martes, 9 de agosto de 2011

El dilema de Bernanke: Por ahora garantiza el "dinero gratis" en EEUU. Fuertes discrepancias al interior de la FED


El presidente de la Fed,  Ben Bernanke, planteó fijar las tasas en 0 y 0.25% y suspende la inyección de un "QE3"
Pedro Calvo
9/08/2011 - 22:50

elEconomista.es
Ya lo había avisado. Lo hizo, primero, allá por noviembre de 2002. Y lo recordó, por si alguien lo había olvidado, en el simposio celebrado en Jackson Hole en agosto de 2010. En ambas ocasiones, Ben Bernanke había afirmado que una de las herramientas para evitar la deflación -caída general de los precios- consiste en fijar un horizonte temporal definido en el que los tipos de interés oficiales van a permanecer en un nivel concreto.
Pues bien, el presidente de la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos, pasó ayer de los dichos a los hechos.

La entidad norteamericana garantizó que los tipos de interés permanecerán entre el 0 y el 0,25 por ciento, nivel en el que se encuentran desde diciembre de 2008, hasta "mediados de 2013". O lo que es lo mismo, aseguró a los agentes económicos de la mayor potencia del mundo que dispondrán de dinero gratis durante dos años más. Una medida sin precedentes para una crisis que también va camino de serlo. Porque la institución recurrió a esta alternativa tras reconocer que "el crecimiento económico de este año ha sido considerablemente más bajo de lo que la Fed había esperado".
Fuerte discrepancia
La decisión de comunicar que los tipos seguirán en el nivel actual hasta 2013 generó una fuerte discrepancia en el seno de la entidad. Así, tres de sus diez miembros -Richard Fisher, Narayana Kocherlakota y Charles Plosser- votaron en contra de modificar el mensaje que venía enviando la Fed al respecto, consistente en que los tipos iban a permanecer entre el 0 y el 0,25 por ciento "durante un largo periodo de tiempo".
Esta disensión en el seno del Comité Federal del Mercado Abierto, el órgano que rige la política monetaria en EEUU, añade más incertidumbre a la ya existente, puesto que pone de manifiesto que Bernanke tiene a su equipo dividido y anticipa problemas adicionales en el manejo futuro de la política monetaria norteamericana. De hecho, no se veía una oposición similar en el seno de la institución desde 1992.
Y eso, en los difíciles tiempos que corren, tiene gran importancia. Más que nada porque el diagnóstico que realizó no fue nada alentador. "Los indicadores sugieren un deterioro en el conjunto de las condiciones del mercado laboral en los meses recientes y la tasa de desempleo ha repuntado", admite la Fed. No es para menos, puesto que el mercado laboral sigue delatando que la reactivación continúa sin arraigar. En mayo, junio y julio, la creación de empleo se ha frenado hasta una media de 72.000 puestos de trabajo al mes, inferior a los 215.000 mensuales que había registrado entre febrero y abril de este mismo año. Como consecuencia, la tasa de paro permanece por encima del 9 por ciento, con lo que se mantiene en sus niveles más altos desde comienzos de los años 80.
Al mismo tiempo, la institución presidida por Bernanke precisa que el consumo de los hogares se ha estancado, que la inversión empresarial "es todavía débil" y que "el sector residencial continúa deprimido". Un escenario que, como en el caso del mercado laboral, ya venían anticipando los datos. Las cifras correspondientes a los dos primeros trimestres confirman que la recuperación ha perdido fuelle.
Entre enero y marzo, la economía sólo creció a un ritmo del 0,4 por ciento en tasa trimestral anualizada. Aunque entre abril y junio la cifra creció hasta el 1,3 por ciento, aún se encuentra por debajo del crecimiento potencial de Estados Unidos.
El 'QE3' tendrá que esperar
En cuanto a la posibilidad de poner en marcha un nuevo estímulo cuantitativo, conocido como QE3 porque sería el tercero de esta naturaleza que activa durante la crisis, tendrá que esperar. Por el momento, Bernanke mantuvo la política de reinversión del dinero que proceda del vencimiento de los bonos que tiene en su balance.
"La Fed se va a dar más tiempo para analizar esta debilidad y serámuy importante la evolución en las expectativas de inflación. En el caso de que se aprobara este QE3, pensamos que en ningún caso será en verano, sino que como muy pronto esperarán a otoño", indica Félix González, de Capitalia Familiar. La próxima reunión tendrá lugar el 20 de septiembre, y para entonces dispondrá de más estadísticas en su poder con las que poder calibrar de forma más precisa el verdadero estado de salud de la economía norteamericana.

Bernanke ha sido apodado "Helicopter man" debido a su recurrencia en inyectar billonadas de activos ("arrojar dinero desde el helicoptero") como medida máxima de salvataje a la economía norteamericana. Sin embargo, a pesar de la aplicación de los "QE2" y "QE3" la crisis estallada en 2008 ha mandenido su curso y se ha profundizado sin encontrar una solución de continuidad.
El mercado, que esperaba la adopción del QE3, sintió decepción en su reacción inicial. "Como el mercado estaba anticipando una actuación de la Fed, podría haber cierta decepción y más huida de los activos con riesgo", afirma Ed Fitzpatrick, de la gestora Schroders. Así ocurrió en un primer momento, puesto que el Dow Jones pasó de subir más de un 1 por ciento a caer por encima de un punto porcentual, pero luego volvieron las compras en cuanto los inversores entendieron que la medida de la Fed supone un estímulo adicional. Menos directa, porque a diferencia de los estímulos cuantitativos (quantitative easing o QE), no introduce dinero nuevo en la economía de forma inmediata. Pero no deja de ser una medida expansiva adicional con la que la institución trata de plantar cara a la crisis. El mercado se quedó finalmente con esta lectura y acabó celebrando la decisión. El Dow cerró con una subida del 3,98 por ciento, hasta los 11.239,77 puntos, mientras que el S&P 500 sumó un 4,74 por ciento, hasta los 1.172,53 puntos. Fueron las mayores ganancias desde el 23 de marzo de 2009.
La presión para que la Fed hiciera algo había crecido en las últimas jornadas. El histórico recorte de la calificación crediticia de EEUU por parte de la agencia Standard & Poor's en la noche del viernes, continuado el lunes con unas caídas superiores al 5 por ciento en Wall Street, habían encedido las alarmas.

La amenaza de la recesión presiona a Bernanke para que active un 'QE3'
Pedro Calvo
9/08/11

Aunque no se espera que lo anuncie hoy, podría anticiparlo para septiembre
Ben Bernanke, cual Sísifo, ve impotente cómo la piedra de la crisis económica vuelve a rodar ladera abajo. Por momentos, el presidente de la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos, se las prometía muy felices. A comienzos de 2011, parecía que, esta vez sí, la recuperación se afianzaba. Espejismo.

En abril, el propio Bernanke reconoció que la reactivación se frenaba. Y hoy, cuatro meses después, en la reunión de política monetaria que celebra la entidad en Washington, mirará a los ojos de sus colegas con una preocupación mucho mayor. No es para menos. En la última semana, la principal economía del mundo ha coleccionado datos tan decepcionantes que incluso se teme ya una recaída en la recesión y, como puntilla, la agencia Standard & Poor's rebajó el viernes la calificación norteamericana desde AAA hasta AA+.
En este contexto, y dado el currículum anticrisis acumulado por Bernanke desde 2007, el mercado ya baraja la posibilidad de que la Fed intente acudir al rescate. ¿Cómo? Metiendo más dinero en la economía, una estrategia conocida como expansión cuantitativa -en inglés, quantitative easing o QE-. Hasta ahora ha recurrido a esta alternativa en dos ocasiones: con la primera -QE1- inyectó 1,75 billones de dólares entre noviembre de 2008 y finales de 2009 mediante la compra de deuda hipotecaria y pública; y con la segunda -QE2-, otros 600.000 millones entre noviembre de 2010 y el 30 de junio de 2011. Por tanto, podría ser la tercera vez que Bernanke se sube al helicóptero para arrojar billetes sobre la economía, de ahí que se le llame QE3.
Aún es pronto
La incógnita acerca de si la Fed aplicará o no nuevos estímulos marcará la reunión de hoy y será el aspecto principal que analizarán los inversores en el comunicado que difunda la entidad a las ocho y cuarto de la tarde -en esta ocasión no está previsto que Bernanke comparezca ante los medios de comunicación-.
Por el momento, eso sí, la mayoría de los expertos considera que todavía es pronto para disparar más munición cuantitativa y que la Fed podría esperar a la siguiente reunión, que se celebrará en septiembre. "Estas señales de moderación recientes nos parecen insuficientes para que la Fed pudiera plantearse a corto plazo el lanzamiento de un tercer programa de compra de activos", opinan desde Banif.
Y avisan: "Un tercer programa de compra de activos llevaría implícito un mensaje muy negativo en clave de incapacidad de crecimiento autónomo de la economía norteamericana". "No creemos que vaya a haber un QE3. La Fed se va a dar más tiempo para analizar esta debilidad y será muy importante la evolución en las expectativas de inflación. En el caso de que se aprobara este QE3, pensamos que en ningún caso será en verano, sino que como muy pronto esperarán a otoño", añade Félix González, de Capitalia Familiar.
¿Servirá para algo?
Para Joaquín Casasús, director general de Abante Asesores Gestión, tampoco es momento de mandar más estímulos. "Un QE3 no haría nada porque el problema ahora no es que haya tipos altos y el objetivo del QE era bajar el interés de los bonos. Además, hay que tener en cuenta que el QE2 fue más ruido que otra cosa", afirma.
Por el contrario, Sara Pérez-Frutos, de Dracon Partners, juzga que "sí que es necesario que haya un QE3 ya que estamos viendo que la economía americana sigue necesitando muletas". Y agrega: "Está visto que los estímulos fiscales no pueden ser la alternativa debido al acuerdo de EEUU para reducir su déficit, por lo que sólo quedan los estímulos monetarios. No conseguirán revitalizar la economía, pero sí que ésta evite la recesión". Para Ofelia Marín, de Banca March, al final imperará el pragmatismo de la Fed si la situación lo requiere. "Si la economía no crece, ellos tienen como prioridad estimular el crecimiento, así que no descarto que activen un QE3", indica.
Ben Bernanke, ante el dilema de ofrecer otra ronda de estímulos
¿Saldrá la Reserva Federal (Fed), de nuevo, al rescate de la economía? El banco central de EEUU se reúne el martes en Was-hington bajo la mirada atenta de los inversores de ambos lados del Atlántico.
A pesar de que las bolsas van a la baja, el desempleo sigue alto y el crecimiento es anémico, hay pocas expectativas de que apruebe de forma inmediata una nueva ronda de compra de valores para estimular el crecimiento de la economía de Estados Unidos.

Las autoridades han dicho que quieren ver cómo se comporta la economía antes de tomar cualquier nueva decisión. Sobre la mesa, tendrán el último dato de empleo en Estados Unidos, con 117.000 contratos firmados en julio y una bajada de la tasa de paro al 9,1%, cifras aún insuficientes para generar la sensación de una recuperación sólida.

En su informe semestral al Congreso sobre la política monetaria, a mediados de julio, el presidente de la Fed, Ben Bernanke, alertó de que "si la debilidad reciente de la economía persiste más de lo esperado, podrían resurgir los riesgos deflacionarios y eso requeriría más medidas de apoyo". Y añadió: "La Reserva Federal está lista para responder si los desarrollos económicos indicaran que es apropiado un ajuste de la política monetaria".

Bernanke explicó que consideraba varias opciones y mencionó la posibilidad de una tercera ronda de compra de deuda (QE3). Ante las expectativas que levantaron sus palabras, al día siguiente, Bernanke matizó que la institución no está preparada en este momento para tomar más medidas.
En su intervención, el máximo responsable del banco central estadounidense enumeró otras posibilidades. Una opción es que la entidad fortalezca las garantías de que los tipos de interés se mantendrán bajos "por un período extenso". La Reserva Federal mantiene la tasa de referencia entre el 0 y el 0,25% desde diciembre de 2008.

Impacto dudoso

Sin embargo, pocos esperan que esas medidas tengan un gran impacto, sobre todo porque el principal problema de la economía en este momento es la falta de puestos de trabajo, no de crédito. "La Fed ha explicado cuál es su menú de herramientas para aliviar el problema, pero hay varias de ellas que realmente no tienen un beneficio macroeconómico significativo", asegura Michael Gapen, economista de Barclays Capital.

El último programa de compra de bonos (QE2), por valor de 600.000 millones de dólares, terminó hace sólo 5 semanas. El banco central cree que ayudó a sostener la economía y que disminuyó la amenaza de la deflación. Pero Bernanke ya advirtió, hace un año, de que la economía no puede vivir siempre animada por los estímulos. "Los bancos centrales por sí solos no pueden resolver todos los problemas del mundo", dijo.

Los críticos, incluidos los republicanos, dicen que la anterior ronda de estímulo hizo subir los precios del petróleo y otras materias primas y, por tanto, dejó a los hogares de EEUU en peores condiciones. "La gente huyó del dólar y eso ayudó a disparar los precios de la energía después del QE2", opina Stephen Cucchiaro, jefe de inversiones de Windhaven Investment Management en Boston.

Algunos analistas consideran que la Reserva Federal está bajo presión porque las medidas que llegan desde la Casa Blanca y el Congreso se centran en la reducción del déficit a largo plazo y no en el crecimiento económico a corto plazo, como demostró el acuerdo para aumentar el techo de deuda aprobado la semana pasada. "La Fed no debería hacer nada en este momento, pero hay presión sobre ellos para hacer lo contrario", asegura Bob Gelfond, director general de Gestión de Activos MQS.

Y avisan: "Un tercer programa de compra de activos llevaría implícito un mensaje muy negativo en clave de incapacidad de crecimiento autónomo de la economía norteamericana". "No creemos que vaya a haber un QE3. La Fed se va a dar más tiempo para analizar esta debilidad y será muy importante la evolución en las expectativas de inflación. En el caso de que se aprobara este QE3, pensamos que en ningún caso será en verano, sino que como muy pronto esperarán a otoño", añade Félix González, de Capitalia Familiar.

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