Vicenç Navarro /22/02/2013
Este artículo critica la postura ampliamente extendida en los círculos financieros, económicos y políticos de mayor importancia e influencia en el país, que consideran que la mejor manera de salir de la crisis es incrementando las exportaciones. El artículo discute el caso de Irlanda, que se presenta como ejemplo por aquellos economistas que sostienen tal tesis.
Una nueva ortodoxia se ha establecido en los círculos políticos y mediáticos del país, ampliamente influenciados por los establishments financieros, que asume que la única manera de que la economía española se recupere es a través del aumento de las exportaciones.
Será este aumento el que estimule la economía y nos ayude así a salir de la crisis. Esta postura está generalizada en los equipos económicos, no sólo de los partidos conservadores y liberales, sino de muchos partidos socialdemócratas. En realidad, tal dogma está extendido también entre tales partidos a nivel europeo.
La prueba empírica que parece sostener tal dogma es lo que ha ocurrido en Irlanda. Los promotores de la propuesta de que las exportaciones nos sacarán de la crisis se refieren constantemente a Irlanda como prueba de que lo que están promoviendo –incrementar las exportaciones- será el inicio y posible camino para alcanzar la recuperación económica.
Los datos que se presentan son los siguientes: Irlanda, que junto con Grecia, Portugal y España era parte de los PIGS (los países de la periferia del euro que estaban en una profunda recesión), ha aumentado sus exportaciones. El indicador “exportaciones por habitante” ha aumentado notablemente como consecuencia de las medidas tomadas por el gobierno en respuesta a las presiones de la Troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) y del gobierno Merkel, medidas que se han centrado en enfatizar los recortes de gasto público (incluido el social) y las rebajas salariales. Se considera que tal aumento de las exportaciones ha causado un crecimiento económico (de un 1,4% en 2011 y de un 1% en 2012) que, aún cuando es un crecimiento lento, representa un cambio, pues, antes de las llamadas políticas de austeridad, Irlanda estaba en recesión.
Hasta aquí el dogma y la evidencia que supuestamente lo apoya. Por cierto, la extensión del dogma abarca, como he dicho antes, a las esferas dirigentes de muchos partidos socialdemócratas. Así, Peer Steinbrück, el candidato a la presidencia del gobierno alemán por parte del Partido Socialdemócrata de aquel país, en una reciente visita a Londres, también hizo referencia a Irlanda como un ejemplo para los países en dificultades en la Eurozona (citado por John Weeks en su excelente artículo “Ireland - The Star Pupil of the Euro Fiasco”. Social Europe Journal. 12.02.13, del cual extraigo gran parte de los datos).
Pues bien, veamos los datos. Mientras “las exportaciones por habitante” han ido subiendo, “la renta nacional por persona” (la renta de diversas procedencias que el ciudadano promedio recibe) ha descendido (durante el mismo periodo en que las exportaciones han subido) una tercera parte, pasando de ser 35.000 dólares en el año 2007 a 25.000 en el 2012. La ciudadanía se ha empobrecido enormemente, a la vez que el PIB ha ido creciendo, mostrando que el crecimiento económico no es un indicador del crecimiento de la riqueza de la mayoría de la población del país. En realidad, las políticas públicas de austeridad han reducido el estándar de vida de la ciudadanía irlandesa (como también está ocurriendo en España). Tal reducción de la demanda doméstica también ha disminuido las importaciones, con lo cual la balanza de pagos ha sido positiva en Irlanda, presentando un surplus en tal balanza de pagos, que se ha interpretado (erróneamente) como otro indicador del éxito de las políticas de austeridad y de la fortaleza de la recuperación.
Como estas exportaciones son, en parte, exportaciones financieras (dinero que va a la banca que había prestado dinero a la banca privada y al Estado irlandés), resulta que el llamado “éxito” de las exportaciones se ha basado en el empobrecimiento de la población irlandesa.
La relevancia del caso de Irlanda para España es que las políticas que se están llevando a cabo en aquel país (muy semejantes a las que están teniendo lugar en España) están llevando a un enorme empobrecimiento de la población irlandesa, que queda ocultado con el mensaje supuestamente exitoso de que la economía se está recuperando porque está creciendo de nuevo, motivada por el aumento de las exportaciones. Irlanda muestra lo que será nuestro futuro, que ya está en nuestro presente.
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