Murió en EEUU a los 85 años, Svetlana Stalina, la última hija de Joseph Stalin
Bryan Serrano
Miércoles 30 de noviembre
La única hija del ex - dirigente soviético, Joseph Stalin, Svetlana Stalina habría muerto el pasado martes 22 de noviembre a los 85 años producto de un cáncer de colon en el estado de Wisconsin, al norte de Estados Unidos, según aseguraron funcionarios de EE.UU. a las agencias de noticias internacionales. Svetlana Alliluyeva, también conocida como Lana Peters, vivía en ese país desde su exilio en 1967.
Nacida el 28 de febrero de 1926, Svetlana Stalina fue la última sobreviviente de los hijos de Stalin, y llevó consigo varias facetas en su vida, calificada de "pasajes de novela rusa" debido a las constantes adversidades por las que atravesó. En el transcurso de su vida, Svetlana tuvo que cambiar de nombre en reiteradas oportunidades obligada por las circunstancias: Primero como Svetlana Stalina; después como Alliluyeva, tomando el apellido de su madre al fallecimiento de su padre en 1953; y finalmente como Lana Peters, con el cuál se casó en 1970.
Durante su viaje de la Unión Soviética a la India en 1966, Svetlana planeaba dejar las cenizas de su tercer esposo fallecido, de ciudadanía india. En lugar de ello, llegó sin avisar a la embajada estadounidense en Nueva Delhi solicitando asilo político. Después de una breve estadía en Europa, decidiría viajar a Estados Unidos, donde permanecería hasta el final de sus días.
A pesar de todo, con tres hermanos varones, Svetlana fue conocida durante su niñez como la "pequeña princesa" de Stalin.
La revista Hechos Mundiales dedicada al capitulo sobre Stalin, capta algunos pasajes muy llamativos extraídos del libro “Memorias” de Svetlana sobre la faceta poco conocida del dirigente soviético en su papel de padre. Según ella, su padre, a pesar de la conocida fama del carácter “rudo” que le era achacado, en la vida familiar se desempeñaba como uno de los padres más tiernos y cariñosos hacia sus hijos.
Svletana recordaba que su padre gustaba de ofrendar fiestas de cumpleaños a sus hijos invitando a sus amigos más íntimos: “También cantaba mi padre, que tenía un excelente oído y una voz limpia y potente (aunque hablaba, por el contrario, y no sé porque razón, con voz más bien débil, algo sorda y baja”, confesando así un gran cariño de parte de ella por su padre.
Su conocido distanciamiento con el régimen soviético desde 1967, significó ciertamente un fuerte incentivo propagandístico utilizado por los EE.UU. Paradójicamente Svetlana acabaría sus días en el anonimato, prácticamente sumida en la miseria, después de largos años de llevar una vida errante.
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