La crisis económica en Europa y la abundancia de liquidez global continúan siendo los principales factores de riesgo para la economía local, según un informe del BBVA Research.
No obstante, señaló que el programa de apoyo de liquidez del Banco Central Europeo (BCE) “ha reducido sustancialmente las tensiones financieras en Europa y por lo tanto la probabilidad de ocurrencia de una crisis”.
Pese a ello la entidad financiera advierte que “aún faltan muchos elementos que se deberán enfrentar para llegar a la solución definitiva de la crisis y en el camino no se descarta que algunos factores puedan gatillar un cambio en el sentimiento de los mercados”.
Un ejemplo de ello podría ser una falta de compromiso en las metas fiscales de alguno de los países del bloque europeo, así como eventos políticos en Italia o Alemania o un “accidente” financiero en Grecia o Chipre.
Tres canales de transmisión:
Según el BBVA Research, la economía peruana se vería afectada a través de tres canales.
“En primer lugar, el sustancial aumento de la aversión global al riesgo se reflejaría en una elevación de la prima de riesgo local, llevando a mayores costos de financiamiento, disminución de los influjos de capitales, y presiones al alza sobre el tipo de cambio (depreciación del sol)”, detalló.
En segundo lugar, disminuirían los precios de las materias primas y la demanda externa. Finalmente, habría un retroceso de la confianza de empresarios y consumidores.
Sin embargo, también señalan que el tamaño más reducido del choque y las crecientes fortalezas de la economía peruana “nos hacen prever que los impactos locales serían relativamente limitados”.
Ingreso masivo de capital foráneo:
Según el informe, el ingreso masivo de capitales extranjeros, a raíz de las políticas implementadas por los bancos centrales de Estados Unidos y Europa, es otro factor de riesgo.
Esto podría inducir fuertes presiones apreciadoras sobre la moneda local hasta el punto de llevarla por debajo de su nivel de equilibrio, “lo que restaría competitividad al sector transable (en especial al no tradicional), con efectos negativos sobre el empleo, las exportaciones y por ende ampliando el déficit de la cuenta corriente hacia niveles insostenibles”.
También podrían financiar una excesiva expansión del crédito y de la demanda interna llevando a un sobreendeudamiento de las familias y generando presiones inflacionarias.
Asimismo, la apreciación de la moneda local y el menor costo de los préstamos en moneda extranjera harían más atractivos estos últimos incrementando el riesgo cambiario crediticio.
Finalmente, el ingreso masivo de moneda extranjera podría generar una sobrevaloración de activos, por ejemplo en el sector no transable (inmobiliario), “que eventualmente lleven al estallido de una burbuja con sus consecuencias negativas sobre la riqueza de las familias, el consumo y la actividad”.
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