La economía de mercado ha herido de muerte al mundo de la
cultura y nos ha dejado sin intelectuales en todas las disciplinas científicas. La lógica de los beneficios empresariales y máximas ganancias se han impuesto por sobre todas las actividades de la creatividad humana incluyendo aspectos antes 'impenetrables' como el arte y la literatura. Esta es la 'obra' del neoliberalismo en las últimas décadas, deshumanizar no sólo las relaciones económica-sociales sino al propio ser humano. En la economía o la ciencia económica, un gran sector de académicos mira a la sociedad desde un pedestal de cristal y se blindan con el armatoste del fundamentalismo de la teoría neoclásica que tiene sólidas bases filosóficas. Se jactan de ser técnicos 'ideológicamente neutrales' y en la práctica funcionan como una dictadura de tecnócratas al servicio del capital financiero. Muchos de éstos intelectuales fueron conscientes del advenimiento de la crisis en curso por ello en palabras de Gramsci, más que la ignorancia practicaron el canallismo al ser cómplices del fundamentalismo neoliberal. En este artículo Rafael Narbona reflexiona sobre este tópico de palpitante actualidad.
Rafael Narbona /26/10/2012
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