22/10/2012
El suelo industrial también
tuvo su burbuja, impulsada sobre todo por pequeños ayuntamientos que querían
atraer empresas. El resultado son casi 5.000 polígonos industriales, la mayoría
semivacíos y sin servicios.
Hace pocos días, el economista
Santiago Niño Becerra rechazó las tesis del premio Nobel de Economía, Paul
Krugman, sobre los males de nuestra economía y le recomendó "visitar
algunos polígonos industriales de la geografía española" para conocer de
cerca la realidad del país.
Si decide hacerlo, el gurú norteamericano tendrá
que elegir entre los más de 4.800 polígonos repartidos por España,
en los que además de comprobar si nuestra productividad es baja, como dice Niño
Becerra, es probable que se tope con calles vacías, naves cerradas y parcelas
llenas de matorrales que tardarán años en ser ocupadas.
"Ha habido un exceso, no
todos los ayuntamientos de España pueden tener un polígono industrial",
afirma Rosa María Martínez Redondo, directora general de la Coordinadora
Española de Polígonos Empresariales (CEPE). Esta asociación privada es la
única que tiene un censo de los polígonos existentes. Según su directora,
"no todos están mal, pero sí es cierto que cada ayuntamiento quería tener
el suyo y muchos se hicieron sin una planificación estratégica del territorio,
y ahora están vacíos". La burbuja provocó, además, otro efecto negativo, y
es que una vez construidos nadie se ocupara de ellos. "Existe una creencia
de que en cada polígono hay una oficina que te informa de las empresas que hay,
de los servicios, de las parcelas disponibles, pero sólo un 20 por ciento
tienen algún órgano de gestión", señala Martínez Redondo.
Uno de ellos es el polígono
Fuente del Jarro, situado en Paterna (Valencia), cuyo gerente, Joaquín
Ballester, preside la Federación de Polígonos Empresariales de la
Comunidad Valenciana (Fepeval). Ballester se queja de que "los ayuntamientos
atienden mucho peor las áreas empresariales que las residenciales y hay
grandísimas carencias, incluso en infraestructuras básicas". Afirma que la
mayoría no tiene parque de bomberos, planes de emergencia o seguridad privada,
y sólo dos de los 715 polígonos valencianos tiene escuela infantil. "Si
hay una entidad gestora, alguien se ocupa de todo esto, y de que haya servicios
como correos, comercios, bancos...", explica, pero no es lo habitual. Y
pone un ejemplo: "En Fuente del Jarro, 450 empresas a 75 euros al mes
tienen nueve patrullas de vigilancia, 24 horas al día y 365 días al año. Y aún
así, nos roban trapas, rejas de imbornales y cables de cobre. No quiero pensar
lo que pasará en el 90 por ciento de los polígonos donde no hay ningún tipo de vigilancia
o los que están a medio hacer".
Otro ejemplo es el del
polígono El Palomo, en Fuenlabrada (Madrid), que hace ocho años, tras una
puesta al día urbanística por parte del Ayuntamiento, las empresas crearon una
entidad urbanística de conservación, que se encarga del mantenimiento del
polígono a través del pago de una cuota, con una pequeña subvención municipal.
Sobreoferta en Andalucía
La crisis, sin embargo, afecta
también a estos polígonos bien gestionados. Según el director general de la
patronal del metal de Sevilla (Fedeme), Carlos Jacinto, "ningún polígono
funciona bien. Seguridad, limpieza e infraestructuras de transporte son los
principales problemas. La crisis también deriva en el impago de cuotas de
comunidad, lo que degrada aún más la prestación de servicios comunes".
Este empresario afirma que
"el boom de los polígonos industriales está ligado al boom inmobiliario
general", y cree que en Sevilla "puede que sobre más de un 30 por
ciento de la oferta, hay algunos recientes que están directamente
quebrados". Los responsables, en su opinión, "son los ayuntamientos,
que recalificaron suelo y lo ofrecieron a promotores, que a su vez preferían
hacer naves y oficinas porque es más sencillo, barato y rentable que promover
viviendas".
Si los pequeños parques
empresariales tienen el problema de la dispersión y la falta de gestor, los
grandes polígonos creados hace 30 ó 40 años se encuentran con que se han
quedado viejos y necesitan ser renovados. Es el caso del polígono Guadalhorce
(Málaga), el mayor de Andalucía con 2,5 millones de metros cuadrados y 1.200
propietarios. En los últimos años, se han plantado decenas de árboles, se han
creado más de 6.000 plazas de aparcamiento y "se ha hecho un gran esfuerzo
para que tengamos una zona segura, limpia y cómoda para todos", según su
gerente, Antonio López. "Hemos pasado de ser el peor polígono a
convertirnos en uno de los mejores", añade.
Reconversión en Barcelona
En el área metropolitana de
Barcelona, que reúne 164 municipios, está ubicada la gran mayoría del suelo
industrial de Cataluña. Existen 700 polígonos con una superficie total de
15.000 hectáreas. Durante la crisis, el 20 por ciento de las empresas ubicadas
en estos polígonos ha echado el cierre, lo que supone que un 30 por ciento del
suelo industrial (unas 4.500 hectáreas) está vacío.
Sin embargo, el suelo que ha
quedado vacante es de muy difícil recolocación, ya que se trata de polígonos
industriales que fueron diseñados para atender la demanda de las empresas de la
década de los 80 y carecen de los servicios que ahora reclaman las nuevas
compañías. Un problema que es general en toda España. Según CEPE, sólo
el 30 por ciento de los polígonos tiene banda ancha.
El Plan Estratégico
Metropolitano de Barcelona (PEMB) señala en un informe que existe un divorcio
entre la oferta y la demanda, lo que dificulta las inversiones y la
implantación de nuevas empresas. Según este informe, la mitad de los polígonos
analizados fueron diseñados según la normativa urbanista de 1976 y ofrecían a
las compañías, grandes superficies de espacio para que las industrias del siglo
pasado realizaran su actividad y almacenasen su producción. Actualmente, muchas
empresas han reducido sus existencias a la mínima expresión para ser más
competitivas y otras, dedicadas a las nuevas tecnologías, no necesitan
superficies tan grandes.
Por ese motivo, es necesaria
una reordenación de los polígonos industriales que supone la reforma de las
normas urbanísticas. El PEMB, en el que participan Generalitat y ayuntamientos,
ha planteado la redacción de un plan estratégico específico de los polígonos
industriales que incorpore el concepto de actualización urbanística,
incorporando la figura de la colaboración publico-privada.
Barcelona es, junto a
Madrid, la única zona industrial de la que hay referencias de precios de suelo
industrial, y no demasiadas, dada la baja demandaregistrada en el último
año. Las consultoras advierten de que los precios van a la baja, tanto los de
venta como los de alquiler, aunque no es esto lo más preocupante. Según el informe
de Jones Lang LaSalle (JLL) del primer semestre de 2012, "la actividad es
baja dentro del sector y sigue protagonizada principalmente por las empresas de
logística y distribución, no existiendo una demanda por parte de empresas
productivas". La consultora inmobiliaria señala que "las pequeñas y
medianas empresas continúan cerrando o reduciendo espacio", y alerta de
que "existen numerosas empresas de tipo productivo que cierran y dejan
atrás unas instalaciones normalmente obsoletas y demasiado adaptadas a su
proceso de producción, que no encuentran quien pueda reutilizarlas. Estas
instalaciones, que podemos ver en muchos puntos de España, deben ser objeto de
demolición y nuevo desarrollo, adaptándolas a las nuevas necesidades, pero no
hay promotores interesados en ello ante la escasez de la demanda".
Otro punto clave que destaca
JLL es la "total ausencia de financiación principalmente para el suelo.
Las entidades bancarias poseen mucho suelo en sus balances y no están
dispuestas a financiar ninguna adquisición de este tipo".
Demasiado promotor público
Desde la Federación Gallega de
Parques Empresariales (Fegape) se reconoce que en la época de bonanza se abusó
de la construcción de polígonos industriales , sobre todo en determinadas zonas
de la provincia de Lugo y, en menor medida, de La Coruña y de Pontevedra.
Además, consideran que no se aprovechó esta capacidad para poner en marcha
instalaciones en las zonas de más demanda, como Vigo. Los polígonos que mejor
están funcionando son los de las áreas metropolitanas de La Coruña y Vigo, por
ser las de mayor dinamismo.
Fegape considera que entidades públicas de promoción de parques como, Suelo Empresarial del Atlántico o
Sigalsa, no eran necesarias puesto que con Sepes y los cuatro xestures -entes
gestores- provinciales era suficiente. Cree que esta proliferación de entes
públicos promotores dio lugar a parques como el de Vimianzo (La Coruña), que
están vacíos. Algo similar sucedió con el Ipespo, de la Diputación de
Pontevedra, pues al final este instituto fue disuelto y el parque de Barro-Meis
está sin actividad.
Al oeste, Castilla y León
tiene en venta cuatro millones de metros cuadrados de suelo industrial. La
Junta apostó en pleno crecimiento por la puesta en marcha de polígonos , que
ahora, en algunos casos, están prácticamente vacíos. El presidente de la
Federación de Polígonos Industriales , Antonio Rodríguez, reconoce que la
situación "está bastante negra y lo peor es que no vemos la luz al final
del túnel. Siguen cerrando empresas". Como ejemplo, pone el polígono Sant
Cristóbal de Valladolid, que era uno de los más potentes de la comunidad y que
en los últimos años ha pasado de 1.300 empresas instaladas a 800. No es el peor
caso, ya que algunos han perdido la mitad de sus clientes y otros apenas llegan
al 10 por ciento de ocupación.
La situación es tan complicada
que, si no llegan ayudas públicas, la misma organización que preside tendrá que
recurrir a un ERE. "Nos enteramos de que muchas empresas han cerrado
cuando nos devuelven las cuotas y les llamamos. Entonces nos dicen que han
tenido que cerrar o que no tienen ni siquiera para pagar, y estamos hablando de
180 euros", asegura Rodríguez.
En Aragón hay 349 polígonos
industriales . Los más importantes se concentran en el entorno de Zaragoza y en
la Ribera del Ebro, pero cerca de 300 están fuera de esa zona, muchos en
municipios pequeños en los que apenas hay actividad. Es el caso de Los
Lindazos, en Aniñón, con sus 13 parcelas vacías, o el de Entreviñas, en
Cariñena, con dos parcelas ocupadas de 42.
Para atraer empresas, los
polígonos privados llevan tiempo haciendo ofertas y dando la posibilidad de
alquilar con opción a compra, mientras el Gobierno de Aragón ofrece
bonificaciones de hasta un 60 por ciento.
Sin embargo, el problema no es
el coste, según Diego Artigot, responsable de Logística e Infraestructuras del
Consejo Aragonés de Cámaras. "Hemos detectado que las empresas encuentran
dificultades para financiar la compra y construcción de la nave, algo que ya
viene pasando desde 2009".
Proyectos en el País Vasco
El Gobierno vasco, a través de
su sociedad pública de promoción industrial SPRI, ha orientado su estrategia a
impulsar infraestructuras especializadas. Las inversiones en estos cuatro años
han sumado más de 292 millones de euros y la cifra de negocio ha alcanzado los
200 millones. Actualmente, tiene 34 polígonos industriales en fase de
comercialización, de los cuales cuatro -en Vizcaya- están en ejecución, además
de la ampliación prevista de los Parques Tecnológicos de Guipúzcoa y Vizcaya.
En varios existe incertidumbre
sobre su desarrollo debido a los recortes. Entre ellos, destaca el Vitoria
Industrial Air Park, un parque empresarial aeronáutico cuya inversión global
rondará los 60 millones, que aspira a reforzar la posición industrial y de
carga del aeropuerto de Vitoria-Foronda. La primera fase estaba prevista para
2014, pero la decisión de Aena de reducir los horarios de Foronda amenaza la
rentabilidad del proyecto.
CEPE quiere ponerles
estrellas
La Coordinadora Española de
Polígonos Empresariales (CEPE) trabaja en el desarrollo de una web con
información georreferenciada de las áreas industriales de España para incluir
información básica de las empresas y suelo industrial disponible.
Además, quiere crear una marca
de garantía que certifique la calidad de las infraestructuras y servicios.
Según su directora, Rosa María Martínez Redondo, "así las empresas podrán
elegir, porque no todo el mundo quiere ir a un hotel de cinco estrellas".
Información elaborada
por: Javier Alfonso, Jordi Sacristán, Esther Porta, Carmen
Larrakoetxea, Rafael Daniel, Ruth Lodeiro, Eva Sereno, Carlos Pizá y José María
Camacho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario