboran sus palabras. El 65% de los activos españoles localizados fuera de la Unión Europea están en América Latina y el Caribe; y España es responsable del 14% de las inversiones directas que reciben estos países (un porcentaje relativo a 2011 y cinco puntos mayor que el registrado en los años inmediatamente anteriores), según un el último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) sobre inversión extranjera.

Erika González, investigadora en el Observatorio de las Multinacionales en América Latina (OMAL), afirma que en los últimos cinco años las grandes transnacionales españolas han crecido mucho en la región. “Antes, los beneficios de estas empresas en la zona suponían entre el  30 y el 40% del total, ahora, en muchos casos superan el 50%. Ganancias que a su vez atraen más capital. El flujo inversionista español ha llegado y sigue llegando de sectores como el financiero, las telecomunicaciones y la industria energética.

“En el caso de la industrias extractivas, la apuesta por esta región está muy ligada al ciclo alcista que han experimentado las materias primas como el petróleo”, apunta Miguel Pérez, experto de CEPAL y coautor del informe de este centro de estudios. Ante incrementos sostenidos del precio, resume Pérez, mayor inversión.

Perú es hoy un destino cada vez más atractivo. La inversión extranjera creció en el país un 5% en un año, totalizando un monto de más de 7 mil 500 millones de dólares el año pasado, según la CEPAL“Perú tiene un modelo basado en el aumento de las exportaciones y una transformación del mercado interno que abre oportunidades de inversión y, además, es uno de los países que está creciendo más en la región”, afirma Arahuetes. Una realidad que en 2011 significó un repunte del 6,92% del PIB nacional tras años de aumento sostenido y que las empresas extranjeras están aprovechando.

Es lo que sucede en el caso de Repsol. Víctor Peón, director ejecutivo de la petrolera en Perú, ratificó hace un año la voluntad de la transnacional de destinar 3 mil millones de dólares al país en los siguientes cinco años, doblando así lo que ya tiene invertido.

Repsol anunció recientemente que destinaría a América Latina más de la mitad de su inversión en explotación y aseguró que seis de los 10 proyectos de crecimiento claves para la firma, y que deberían representar el 42% de su producción mundial en 2016, se encuentran en suelo latinoamericano (uno de ellos es el campo peruano de gas y condensado Kinteroni).

LA MALA SALUD DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

El fortalecimiento de la apuesta de las transnacionales españolas por la zona debe verse, según apuntan los expertos, como una vía de escape ante la severa contracción del mercado interno de este país.

Así, mientras la demanda nacional de los países latinoamericanos se incrementa, los índices de consumo en España, con una tasa de desempleo que ronda el 25%, están por los suelos. Los recortes en el sector público y la subida de impuestos para atajar el déficit y calmar los mercados, en aras de colocar deuda nacional a precios más asumibles, tienen una fuerte repercusión en el bolsillo de los españoles.

El comportamiento del IBEX 35 (el índice bursátil español relativo a las mayores firmas de este país como es el caso de Repsol o Telefónica) radiografía la situación de una España atenazada por la deuda y la desconfianza respecto de su desempeño económico. Desde que empezó la crisis, el valor accionarial de estas firmas se ha reducido casi a la mitad, tal y como ha sucedido con Repsol.

En cuanto a la petrolera, afirma Luis Benguerel, analista de la agencia de valores española Interbrokers, esta situación se acumula a la dolorosa pérdida [por expropiación, IDL-R] de la argentina YPF, que en 2011 significó el 21% de su beneficio neto. La firma no está en su mejor momento. El año pasado sus ganancias cayeron un 53% y pasaron de más de 6 mil 200 millones de dólares (aunque en este resultado tuvo mucho peso el efecto del acuerdo con Sinopec en Brasil) a unos 3 mil millones, mientras que su deuda neta asciende a cerca de 9 mil 400 millones de dólares.

LAS OTRAS ESPINAS

En medio de estas cifras descorazonadoras, las sospechas relativas a los fines de la presencia de Repsol en los paraísos fiscales empañan su gestión. En el informe de lascuentas anuales de la multinacional referente a 2010 se pueden contar hasta 45 filiales o empresas con participación de Repsol, radicadas en una docena de paraísos fiscales cuyas operaciones no justifican su presencia allí, de acuerdo con el informe del Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa (ORSC) (**) sobre las empresas del IBEX 35. La cifra es más de dos veces superior al total de sociedades que, según el observatorio, estaban en la misma situación en 2008.

El estudio indica que las actividades que declaran estas 45 firmas domiciliadas en los paraísos fiscales no tienen relación con la producción de bienes o prestación de servicios, sino con actividades financieras, de sociedades de cartera y sociedades holding. “Una práctica muy extendida entre las multinacionales en términos de tesorería interna son los créditos a un interés muy alto realizados por las sociedades radicadas en estos territorios de baja o nula imposición a empresas del grupo que operan en otros países. Unos movimientos con los que consiguen rebajar la factura impositiva allí donde se generan los beneficios”, explica John Christensen, director de Tax Justice Network, una organización independiente con sede en el Reino Unido y dedicada a la promoción de una mayor transparencia y responsabilidad fiscal a nivel global. Además, añade el informe, en los casos en los que la descripción del objeto empresarial de estas sociedades es operativa se refiere a actividades realizadas en otros países.

En concreto, que la presencia de Repsol en esos paraísos fiscales es de difícil justificación. Los ejemplos son variados. A modo referencial, en 2011, tanto YPF Guayana, Ltd., dedicada a la exploración y producción de hidrocarburos normalmente en el país sudamericano, como la financiera A&C Pipeline Holding, estaban domiciliadas en las Islas Caimán.  (Ver la lista completa)
Repsol no es ninguna excepción, el 86% de las firmas del IBEX tiene presencia en conocidos paraísos fiscales como Luxemburgo, el estado norteamericano de Delaware o las mismas Islas Caimán.

“En tiempos de crisis, cuando hablan de que los capitales se van, fundamentalmente lo hacen por esta vía”, relata Carlos Cordero, director del estudio del ORSC y de la consultora Sustentia.  Christensen asegura que el incremento de flujos de algunas de las grandes corporaciones con matriz europea y estadounidense hacia refugios fiscales apunta a una tendencia que, pese a no sustentarse en datos globales, estaría minando severamente la recaudación de los estados golpeados por la crisis y los recursos de los países en desarrollo. Los activos que se encuentran en enclaves extraterritoriales y fuera del alcance de una imposición efectiva, de acuerdo con los cifras facilitadas por la ONG, suponen una tercera parte del total mundial.

CAMISEA EN EL PUNTO DE MIRA

Más allá del conflictivo capítulo de la reembarcación de gas, Camisea también está en el punto de mira debido a la polémica entrada en vigor de un contrato que Repsol firmó hace años con el gobierno mexicano para exportar este combustible de su lote 56. Con la consigna de evitar la venta del gas a precios inferiores al del mercado interno, como sucede en este caso,  el ejecutivo negocia con el gobierno del país azteca, Repsol y el resto de empresas implicadas. En abril de este año el gobierno peruano ha conseguido reducir a la mitad el volumen de combustible que debía desembarcarse en la planta mexicana de Manzanillo en 2012.

Pero en Camisea, los frentes se le multiplican a Repsol. Rosa María Ortiz, la nueva presidenta de PeruPetro, anunció que tiene planeado firmar con el consorcio la adenda del contrato para recuperar parte del gas producido en el lote 88 (participado por la petrolera) antes de que finalice el año. Un paquete energético hipotecado años atrás como garantía para asegurar la viabilidad de la exportación del vecino 56 y, hasta ahora, destinado al mercado externo. Fue un acuerdo que, según las autoridades, jugó en contra de los intereses del país y motivó una presión del estado a la compañía para asegurar el abastecimiento del consumo interno. Con todo, Antonio Brufau, presidente de Repsol, mostró su conformidad a dicho retorno durante la reunión que mantuvo con el presidente Ollanta Humala a finales de 2011.

Repsol y las multinacionales españolas llegaron para quedarse por mucho tiempo en Latinoamérica. Con la crisis europea, la región se ha convertido en el balón de oxígeno de estas transnacionales, pero el frágil equilibrio entre los beneficios y los pasivos que generan, muchas veces vinculados a prácticas que ponen freno al desarrollo social de sus anfitriones, enturbia la expansión de estos gigantes.

(*) La cifra se refiere a impuestos sobre sociedades, aquellos asociados a la producción de hidrocarburos y los tributos retenidos a terceros como por ejemplo las retenciones sobre salarios, el IGV o los impuestos sobre el consumo de combustibles. Las cifras sobre impuestos, contrataciones, beneficios y la deuda total de Repsol fueron facilitados originariamente en euros. Por ello, fueron convertidas en dólares utilizando la media anual correspondiente.

(**) El ORSC está compuesto por diversas organizaciones de la sociedad civil. Entre sus miembros figuran las ONG Intermón Oxfam, Cáritas y el sindicato CCOO.

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