viernes, 9 de diciembre de 2011

Europa con escasa ayuda china

Yao Yang
2011-12-08

Beijing – ¿China ayudará a rescatar el euro o no? En agosto, el premier Wen Jiabao dijo que China estaba dispuesta a ayudar a Europa en este momento de necesidad. Pero, en diciembre, en el Foro Lanting en Beijing, la viceministra de Relaciones Exteriores Fu Ying declaró que China no podía hacerlo. "El argumento de que China debería rescatar a Europa no se sostiene, ya que las reservas no se manejan de esa manera", anunció.

Durante meses, los líderes europeos y funcionarios del Fondo Monetario Internacional albergaron la esperanza de que China les diera una mano para salvar al euro. Pero Wen propuso ciertas condiciones, entre ellas el reconocimiento por parte de la Unión Europea de China como una economía de mercado. Los líderes de Europa, sin embargo, no han aceptado esta condición ni ninguna otra de las propuestas por Wen. De ahí la insistencia de Fu en que China no puede hacer nada para ayudar.

La condición de economía de mercado es en gran medida simbólica, pero es importante para China. Tanto comisionados como abogados europeos actualmente están inmersos en un acalorado debate sobre si la Organización Mundial de Comercio debería otorgar automáticamente a China esta condición en 2016. Sea cual fuere el resultado, los beneficios son marginales; la principal ventaja de una condición de economía de mercado para China es que excluiría las acusaciones de antidumping según las regulaciones de la OMC.

No obstante, es un símbolo importante para China. Muchos chinos creen que negarle a China la condición de economía de mercado es ignorar los últimos 30 años de reformas muchas veces dolorosas. Sobre todo, China quiere una señal de aceptación por parte de las economías occidentales avanzadas, que siguen considerando al país no sólo como represivo sino que también representa un modelo económico alternativo: capitalismo estatal, en lugar de una variedad de libre mercado.

Estas dos caracterizaciones occidentales son demasiado extremas. El sistema chino es autoritario en muchos sentidos, pero el panorama no es blanco y negro. Después de 30 años de transformación, la economía, la sociedad y, en alguna medida, el sistema político de China han cambiado profundamente.

Sin lugar a dudas, el gobierno de China mantiene un control ajustado de la economía. Al mismo tiempo, el sector privado despegó y ahora representa las dos terceras partes del PBI y del empleo urbano.  

A pesar de este progreso, Occidente parece estar perdiendo la paciencia con China. Antes de 2004 (cuando el creciente excedente de cuenta corriente de China se convirtió en una cuestión internacional), Occidente creía que China estaba avanzando en la dirección correcta -volviéndose "más como nosotros"-. Ahora esa idea se está tambaleando, especialmente porque China adoptó una postura más firme desde que comenzó la crisis financiera global en 2008.

Sin embargo, la reafirmación de China no es enteramente infundada. Dado su extraordinario desempeño económico, China tiene motivos para sentirse orgullosa; y al haber sido durante mucho tiempo un alumno de Occidente, China tiene iguales motivos para preguntar por qué al maestro le ha ido tan mal.

En definitiva, admitir a China plenamente en la comunidad internacional ayudaría a transformarla en una sociedad más abierta. Pero Occidente debe tener en mente que China no está interesada solamente en beneficios materiales, como el acceso a los mercados occidentales, o una mayor presencia en las organizaciones internacionales. Los chinos también quieren respeto.

Europa no puede permitirse un fracaso del euro. Pero las propuestas actuales, como los fondos de redención nacionales, o una versión a nivel europeo con responsabilidad conjunta, aumentarían la carga para los contribuyentes de la UE de manera dramática. Mientras tanto, la presión para que el Banco Central Europeo compre bonos del gobierno de la eurozona está poniendo en riesgo la credibilidad de  la institución. La ayuda externa es la mejor solución para impulsar la confianza del mercado y salvar a los países endeudados de la depresión y la cesación de pago.

Es más, un fracaso del euro sería malo para China, lo que dejaría al dólar estadounidense como la única moneda de reserva internacional. Eso también implicaría que el mercado europeo, actualmente la principal fuente de demanda de exportaciones de China, sería mucho más débil.

Sin embargo, China no ofrecerá una ayuda financiera sustancial sin la garantía férrea de la inversión por parte de la UE. Igualmente importante es el hecho de que China retendrá la ayuda a menos y hasta que la UE cumpla ciertas condiciones, entre ellas conferirle a China la condición de economía de mercado. China dijo lo que quiere. Está en Europa sellar un acuerdo.

Yao Yang es director del Centro de China para la Investigación Económica en la Universidad de Peking.


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