A tres años del destape de los problemas griegos que
convirtieron a la península en el epicentro de la crisis a ojos de las
autoridades europeas, hay que reconocer que nada ha sido resuelto y que en
cambio se ha creado un enorme cráter en el sur de Europa que amenaza con hundir
a todo el continente en un profundo estancamiento. La crisis griega puede verse
como el choque de un gran tren en movimiento que arrasa bajo su paso con todo
lo que encuentra. Y los “planes de rescate” solo imprimieron más velocidad a
los motores, por lo que no es extraño el efecto dominó que la crisis griega
está propagando hacia sus vecinos.
La gráfica de Bloomberg muestra
el índice Athex de la banca helena que describe parte de este cataclismo: de
los 7.500 puntos que ostentaba la banca a fines de 2007 hoy llega a 190 puntos
y sigue en caída libre. Ha perdido el 97% de su valor, y continúa.
En Grecia, al igual que en España, las inyecciones de dinero público
solo han sido para ocultar el gran fraude del sistema financiero, que lucró
en los períodos de vacas gordas y lo sigue haciendo en los de vacas flacas.
Cuando se trata de salvar a la banca, todos son socialistas, pero cuando se
trata de repartir las utilidades, ahí se protege la propiedad privada.
Si hace cinco años se hubiese intervenido a la banca y se
hubiesen suspendido las cotizaciones en bolsa de todo el sistema financiero, como
se ha hecho hoy con Bankia, la crisis ya estaría superada. Pero fue la mala
idea de inyectar e inyectar dinero público a instituciones que ya deberían
haber desaparecido, la que está lastrando la crisis a niveles asfixiantes.
La idea de inyectar dinero público fue promovida por
Geithner, Paulson y Bernanke en Estados Unidos, y fue “copy & paste” en
Europa. Y todo porque Milton Friedman dijo que era el camino para contener las
crisis financieras. Friedman siempre aseguró que la Gran Depresión de 1929 fue
producto de una caída en la oferta de dinero por parte de la Reserva Federal, y
alentó a su discípulo Ben Bernanke “a hacer lo correcto” inyectando todo el
dinero que sea necesario, tema que vimos en los primeros momentos de esta
crisis en La
economía mundial en la encrucijada, y que recomiendo a los nuevos lectores
de este blog.
Todo lo que ha ocurrido desde entonces no hace más que
demostrar el gran error de Friedman. Las inyecciones de dinero no han
facilitado la recuperación económica dado que solo se han arreglado aquellos
vinculados al sistema financiero. Esto lo demuestra la fuerte huida de capitales,
en operaciones que se iniciaron tempranamente en Grecia y que luego fueron
copiadas en en
España e Italia. Más de un billón de euros ha desaparecido de los
países de la periferia a vista de todo el mundo, y las autoridades
europeas no hacen nada por evitarlo. Y cuando quieran hacerlo, como se ha hecho
hoy con Bankia, y como lo han hecho con todo en esta crisis, será demasiado
tarde.
No se saca nada con inyectar dinero a la banca si este no
fluye hacia el mundo productivo. Y esta falta de fluidez o sequía financiera es
la que desencadena toda una serie de procesos que potencian la
contracción económica. De esta forma se retroalimenta la caída en el
consumo que propicia el alto desempleo, hecho que no solo arrastra a la caída
de la inversión sino también al aumento de los impagos masivos y la morosidad
crediticia. En la gráfica siguiente muestro el aumento de los impagos para
España desde enero de 2005 hasta marzo de este año y que llega
al 8,4% y sigue en aumento:
Estas son las consecuencias del mal liderazgo que ha sido
para Europa el de Angela Merkel y que esto no puede continuar. Se ha centrado
en el problema de la deuda pública cuando el gran problema es la deuda privada
y así dan cuenta los fiascos como Bankia, Dexia, JP
Morgan, etc, etc. La banca zombie ha
sido el gran problema de esta crisis, y los gobiernos insisten en mantenerlos
conectados al respiradero artificial. Hoy sin Bankia en bolsa el Ibex se saca un gran
lastre de encima.
Elblogsalmón
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