Pekín/The New York Times
China plantea un gran desafío a Occidente: pronto tendrá el mercado interno más grande del mundo en comercio de Internet y de computación. Como parte de su estrategia sorprendió con la hazaña tecnológica de construir una supercomputadora.
En una sala de conferencias indefinida, Wu Jian ping está parado delante de una gigantesca pared de vidrio cristalizado. Mueve un interruptor y el vidrio se hace transparente, con vista a un impresionante centro de operaciones de redes lleno de despliegues de grandes computadoras. Hay mapas de China y del mundo, que señalan los vínculos IPv6 del país, que es la próxima generación de Internet.
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