martes, 5 de febrero de 2013

Los golpes bajos del Fondo Monetario Internacional a la Argentina

4/02/2013 

El azar no existe en los calendarios, sobre todo cuando es el FMI quien, como es su costumbre, distribuye la mala puntuación de manera unilateral. Después de que desde hace un año y medio la Argentina ha puesto en marcha una reforma del índice de precios, he aquí que le cae una sanción, una “declaración de censura”.

El FMI ha impuesto a la Argentina esta extraña medida. Allí, justo ahora en pleno proceso con los fondos buitre, en Nueva York, en donde la Argentina presentó su propuesta el pasado 28 de enero y la sentencia debería producirse el próximo 28 de febrero. En momentos en que la Argentina reclama la apertura de las discusiones con Gran Bretaña sobre las Malvinas. “Si a esto se agrega que en la City de Londres es donde se articulan los paraísos fiscales, la posición británica ante el FMI es comprensible”. De hecho nada cambia para el país que hace seis años concluyó sus cuentas con el FMI como subraya Horacio Verbitsky en Página12.

¡El momento era extraordinariamente oportuno para clavar una banderilla! Es lo que ha hecho el FMI al emitir esta “declaración de censura”. La reacción del gobierno argentino, por otra parte, no se hizo esperar estimando que se trataba de estigmatizar al país.

El FMI otorga al gobierno ocho meses para adaptar la metodología del INDEC a las normas internacionales. En el corazón de la polémica están los precios al consumidor del Gran Buenos Aires (IPC-GBA) y también el índice nacional de precios (IPC-Nacional). Es cierto, el gobierno y el INDEC lo han reconocido, hacía más de un año y medio que los índices de precios tenían necesidad de un retoque, algo aún más difícil por tratarse de un país federal. Por otra parte bien se sabe que el índice de precios al consumidor solo refleja relativamente la realidad de los precios, basta con leer las estadísticas oficiales francesas –1,3% al año y compararlas con la propia cesta de la compra!

Índice de precios del Gran Buenos Aires

En consecuencia, para realizar el retoque, Argentina ha avanzado en primer lugar sobre su índice nacional de precios al consumidor (IPC-Nacional) como se lo pedía el FMI (ver El Correo). El FMI centra su crítica en el IPC-GBA, índice de precios al consumidor del Gran Buenos Aires (la Capital Federal y 24 municipios suburbanos) zona que concentra una gran parte de la población y de la actividad del país aunque no se debe subestimar la importancia de ciudades como Córdoba, Rosario y otras capitales de provincia.

El FMI explica en su comunicado “que ha notado que el progreso de la Argentina para adecuar este indicador después de la reunión del 17 de septiembre de 2012, no ha sido suficiente”, de allí que haya procedido a emitir esta censura. El directorio solicita al país ponerlo en condiciones antes del 29 de septiembre de 2013. Las mediciones deben adecuar sus indicadores a las normas internacionales, agrega el fondo.

Hacer gala de ejemplaridad ante los cabezotas

Esta “declaración de censura” surge de la recomendación de Christine Lagarde, directora del FMI que la ha cumplimentado por lo que no sorprende a nadie. En efecto es una decisión que pretende tener carácter ejemplar: es evidente que el propósito del organismo internacional es castigar y señalar con el dedo a la Argentina.

Las reformas están en marcha desde hace más de un año y medio en el caso argentino, y muchos otros países se han encontrado en una situación similar sin haber sido objeto de este tipo de sanciones (modificando sus mediciones sobre el desempleo o cambiando los productos que integran su canasta alimentaria).

Porque si el país no responde va a ser privado de financiación. Pero he aquí que desde 2006, la Argentina no mantiene ninguna vinculación financiera con el FMI, de modo que ¡Nada cambia demasiado! Última sanción si el país no cambia de formas de medición hasta principios de 2015, se prevé suspenderle su derecho a voto, es decir excluirlo.

El mensaje es simple: vean lo que les pasa a los cabezotas, para amedrentar a quienes estuvieran tentados de seguir los pasos de la Argentina en lo referente a la gestión de sus deudas y a poner en tela de juicio las recetas envenenadas del organismo, que no solo no hace milagros sino que ha llevado a ciertos países a precipitarse en profundos marasmos.

Pero el caso argentino molesta porque no arregla al planeta financiero. El FMI esgrime la amenaza como una profesión de fe. Y a la presidenta argentina por preguntar simplemente “¿Donde estaba el FMI que no pudo impedir ninguna crisis? ¿Dónde estaba cuando se formaron los más que burbujas, los globos aerostáticos financieros?”

El FMI está retrasado en su reforma ¿Cuál será la sanción?

Todo esto sucede mientras el propio organismo internacional se halla sentado en el banquillo por no hacer avanzar lo suficientemente rápido su reforma interna. El Consejo de Administración del FMI ha enviado hace unos días al Consejo de Gobernadores, su informe sobre el resultado del nuevo análisis de la fórmula de cálculo de las cuota partes.

Esta fórmula de las cuota partes debía ser objeto de un análisis completo no más tarde de enero de 2013. Es de recordar que cada uno de los países miembros del FMI debe contribuir con una cuota parte relacionada globalmente con su peso relativo dentro de la economía mundial. Para los BRICS, especialmente para Brasil, China, India y Rusia, se trata de lograr una mayor capacidad de decisión en correspondencia con su peso en la economía.

En su informe, el Consejo de administración consigna “que se han hecho sensibles progresos en la identificación de elementos que podrían servir de base para un acuerdo definitivo sobre la nueva forma de cálculo de las cuotas partes”.

El tema es, ¿cuándo? Existe clara resistencia por parte de algunos miembros. Un representante brasileño comentaba: “el flaco resultado de las negociaciones que refleja la resistencia al cambio por parte de aquellos miembros excesivamente representados especialmente Europa”, agregando “el FMI se está aproximando a un abismo de credibilidad”.

El FMI ha prorrogado hasta enero de 2014 la puesta en marcha de su reforma. ¿Se sancionará a sí mismo por este retraso, perjudicial además para el buen funcionamiento de la economía mundial?

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