Randay Wrall /29/05/2012
Hace un par de semanas critiqué la concepción de
la política monetaria de Bernanke (aquí: http://www.economonitor.com/lrwray/2012/04/19/does-chairman-bernanke-know-squat-about-money/). Al
final de mi blog, resumí una buena columna de Martin Wolf que acertó (en gran
parte) al abordar las cuestiones monetarias:http://blogs.ft.com/martin-wolf-exchange/2012/04/17/fiscal-and-monetary-policy-in-a-liquidity-trap/#ixzz1sRMJH300.
Wolf prometió una segunda parte sobre la cuestión de una correcta política
monetaria y fiscal para hacer frente a una "trampa de liquidez", que
nos ofreció aquí: http://blogs.ft.com/martin-wolf-exchange/2012/04/20/fiscal-and-monetary-policy-in-a-liquidity-trap-part-ii/.
Wolf también anunció que escribiría un ensayo sobre Teoría Monetaria Moderna,
una perspectiva que no aborda en ninguno de esos dos artículos. Lo esperamos.
Mientras tanto, déjenme decirles que no estoy en desacuerdo con los puntos sustanciales de su segunda parte, que examina un artículo de Brad Delong y Larry Summers. El argumento principal es el siguiente: cuando hay un exceso substancial de capacidad de trabajo a causa del desempleo, la expansión fiscal es una "barra libre". Ello no debería sorprendernos, fue una conclusión principal de la Teoría Generalde Keynes en 1936, y ya había incluso tenido cierta aceptación antes de la publicación de dicha obra. Una política fiscal expansiva puede dar trabajo a los desempleados y generar así más producción.
Mientras tanto, déjenme decirles que no estoy en desacuerdo con los puntos sustanciales de su segunda parte, que examina un artículo de Brad Delong y Larry Summers. El argumento principal es el siguiente: cuando hay un exceso substancial de capacidad de trabajo a causa del desempleo, la expansión fiscal es una "barra libre". Ello no debería sorprendernos, fue una conclusión principal de la Teoría Generalde Keynes en 1936, y ya había incluso tenido cierta aceptación antes de la publicación de dicha obra. Una política fiscal expansiva puede dar trabajo a los desempleados y generar así más producción.
Lo que hacen DeLong y Summers es demostrar que,
dada la magnitud del multiplicador del gasto público, así como la relación
entre el aumento de la producción y los ingresos fiscales (de tal forma que el
crecimiento de la producción incrementa los ingresos fiscales por renta y
ventas), entonces es totalmente posible que la expansión fiscal se
"financie por sí misma" a través del aumento de los ingresos fiscales.
Si el tipo de interés "real" es bajo, entonces uno puede demostrar
que no se produce un aumento de la "carga de la deuda" por una mayor
emisión tras un aumento del déficit. Así, la política fiscal expansiva "se
financia por sí misma". (Tengo reservas sobre los términos
entrecomillados, pero sólo trataré aquí del primero de ellos, la noción de que
la expansión se "financia por si misma").
Déjenme retener la conclusión del resumen de Wolf,
con la que estoy absolutamente de acuerdo:
"La clase política ha permitido una gran
crisis fiscal imponiendo una plaga en la economía, con efectos sociales
devastadores. Uno se pregunta por qué la administración Obama, en la que el
profesor Summers era un influyente asesor, no hizo más, o por lo menos no peleó
más, como señalan muchos analistas. El sector privado necesita desendeudarse.
El gobierno puede ayudarles reactivando la actividad económica. Debe hacerlo.
La gente que rechaza 'barras libres' es idiota."
Absolutamente de acuerdo.
Pero… Bueno, ya sabían ustedes que tenía que haber
un pero.
Déjenme primero ocuparme de una queja que me han
trasladado algunos de mis colegas de la Teoría Monetaria Moderna. No les gusta
el uso de la expresión "barra libre", porque en términos
"reales" los estímulos fiscales crean más puestos de trabajo y así
más "cosas reales" pueden ser producidas. No es una "barra
libre", porque alguien debe cocinar. De acuerdo, eso es cierto. Sin
embargo, teniendo en cuenta que el estímulo fiscal genera más puestos de
trabajo para los que se encuentran involuntariamente desempleados, el trabajo
adicional es deseable y socialmente beneficioso más allá de producir comida
adicional. Los desempleados involuntarios no disfrutan voluntariamente de
"tiempo libre", como aseveran los economistas ortodoxos; el tiempo
sin empleo es más bien estresante para el individuo y para sus familias y
amigos, y el desempleo genera muchos costes sociales. La mayoría de humanos
desean la actividad, y disfrutan especialmente de un papel como miembros
productivos en su entorno social. Ya sé que todo esto es obvio, tan sólo
necesito recordarlo a los economistas que creen únicamente en la dicotomía
ocio/trabajo. Yo, no.
¿Tiene algún sentido argumentar que los ingresos
fiscales "pagan" el gasto?
Eso me lleva a la parte más importante señalada
por mis colegas de la Teoría Monetaria Moderna (TMM), y es una que espero que
Wolf aborde en su tercera parte dedicada al TMM. ¿Es realmente importante para
un impulso fiscal ser capaz de "financiarse por sí mismo" generando
ingresos fiscales para cubrir el gasto (incluyendo los intereses)? Y, más precisamente,
¿tiene algún sentido argumentar que los ingresos fiscales "pagan" el
gasto?
Déjenme decir que no contesto el cálculo de los
simples modelos usados por Delong y Summers y citados por Wolf. Hace
tiempo que señalé que un aumento del gasto público en una expansión fiscal no
necesita incrementar el déficit presupuestario, presente y futuro, precisamente
por las razones que esgrimo. Los déficits no son discrecionales, son variables
que dependen en gran medida de la situación económica. Y Wolf seguramente entiende
el análisis sectorial por balances de Wynne Godleg, que demuestra
que hay una necesaria conexión a posteriori entre el balance
del sector público, el del sector privado y el balance exterior. Con el resto
de variables fijas, si la expansión fiscal lleva a un crecimiento sostenido, el
déficit presupuestario será más pequeño en los años siguientes de lo que lo
sería sin crecimiento.
Una expansión fiscal puede muy bien afectar tanto
al balance del sector privado como al balance exterior, de tal forma que el
balance público se aleje del déficit y se acerque al superávit (recuerden los
años Clinton). Pero las relaciones son complejas, y dependerá de las
circunstancias particulares de cada país. Aun así, podemos asumir que en las
condiciones adecuadas, una expansión fiscal "no afecta de forma material a
la evolución del presupuesto a largo plazo" (como observan Delong y
Summers), ya que los ingresos fiscales presentes y futuros aumentan para cubrir
los gastos adicionales presentes y el pago de los intereses futuros sobre la
deuda. (En los EEUU, una exitosa expansión fiscal que genere empleo
probablemente provocará que el sector privado quiera gastar más en relación a
sus ingresos, lo que provocará que su balance tenga un superávit inferior,
mientras aumentan simultáneamente las importaciones, las cuales, a su
vez, generarán un balance por cuenta corriente más deficitario. Si
la salida de capital que se produce por el déficit por cuenta
corriente aumenta menos que la disminución de capital producido por un menor nivel
de ahorro interior, entonces el déficit público disminuye. (Disculpen, sé que
es un poco complejo; léanlo dos veces).
Ahora bien, en el caso de un gobierno no-soberano,
como el estado de Nueva York, Grecia o Portugal, ello es importante. Como
usuario de una divisa (no emisor), Nueva York sí usa sus ingresos fiscales y la
deuda que emite para "financiar" su gasto. Si se pudiera demostrar
que aumentar el gasto público del estado de NY genera crecimiento e ingresos
que permitieran "financiar" su gasto, entonces el estado de NY podría
dejar de reducir su fuerza de trabajo y otros gastos, y entraría en cambio en
una más necesaria dinámica de gasto. Si no es así, la única esperanza para
Nueva York son las transferencias de Washington para frenar la espiral hacia la
depresión (ver más abajo). Si no, no hay esperanza alguna en una Administración
que debe recortar su camino hacia la prosperidad. Estamos presenciando un
comportamiento parecido en Eurolandia, que ha puesto sus últimas esperanzas en
el BCE. No voy a meterme en este charco aquí, pero apostaría mi dinero antes
por un cambio de actitud en Washington que en el BCE.
Un Estado soberano como son los EEUU gasta
"dándole al teclado del computador"; la verdad es que no necesita
incrementar los ingresos fiscales para aumentar su gasto. Y efectivamente, en
los modelos usados por DeLong y Summers, es importante señalar que el aumento
de ingresos fiscales se produce a posteriori, produciéndose tan
sólo si el gasto restablece el crecimiento. No estoy señalando nada que ellos
mismo no entiendan, por supuesto. Tan sólo estoy dando otra vuelta de tuerca a
su tesis.
¿Qué ocurriría si los ingresos no aumentan?
Normalmente el Tesoro vende bonos más o menos en la misma proporción que su
déficit (he explicado como funciona en Modern Money Policy; pueden empezar por
esto (http://neweconomicperspectives.org/2011/10/mmp-blog-19-effects-of-sovereign.html).En
circunstancias normales, esos bonos se venden a bancos privados que usan las
reservas creadas por el gasto público para comprarlas. En circunstancias
anormales, como las actuales –cuando la FED practica la flexibilización
ciantitativa –"Quantitave Easing" (QE1, QE2 y QE3)—, los bancos
venden esos bonos a la FED y quedan atrapados con reservas que rinden poco. En
circunstancias normales, el Tesoro paga intereses a los bancos privados; en
circunstancias anormales, el Tesoro paga intereses a la FED, que paga menos
intereses por sus reservas a los bancos (la FED entonces devuelve la mayor
parte de sus beneficios al Tesoro, como si el Tesoro no pagara este interés en
primer lugar). ¿Cómo realizan el Tesoro y la FED esos pagos? Dándole a la
tecla, tal y como el Presidente Bernanke ha explicado pacientemente. ¿Puede
agotarse esto? No, mientras encontremos electrones que se muevan a través de
cables de fibra óptica para hacer entradas electrónicas en los balances. Yo no
creo que vaya a agotarse eso pronto.
En resumen. ¿De qué me estoy quejando? Bueno, de
no mucho en realidad. Lo aclaro.
Todo gasto público se "financia por sí
mismo" en el sentido que el pago "dándole al teclado" se realiza
de forma simultánea al gasto. Si necesitas más gasto, simplemente házlo. Si
ello genera déficit, pues lo genera. Si los bonos se venden generando pago de
intereses en el futuro, pulsa las teclas de las cuentas de crédito. Si no
quieres pagar intereses en bonos poseídos por bancos y otros en el sector
privado, no los vendas, o haz que la FED los compre y paga el interés a la FED,
que entonces traslada sus beneficios al Tesoro (¡Adoramos la flexoibilización
cuantitativa, la QE o Quantitative Easing! ¡QE ahora! ¡QE para siempre!).
La inflación, la trampa de liquidez y el desempleo
El problema, por supuesto, son los límites
políticamente impuestos: límites de deuda, niveles de déficit y el proceso
presupuestario en sí mismo. Este es un asunto complicado. Sospecho que será el
principal asunto que tratara Wolf cuando escriba sobre la MMT.
Finalmente, existe otra queja. Wolf argumenta que
en el escenario planteado por Delory y Summers los inversores no deben
preocuparse por la política presupuestaria a largo plazo (ya que el gasto se
autofinancia). Pero los inversores no deben preocuparse por la situación del
presupuesto en ningún caso. Un país soberano que emite su propia divisa en
libre-cambio (como los EEUU, Japón o Reino Unido, por ejemplo) no
puede jamás ser insolvente en su propia moneda; siempre podrá hacer todos sus
pagos cuando toca (a no ser por las restricciones políticamente impuestas, que
pueden llevar a la quiebra voluntaria, que creo que es poco probable, incluso
si los Republicanos vencen en las próximas elecciones). Esta es la razón
principal por la que rebajas en la calificación del crédito en estas naciones
no tienen un impacto "material" en los intereses de la deuda que
emite el gobierno. Así que no es solamente cuando nos encontramos en una
situación de "trampa de liquidez" que los inversores deben
despreocuparse de la situación presupuestaria.
¿De qué deben entonces preocuparse? De la
inflación. Y, efectivamente, demasiado gasto puede crear inflación. Pero ello
es cierto independientemente de la situación presupuestaria. Efectivamente, por
los motivos discutidos por Wolf, un rápido crecimiento reducirá probablemente
el déficit presupuestario y generará a la vez presiones inflacionarias. Así que
mirar a la situación presupuestaria es equivocado tanto si se está en una
trampa de liquidez como si no.
Déjenme acabar con lo que sí debe ser considerada
una situación realmente angustiosa. Si miramos al total del empleo público bajo
la actual administración y también bajo las anteriores, el Presidente Obama ha
gobernado una destrucción de empleo público sin precedentes. Si yo fuera el
Presidente Obama, estaría preocupado con el eslogan de campaña en el que
quedará atrapado: "Obama, el destructor de
empleo". Así no es de extrañar que sigamos deprimidos.
Randall Wray es
uno de los analistas económicos más respetados de Estados Unidos. Colabora con
el proyecto newdeal 2.0 y escribe regularmente en New Economic
Perspectives. Profesor de economía en la University of Missouri-Kansas City e
investigador en el "Center for Full Employment and Price Stability".
Ha sido presidente de la Association for Institutionalist Thought (AFIT) y ha
formado parte del comité de dirección de la Association for Evolutionary
Economics (AFEE). Randall Wray ha trabajado durante mucho tiempo en el análisis
de problemas de política monetaria, macroeconomía y políticas de pleno empleo.
Es autor de Understanding Modern Money: The Key to Full Employment and
Price Stability (Elgar, 1998) y Money and Credit in Capitalist
Economies (Elgar 1990).
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